El presidente estadounidense, Joe Biden, recalcó este viernes que es una "obligación moral" actuar ante la "emergencia nacional" provocada por la pandemia del coronavirus, al firmar dos órdenes ejecutivas que amplían las ayudas federales para las familias de bajos recursos.
"Seguimos inmersos en una crisis que solo se ve una vez cada siglo, y se está profundizando", afirmó Biden en un acto en la Casa Blanca.
El nuevo presidente estadounidense, que asumió el cargo el miércoles, dijo que la gravedad de la situación implica "una obligación moral" y "un imperativo económico".
MILLONES DE ESTADOUNIDENSES PASAN HAMBRE
Según los últimos datos del Censo, cerca de 50 millones de estadounidenses están en situación de inseguridad alimentaria.
"Estamos en emergencia nacional (...) No podemos, no dejaremos que la gente pase hambre", agregó.
La primera orden ejecutiva está destinada a ampliar la asistencia federal en programas de cupones de alimentos para las familias de bajos recursos y acelerar la distribución de las transferencias directas aprobadas en el paquete de rescate fiscal aprobado a final de 2020.
La segunda sienta las bases para subir a 15 dólares la hora del salario mínimo de los empleados y contratistas del Gobierno federal, frente a los 7,25 actuales.
En su intervención, Biden insistió en que la "emergencia nacional" exige una respuesta de envergadura, por lo que instó al Congreso a aprobar su plan de estímulo fiscal de 1,9 billones de dólares.
En una rueda de prensa previa, Brian Deese, el principal asesor económico de la Casa Blanca, reconoció que las órdenes firmadas este viernes "no sustituyen la propuesta legislativa integral", pero son "un salvavidas fundamental" para millones de familias.
Biden, no obstante, es consciente de sus límites desde la Casa Blanca para sacar legislación a golpe de órdenes ejecutivas por lo que necesita el Congreso para aprobar la propuesta.
Los demócratas cuentan con mayoría en ambas cámaras, pero en el Senado es tan ajustada que se prevé una dura batalla legislativa, y los republicanos ya han mostrado sus reticencias a aprobar una nueva ley de gasto apenas un mes después del rescate aprobado a finales de año en el final del mandato del expresidente Donald Trump.
NUEVO PLAN DE RESCATE
Hace una semana, Biden lanzó su ambiciosa propuesta de estímulo fiscal de 1,9 billones de dólares, que incluye una ronda de pagos directos a los ciudadanos por 1.400 dólares y un suplemento de seguro de desempleo de 400 por semana hasta septiembre.
Destina, asimismo, 160.000 millones de dólares para el programa de vacunación en el país, 20.000 millones para las tareas de distribución de las dosis, así como 50.000 millones de dólares para pruebas.
También propone invertir 170.000 millones en escuelas e instituciones de educación superior, incluido un monto de 130.000 millones para asegurar que los establecimientos educativos puedan reabrir de manera segura pese a la pandemia de coronavirus.
CRISIS HISTÓRICA
La irrupción del virus en EE.UU. en marzo y las consiguientes restricciones adoptadas para frenarlo dispararon la tasa de desempleo hasta el 14,7 % en abril, una cifra no vista en más de 50 años, frente al 3,5 % registrado en febrero.
Desde entonces, se ha ido reduciendo hasta el 6,7 % con el que cerró diciembre, pero aún 10 millones de empleos menos de los existentes en EE.UU. antes la pandemia.
El Gobierno federal lanzó dos paquetes de rescate, uno de 2,2 billones de dólares en marzo pasado, y otro de 900.000 millones de dólares en diciembre, que sin embargo se han mostrado insuficientes ante la magnitud de la crisis desatada por el coronavirus.
EFE