El Banco Central del Uruguay (BCU) decidió este martes un incremento de la tasa de interés de política monetaria (TPM) de 75 puntos básicos, ubicándola en 9,25%.
“Este aumento permite ingresar en la fase contractiva (se encarece el costo del dinero para reducir la cantidad que circula) de la política monetaria en línea con lo anunciado en las dos reuniones anteriores del Comité de Política Monetaria (COPOM)”, expresó la institución en un comunicado.
Además,
adelantó que en la senda de un “ingreso gradual a la fase contractiva de la
política monetaria”, se prevén al menos dos aumentos adicionales de 50 puntos
básicos en las próximas reuniones del COPOM, hasta llevar la tasa de interés a
niveles consistentes con la convergencia de las proyecciones del BCU a su
objetivo de inflación”.
Las autoridades manifestaron que para tomar la decisión se valoraron distintos aspectos de la coyuntura nacional e internacional.
“En Uruguay, tanto la inflación como las expectativas de inflación continúan fuera del rango meta, mientras que la actividad económica se ha recuperado a niveles por encima de la prepandemia, lo que se refleja en buenos indicadores del mercado de trabajo. En el mundo, la inflación también continúa sufriendo presiones al alza. Este hecho provoca la reacción cada vez más contractiva de los principales bancos centrales, en particular la Reserva Federal de Estados Unidos (FED). En esa coyuntura, la inestabilidad y el bajo crecimiento mundial y de la región, el mayor deterioro de las condiciones financieras y las mayores presiones inflacionarias globales, constituyen los principales riesgos a monitorear”, argumentaron.
Exministro en desacuerdo
En abril de este año, el exministro de Economía Danilo Astori criticó en diálogo con Montevideo Portal la "política de alza en las tasas de interés" que estaba siguiendo el BCU en los últimos meses.
El senador dijo que los aumentos en las tasas no habían tenido efecto en la disminución de la inflación y que si se consideraban los factores internos, el aumento de los precios permanecía.
"El Banco Central practicando esta política de alza en las tasas de interés y encareciendo el dinero, no solo no baja la inflación, sino que además genera efectos depresivos sobre la producción, porque el dinero está más caro. Cuesta más iniciar o reiniciar o sustentar actividades productivas, y eso también es factor inflacionario. O sea, actuar así hace que la inflación pierda un poco su carácter de fenómeno monetario para convertirse en un fenómeno de carácter productivo y de accionar negativo", había cuestionado el economista.