Envuelto en investigaciones legales mientras planea una nueva carrera por la Casa Blanca en 2024, Donald Trump revive al movimiento conspirativo QAnon, cuyos miembros lo consideran un icono.

Si bien el fundador del grupo apenas conocido como “Q” puede haber desaparecido del horizonte, el expresidente republicano afirmó durante una reciente reunión de campaña en Ohio que el movimiento sigue vivo. 

Los partidarios de Trump alzaron solemnemente sus dedos índices hacia el cielo cuando terminó su discurso con los acordes de la canción “Adónde va uno, vamos todos”, o WWG1WGA, lema de QAnon.

El expresidente usó ese mismo tema el 9 de agosto en un video publicado justo después del allanamiento que el FBI realizó en su mansión de Florida. Y lo ha utilizado en otros lugares, algo que los seguidores de QAnon destacan en las redes sociales.

Además, Trump se hace eco de las ideas de QAnon en su red social Truth Social. El 13 de setiembre, compartió una foto suya con una enorme “Q” en la solapa.

Los seguidores de QAnon suscribieron extrañas teorías sobre una red demócrata satánica de abuso sexual infantil.

Entre sus exponentes figura Jacob Chansley —uno de los que asaltaron el Capitolo el 6 de enero de 2021 para evitar la certificación de la victoria de Joe Biden en las elecciones—, que ingresó al edificio del Congreso sin camisa, armado con una lanza y luciendo un tocado de “chamán”.

Según los expertos, QAnon adopta teorías cada vez más “trumpistas”, como la negación de las elecciones de 2020 y la noción de la existencia de un “Estado en la sombra” en Washington que no rinde cuentas.

Hay una superposición entre QAnon y las consignas de Trump resumidas en “Make America Geat Again” (MAGA), que hace “difícil distinguir” una de otra, dijo Rachel Goldwasser, experta en extrema derecha del Southern Poverty Law Center.

Trump es ahora “una especie de héroe de la teoría de la conspiración”, afirmó.

Mensajes enigmáticos 

Nacido en 2017 en Estados Unidos, el movimiento QAnon toma su nombre de los enigmáticos mensajes publicados por “Q”, que se cree es cercano al expresidente republicano.

Muchos seguidores, que en 2020 sumaban cientos de miles, asistían a los mitines de campaña por la reelección de Trump con pancartas de “QAnon” y camisetas impresas con una “Q”. Trump no los respaldaba, pero tampoco tomaba distancia. 

Después de que Trump perdiera las elecciones, y particularmente después del ataque al Capitolio, el movimiento perdió impulso.

Los mensajes de “Q” se detuvieron, y una persona asociada con el sitio web donde aparecían estos posteos instó a seguir adelante y aceptar al nuevo presidente Joe Biden.

Expulsados de las principales redes sociales, los seguidores de QAnon recurrieron a Telegram y, luego, cuando se lanzó en febrero de 2022, a Truth Social.

“Escenario peligroso”

Ahora, el movimiento se vuelve a centrar en la campaña de Trump y propaga la idea de que hubo fraude en las últimas elecciones para evitar su reelección.

“La forma más impactante en que ha evolucionado la ideología es en su conexión con cosas como la negación de las elecciones”, dijo Alyssa Kann, experta en extremismo interno del Laboratorio de Investigación Digital Forense del Atlantic Council.

John Sabal, conocido por su usuario digital QAnon John, realizó un gran mitin en Dallas, Texas, el año pasado y planea otro en noviembre. Entre los oradores anunciados figuran el exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani y George Papadopoulos, un exasesor de campaña Trump. 

Michael Flynn, quien fuera asesor de seguridad nacional de Trump, ha recorrido el país para promocionar al expresidente. Aunque no menciona abiertamente a QAnon, a menudo usa la frase favorita del movimiento: “Se acerca la tormenta”.

Un video grabado en un evento de recaudación de fondos el 18 de setiembre en California, Flynn y otros escuchan a una mujer que canta “A donde va uno, vamos todos”.

“Cuando combinas las características de una secta con todos los adornos de una religión, obtienes un escenario muy volátil y peligroso”, dijo a MSNBC Frank Figliuzzi, exfuncionario del FBI.

No está claro por qué Trump abandonó su trato distante con QAnon, pero coincide con el aumento de las investigaciones legales en su contra y sus esfuerzos para que sus aliados sean elegidos en los comicios de medio mandato de noviembre.