En un encomiable ejemplo de eficacia y de vocación de servicio, la policía brasileña demuestra que nada de lo humano le es ajeno, y que no hay problema que considere pequeño.
A pesa de lidiar con poderosas bandas criminales, narcotráfico, quema de selvas, minería ilegal y cifras desesperantes de violencia machista, el cuerpo policial brasileño no escatima esfuerzos en la lucha contra una maniobra conocida como “estafa de la garra débil”.
El fraude en cuestión consiste en manipular las pinzas o garras de las máquinas tragamonedas en las que el cliente intenta extraer un premio, que por lo general consiste en un muñeco de peluche.
Según consigna Diario do Centro do Mundo, este miércoles comienza la segunda fase de la operación Manos Livianas, dirigida contra este delito. En su primera fase, la acción obtuvo resultados auspiciosos: 19 allanamientos con órdenes de incautación, incluido uno en un depósito en Inhaúma, norte de Río de Janeiro, sede de la empresa Black Entertainment. Allí se encontraron varias máquinas adulteradas y también juguetes de imitación de marcas registradas.
Los investigadores constataron que las máquinas poseen un contador de movimientos que manipula la fuerza de la garra, permitiendo que esta pueda levantar un juguete solo después de un cierto número de intentos. Este mecanismo engaña a los consumidores haciéndoles creer que obtener los premios depende de la habilidad, cuando en realidad la frecuencia de los intentos exitosos está preconfigurada en el aparato.
En el lugar también se encontraron cubículos con etiquetas de centros comerciales, lo que sugiere que los dispositivos fueron enviados a esos establecimientos.
Durante el operativo, la policía incautó máquinas, juguetes, celulares, computadoras y documentos que serán analizados para identificar a otros integrantes del grupo criminal y posibles vínculos con organizaciones mayores, como las que se dedican a la quiniela clandestina conocida como “jogo do bicho”.
Los implicados podrán ser acusados de delitos contra la economía popular, contra el consumidor, contra bienes inmuebles y por asociación para delinquir, además de la contravención contemplada por el ya mencionado juego de azar.
Las investigaciones también apuntan al eventual lavado de activos.