El presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, se paseó este domingo por algunas ciudades satélite de Brasilia y conversó con sus vecinos en contra de las recomendaciones sanitarias de mantener el aislamiento social para contener el coronavirus.
El mandatario, de 65 años, abandonó el Palacio de la Alvorada, su residencia oficial en Brasilia, y visitó por sorpresa al menos las localidades de Ceilandia y Taguatinga, en la región metropolitana de la capital brasileña, según divulgó en sus redes sociales.
La escapada de Bolsonaro, que no consta en su agenda oficial, se produce un día después de que su ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, reforzarse la necesidad de quedarse en casa, incluso para los jóvenes, y de evitar aglomeraciones para contener la pandemia.
En Ceilandia, el líder ultraderechista se acercó a las puertas de un comercio e intercambió unas palabras con una mujer, en medio de una nube de curiosos que intentaba registrar el momento con sus teléfonos móviles.
"Hay que trabajar porque si no, el país va a quebrar", le espetó una vecina al gobernante.
"Abra las iglesias, por el amor de Dios", le pidió otra.
En Taguatinga, Bolsonaro conversó con un trabajador informal, uno de colectivos más afectados por las cuarentenas adoptadas, con mayor o menor alcance, por los gobernadores de los 27 estados del país, entre ellos el de Brasilia.
El jefe de Estado, un capitán de la reserva del Ejército, ha criticado duramente este tipo de medidas restrictivas para evitar la expansión de la pandemia y exigido la vuelta a la normalidad "inmediata" para mantener la economía a flote.
"Quien tenga un empleo, que vaya a trabajar", dijo el viernes en una entrevista a TV Bandeirantes.
Bolsonaro también defiende la reapertura de los colegios y una cuarentena solo reservada a personas con más de 60 años y aquellas que tengan enfermedades crónicas.
Vía decreto permitió que sigan en funcionamiento las casas de loterías y los templos religiosos, aunque la Justicia derribó el texto.
Brasil registró hasta este sábado 114 muertes y casi 4.000 casos confirmados de coronavirus, siendo el estado de Sao Paulo el principal foco de la pandemia en el país y donde también se ha decretado una cuarentena temporal.
Bolsonaro llegó a ser considerado un caso sospechoso de coronavirus después de que una veintena de personas que le acompañaron durante su reciente viaje a Estados Unidos dieran positivo por la enfermedad, aunque, en su caso y tras dos pruebas realizadas, el resultado fue negativo.
BRASILIA SE DESINFECTA PARA EVITAR MÁS CONTAGIOS
En el Distrito Federal de Brasil, hasta este sábado, las autoridades sanitarias habían notificado 260 casos confirmados de coronavirus, sin ningún óbito.
Este domingo, soldados del Ejército brasileño realizaron una acción en el metro de Brasilia para desinfectar andenes, estaciones y locales de gran circulación de pasajeros a fin de contener la propagación de la pandemia en la capital.
Los trabajos se desarrollaron de madrugada, fuera del horario de funcionamiento del metro, para aplicar los productos químicos desinfectantes de forma segura. EFE