"No hay que acobardarse con ese virus, hay que enfrentarlo con cabeza erguida, Dios está con nosotros", gritó Bolsonaro a una manifestación de fieles religiosos contra el aborto que se agolpó en el frente del Palacio del Planalto en Brasilia.
En el video, transmitido en vivo en el Facebook de Bolsonaro, el presidente volvió a atacar a los gobernadores y alcaldes que defienden la cuarentena y el distanciamiento social y criticó al Congreso y a la prensa.
Con otras 206 muertes registradas en las últimas 24 horas, Brasil suma 2.347 fallecimientos y 36.599 casos de covid-19.
Bolsonaro califica de "gripecita" el virus que ya mató más de 150.000 personas en todo el mundo y destituyó el jueves a su ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, quien defendía el distanciamiento social para contener el contagio en este país de más de 210 millones de habitantes y con altos índices de desigualdad social.
"Lo que más escuchamos son personas que quieren volver a la normalidad. Desde el comienzo dije que teníamos dos problemas, el virus y el desempleo (...) No estoy defendiendo la economía, estoy defendiendo los empleos (...) ¿No es posible entender que las consecuencias del desempleo es lo que va a matar a las personas?", dijo Bolsonaro en su transmisión.
Aunque reconoció que no puede forzar a gobernadores y alcaldes a suspender la cuarentena, dijo: "en lo que depende de mí, vamos a comenzar a flexibilizar y mostrar que ése no es el camino".
El presidente se refirió también a la paralización del fútbol brasileño e instó a discutir el regreso de las actividades deportivas.
En paralelo, una caravana recorría barrios nobles de Sao Paulo cuestionando el confinamiento.
"Creo que la mayoría ya quiere comenzar a volver a la vida normal", dijo Bolsonaro.
Aunque la mayoría de los brasileños (68%) defiende la cuarentena, a pesar de su impacto en la economía, según un sondeo de la encuestadora Datafolha publicado este sábado, la medida pierde apoyo. A comienzos de abril otro estudio de esa empresa arrojó que el 76% era favorable a quedarse en casa.
La encuesta arroja también que el 79% de los brasileños defiende castigar verbalmente (43%), con multas (33%) y prisión (3%) la violación de las medidas de cuarentena.
El exministro Mandetta, sustituido por el oncólogo Nelson Teich, dijo la semana pasada que Brasil afrontará su pico de casos entre mayo y junio.
Sao Paulo, epicentro de la enfermedad en Brasil con 991 muertes y 13.894 casos, prorrogó hasta el 10 de mayo su cuarentena parcial que limita las actividades a comercios considerados esenciales, como supermercados y farmacias, entre otros.
AFP