El ministro de Relaciones Exteriores, Francisco Bustillo, participó de un nuevo encuentro del Consejo del Mercado Común del Sur (Mercosur), el encuentro entre cancilleres de los países del bloque. Si bien no se transmitió en vivo su discurso, desde la cartera que dirige pasaron algunos lineamientos de lo afirmado.

En este sentido, comenzó diciendo que desde siempre han sido “sinceros y francos” respecto a la posición de Uruguay con respecto al bloque, y transmitieron una visión “crítica con relación al estado de situación del desarrollo del proceso de integración regional”. Además, afirmó que desde el primer día dijeron que al Mercosur “le había ganado el inmovilismo”.

“El bloque no ha sido capaz de consolidar en su interior políticas que permitan incrementar de manera sustancial los lazos comerciales entre los socios y ha quedado, al mismo tiempo, al margen de importantes negociaciones comerciales que tienen lugar en la arena internacional. Persisten dificultades para asegurar un normal funcionamiento de los flujos comerciales intrabloque, con una fuerte presencia de barreras comerciales que conlleva a un escenario de incertidumbre y una falta de previsibilidad que afecta al trabajador, al empresario, al ciudadano y mina el affectio societatis del que carece nuestra gente”, señaló.

“Podríamos hablar horas del Mercosur, pero tan importante como ello es hablar de las relaciones bilaterales que hemos ido construyendo entre nosotros”, añadió, e informó que desde hace más de 10 años hay un déficit comercial con los socios del Mercosur. En esta línea, explicó que Uruguay exporta al Mercosur un 25% de su producción, mientras que recibe del bloque “más del 40% por concepto de importaciones”.

“Es un hecho de especial preocupación que mi país enfrenta en la actualidad duras restricciones para al acceso al mercado argentino, teniendo en cuenta las políticas implementadas en materia de aprobación de licencias no automáticas de importación. A la fecha, son más de 600 las solicitudes que se encuentran pendientes de autorización por parte de las autoridades argentinas”, acotó.

Asimismo, expresó —acompañado por la ministra de Economía, Azucena Arbeleche— que el arancel externo común en realidad “no tiene absolutamente nada de común” y que lo que hoy existen en realidad son aranceles nacionales.

“Frente a quienes han exhibido el arancel externo común como el mojón sobre el que asientan el deseo de imaginarse unión aduanera, les recordamos que existen hoy tres aranceles nacionales, elemento que deja por fuera todo atisbo de mercado común y/o de unión aduanera. En una actividad, la nuestra, tan afecta a las siglas, quizás debiéramos hablar de Zocosur, más que Mercosur, esto es zona común del sur”, expuso.

Relaciones externas al bloque

“En lo que refiere al relacionamiento externo, el análisis no es más halagüeño. No tenemos acuerdos con ninguna de las 10 principales potencias económicas y comerciales en el mundo, y no tenemos progresos tangibles con Asia, que es la región más dinámica en términos económicos. A su vez, tenemos tres situaciones, por decir lo menos curiosas, los llamadas acuerdos ‘en principio’ (Singapur, EFTA y UE)”, expuso.

“Veamos el caso de Singapur. En julio de 2022, hace ya un año, anunciamos el final de los trabajos técnicos. Hoy, sin embargo, la negociación sigue sin concluirse y se encuentra bajo revisión de Brasil. Respecto a la Unión Europea, al terminar esta Presidencia, constatamos que no hemos tenido ningún avance en la negociación”, agregó.

Finalmente, Bustillo afirmó que Uruguay avanzó y concretó un estudio de factibilidad con China y que dieron cuenta de ello cuando la presidencia pro tempore del Mercosur la tenía Paraguay. En esta oportunidad, recordó Bustillo, los miembros del bloque tenían inquietud de que les gustaría también llevar adelante un estudio en el mismo sentido: “Pues bien, China aguarda, Uruguay aguarda”, dijo.

“Como hemos dicho reiteradamente, para el Uruguay es siempre mejor estar acompañado en cualquier mesa de negociación de Argentina, Brasil y Paraguay. Sin prejuicios de lo cual, lo único que no nos vamos a permitir es el inmovilismo. Debemos reconocernos y procurar no lo que quisiéramos, sino lo que podemos realmente ser: una zona de libre comercio”, concluyó.