El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro gastó un total de 27,6 millones de reales (más de 5 millones de dólares a cambio actual) con su tarjeta corporativa entre 2019 y 2022, según informó UOL Noticias con base a las planillas de gastos del exmandatario, que el Gobierno desclasificó tras su salida de la presidencia.
El medio brasileño destaca que, entre los gastos totales del presidente en hospedaje, la mayor parte fue pagada con la tarjeta corporativa.
En total, Bolsonaro pagó 13,7 millones de reales en hoteles (2,6 millones de dólares), gastando casi un millón y medio en el Ferraretto Hotel, en la ciudad costera de Guarujá, cerca de San Pablo.
En alimentación, los gastos con la tarjeta otorgada por la presidencia también fueron notorios: un total de 10,2 millones de reales.
Bolsonaro gastó 8.600 reales en heladerías, 408.000 en pescaderías y 581.000 en panaderías a lo largo de su mandato.
El mayor gasto en alimentación realizado con esa tarjeta es un cargo de 109.266 reales en el restaurante Sabor de Casa Delivery, de la ciudad de Boa Vista, en el estado de Roraima, ubicado en el extremo norte del país.
Los gastos del exjefe de Estado fueron publicados por Planalto en respuesta a un pedido de la agencia Fiquem Sabendo (Descubrir, en portugués) por medio de la Ley de Acceso a la Información Pública existente en el país norteño.
Hasta el final del mandato, la administración Bolsonaro manifestó que mantendría secretos los valores de los gastos del expresidente, según lo que regula un inciso de la norma citada.
El uso de las tarjetas corporativas para funcionarios del gobierno federal de Brasil está reglamentado por el decreto nº 5.335/2005, que establece que este método de pago debe ser usado para gastos de compras de materiales o prestación de servicios bajo “los estrictos términos de la legislación vigente”.
Según el Portal de Transparencia del Gobierno brasileño, el uso de esta tarjeta no pide la obligatoriedad del mecanismo de licitación, aunque, “debe seguir los mismos principios que rigen a la Administración Pública”, que son: “legalidad, impersonalidad, moralidad, publicidad y eficiencia, así como el principio de isonomía y la adquisición más ventajosa”.
UOL Noticias indica que, por este motivo, no es ilegal utilizar la tarjeta para compras de alimentación, “incluyendo helados”.
A su vez, señalan que los detalles de gastos de presidentes anteriores también fueron públicos. También hubo gastos de este tipo en heladerías en los gobiernos de Lula (2003-2011), Dilma Rousseff (2011-2016) y Michel Temer (2016-2019).
CNN Brasil indica que, durante su mandato, Bolsonaro gastó menos que Lula y Rousseff en sus respectivos primeros períodos como huéspedes del Palacio de Planalto.
El medio corrigió los valores con base a la inflación, lo que transforma los 27,6 millones de Bolsonaro en 32,6 millones a valor actual. Siguiendo el mismo procedimiento, los cálculos de CNN son que en su primera administración (2011-2014), Rousseff gastó 42,3 millones y Lula, 59 millones, entre 2003 y 2006.
También reportan que mientras Bolsonaro tuvo más gastos en alimentación, Lula y Rousseff los tuvieron en hospedaje durante viajes oficiales al extranjero.