Un caso de homicidio conmovió durante los últimos días a Brasil, tanto por la sevicia del crimen como por la edad de la víctima y el victimario.
Júlia Peixoto Machado, de 13 años, fue encontrada muerta el pasado martes en un antiguo centro comercial de la localidad de Araraquara, al sur de la ciudad de San Pablo. El cuerpo estaba semidesnudo y presentaba una treintena de puñaladas.
La niña había desaparecido en la tarde del lunes 9, cuando iba camino a su casa desde la escuela. La familia de la menor radicó la denuncia y la policía comenzó la búsqueda. Durante las pesquisas, los agentes fueron a la casa de un adolescente de 14 años, compañero de clase de Júlia y señalado como su novio.
Según consignara el medio local TN Sul, el menor dijo que había estado con ella y otros chicos al salir de la escuela, pero que luego todos se habían marchado a sus hogares y no había vuelto a verla. Sin embargo, cuando los agentes se marcharon, el chico confesó el crimen a su padre, y este llamó a la policía.
Finalmente, el menor indicó a las autoridades la localización del cuerpo: el estacionamiento de un antiguo centro comercial.
El asesino confeso relató que se había citado con Júlia en la puerta de la escuela y que los dos se dirigieron al edificio abandonado. “Dijo que concertó una reunión con ella el lunes por la mañana, y tuvieron relaciones sexuales; de hecho, el cuerpo estaba semidesnudo, pero dice que fue consentido. Y luego, por impulso, decidió matarla”, contó Gustavo Maio, comisario a cargo del caso, en declaraciones al noticiero Balanço Geral Tarde.
“Terminó confesando e indicando dónde estaría el cuerpo, entre los escombros del antiguo Shopping Tropical. Agentes acudieron al lugar y encontraron a la niña semidesnuda y con varias heridas en el pecho”, detalló el funcionario. Las heridas de arma blanca serían alrededor de treinta, aunque el número concreto no fue detallado. El lugar del hallazgo era un túnel de acceso al estacionamiento del shopping, sitio en el que había “mucho escombro y tierra”.
Debajo del cuerpo de Júlia se localizó un cortaplumas. Sin embargo, el crimen habría sido cometido con un cuchillo que, según contó el criminal, arrojó luego a un río cercano, al igual que el celular de la víctima.
El adolescente fue recluido de momento en una sede de la Fundación CASA (Centro de Atención Socioeducativa al Adolescente), en espera de la resolución de la Justicia.
Las autoridades dispusieron el análisis del teléfono de la menor, que fue localizado en el lugar indicado por el criminal. También se interrogará a posibles testigos, aunque los investigadores estiman que el joven actuó solo.
De acuerdo con el citado medio, la policía sospecha que el menor padece algún trastorno psicológico, algo que deberá establecerse mediante pericias.
De acuerdo con la información policial, víctima y victimario habían sido novios, luego rompieron y posteriormente reanudaron el vínculo.
En la casa del joven se encontró ropa manchada de sangre que, al parecer, había sido lavada.