El número de casos en Brasil llegó a los 330.890, situándose tan solo por detrás de Estados Unidos, que tiene más de 1,5 millones de contagios, de acuerdo con el balance divulgado por el Ministerio de Salud y que refleja el creciente avance de la enfermedad en el país.
El gigante latinoamericano alcanzó los 21.048 muertos, tras registrar 1.001 nuevos decesos respecto a la víspera, un número levemente menor que el récord de 1.188 contabilizado el jueves.
No obstante, de acuerdo con diversos estudios, la cifra real de casos podría ser hasta 15 veces mayor debido a la elevada subnotificación en el país, que lucha hora por ampliar la capacidad de los laboratorios.
El estado más afectado hasta el momento es Sao Paulo, una región donde viven 46 millones de personas y que ha registrado 76.871 casos y 5.773 muertes, lo que supone casi el 30 % del total de óbitos en el país.
En número de muertos, por detrás de Sao Paulo, se sitúa Río de Janeiro (3.657), cuya capital homónima tiene una tasa de letalidad por COVID-19 del 12,7 %, casi el doble del promedio nacional del 6,5 %, según informó el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) con datos del Ministerio de Salud.
Pese a que la mayoría de casos se concentran en Sao Paulo y Río de Janeiro, la Organización Mundial de la Salud expresó hoy su preocupación por la situación en la vasta región amazónica del país (norte), cuya infraestructura hospitalaria es deficitaria, y en Pernambuco (nordeste).
El agravamiento de la crisis en Brasil ha contribuido precisamente para que Suramérica "se esté convirtiendo en el nuevo epicentro mundial de la pandemia", según dijo este viernes el director del Programa de Emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Mike Ryan.
"Vemos muchos países suramericanos que tienen una cantidad de casos en aumento y hay gran preocupación en estos países, pero el más afectado es Brasil", apuntó el alto responsable de la lucha internacional contra el COVID-19 en una rueda de prensa virtual.
La OMS cuestiona la cloroquina
Dos días después de Brasil aprobar el uso de la cloroquina y la hidroxicloroquina para el tratamiento de pacientes con cuadro leve de COVID-19, la OMS también transmitió su recelo sobre el uso del tratamiento al considerar que no existen pruebas científicas que establezcan que es un medicamento seguro y eficaz contra esta enfermedad.
"Las evidencias clínicas no respaldan el uso de este medicamento y no se recomienda al menos hasta que no se tengan resultados claros de los ensayos clínicos", señaló Ryan.
Agregó que las investigaciones de la oficina regional de la OMS para América, conocida como Organización Panamericana de la Salud (OPS), tampoco han llegado a conclusiones que permitan recomendarla.
La posición de la OMS se produjo el mismo día en el que fue divulgado un amplio estudio observacional que sugiere que el tratamiento los fármacos antipalúdicos se relaciona con un aumento de las tasas de mortalidad y un incremento de las arritmias cardíacas entre los pacientes de COVID-19 hospitalizados.
En el estudio, publicado en la revista The Lancet, se analizan datos de casi 15.000 pacientes con COVID-19 que recibieron cloroquina o su análogo, la hidroxicloroquina (ingeridos con o sin los antibióticos azitromicina o claritromicina), y datos de 81.000 pacientes en más de 600 hospitales.
Con información de EFE
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