En la madrugada del pasado sábado, el cuerpo de Maria Rosália Gonçalves Mendes, de 27 años, fue desenterrado y quemado en el cementerio de la localidad brasileña de Itambé. El lugar está situado a 50 kilómetros de la ciudad de João Pessoa, sitio donde residía la mujer y en el que semanas atrás se produjera la tragedia que la convirtió en noticia.
El pasado 20 de setiembre, vecinos de la joven llamaron a la policía luego de oír ruidos y gritos provenientes de su apartamento.
Cuando los policías llegaron al lugar, derribaron la puerta y se toparon con una escena dantesca: Maria Rosália Gonçalves se encontraba sentada en un sillón y tenía en su regazo la cabeza de su hijo Miguel Tyan, de 6 años. El resto del cuerpo yacía en el suelo.
En el momento de ser detenida la mujer intentó herir con dos cuchillos, quienes repelieron a disparos la agresión. De acuerdo con lo informado por el portal noticioso G1, Gonçalves habría recibido catorce impactos.
La asesina fue internada en el Hospital de Traumatología João Pessoa, donde falleció en la madrugada del pasado jueves luego de pasar 28 días en coma. La causa del deceso fue una infección generalizada. Durante su internación la mujer no recibió ninguna visita.
El cuerpo fue inhumado en la necrópolis de Itambé. Sin embargo, poco después del funeral, una turba se presentó en la necrópolis y desenterró y quemó el cadáver.
En un comunicado, la Policía Civil de Pernambuco informó que se abrió una investigación sobre el incidente.
??Populares desenterram e queimam corpo de "mãe" que decapitou o filho
— AGENTE DEL - 1984????? ?? (@AgenteDEL1984) October 20, 2024
Maria Rosália Gonçalves Mendes foi sepultada no cemitério de Itambé (PE). Pessoas abriram a cova, após enterro, e queimaram o corpo dela.
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“La Policía Civil de Pernambuco informa que registró, el 19 de octubre, a través de la Comisaría de Itambé, hechos delictivos en un cementerio de la ciudad. Una tumba fue violada y el cuerpo de una mujer de edad desconocida fue desenterrado y quemado por individuos desconocidos. Se inició una investigación para esclarecer los hechos, identificar la autoría y motivación del crimen”, detalla la escueta nota, según recoge Diario de Pernambuco.
El cuerpo de Miguel había sido enterrado en el cementerio de Pedras de Fogo, en Paraíba, un día después del crimen.