El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, insistió este jueves en que la reducción de muertes violentas en 2021, que llegó a su nivel más bajo desde 2011, se debe a su política de flexibilizar el porte y uso de armas de fuego.
"Dejo claro que la violencia ha disminuido en Brasil y uno de los factores ha sido ese (el armamentismo). Si hubiese aumentado el número de muertes por arma de fuego, me estarían culpando, pero como disminuyó nadie dice nada", afirmó el mandatario durante la retransmisión semanal que realiza en sus redes sociales.
En Brasil se registraron 130 homicidios al día en 2021, para un total de 47.503 muertes, y aunque el número todavía alarma, corresponde a la menor cifra de los últimos diez años, según los datos del Anuario Brasileño de Seguridad Pública, que recopila datos oficiales de los 27 estados del país.
Si bien el número de muertes violentas en el último año cayó un 6,5 % frente a 2020, las cifras aún ubican al gigante sudamericano entre los diez países más violentos del mundo.
No obstante, los expertos en seguridad consideran que ese descenso de los homicidios se debe sobre todo a que hubo menos conflictos entre las grandes bandas criminales del país y a la menor circulación de personas, pues durante parte de 2021 se adoptaron restricciones sanitarias por la covid-19.
El número de armas de fuego en manos de particulares, en tanto, creció un 241 % en Brasil durante el Gobierno de Bolsonaro, según datos del mismo anuario divulgados la semana pasada.
En 2019, año en que el líder de la ultraderecha llegó al poder, había 197.390 salvoconductos otorgados a particulares, número que para el 30 de junio de este año se había disparado hasta los 673.818 registros, de acuerdo con la base de datos del Ejército.
Bolsonaro, principal abanderado del movimiento armamentista civil en Brasil, celebró esa certificación de "casi 700.000" portadores de armas, principalmente cazadores, coleccionistas y practicantes de tiro deportivo.
EFE