Azerbaiyán impuso este miércoles su voluntad a Nagorno Karabaj (territorio también conocido bajo su nombre armenio: la República de Artsaj), enclave habitado por armenios que aceptó su propio desarme como condición para el cese de las hostilidades tras apenas 24 horas de una operación militar azerbaiyana.
Las autoridades karabajíes aceptaron también participar mañana, jueves, en negociaciones para la integración de ese territorio en Azerbaiyán, en lo que parece una capitulación en toda regla.
De esta forma, la autoproclamada república de Nagorno Karabaj firmó su propio acta de defunción tras 32 años de existencia, ya que proclamó su independencia en 1991, poco antes de la desintegración de la Unión Soviética.
Rusia, teórico garante de la seguridad en el Cáucaso Sur, se mantuvo al margen del conflicto, lo que le ha granjeado duras críticas de Armenia, que acusó de inacción a las fuerzas de pacificación rusas.
Operación Relámpago
La situación para Nagorno Karabaj, que ya había perdido una tercera parte de su territorio en la guerra de 2020, era insostenible después de que el enemigo hubiera roto la víspera sus defensas en varios sectores con ayuda de ataques masivos de su artillería y aviación.
“Nagorno Karabaj no tenía y no tiene recursos para defenderse ante Azerbaiyán. Los armenios del Karabaj debían combatir hasta el final o rendirse, y es evidente que optaron por la segunda opción para evitar su completa eliminación. Se puede decir que Azerbaiyán ha solucionado el problema del Karabaj”, comentó a Efe Amirán Salukvadze, general de brigada georgiano.
El ejército azerbaiyano logró su objetivo en apenas 24 horas de “operación antiterrorista”, en las que tomó casi un centenar de posiciones enemigas y nudos de comunicaciones.
“Las Fuerzas Armadas de Artsaj (Nagorno Karabaj en armenio) se defendieron heroicamente ante un enemigo que les superaba varias veces en fuerza y técnica militar, y le causó grandes pérdidas. Lamentablemente, hay muertos y heridos”, informó el Centro de Información del Karabaj, que cifró las bajas mortales en 32, siete de ellas civiles.
Por ello, los karabajíes aceptaron el acuerdo sobre el cese total de las hostilidades a partir de las 13:00 horas (6:00 hora de Uruguay) del miércoles propuesto por el mando de las fuerzas de paz rusas.
Desarme y reintegración
Lo más doloroso para los karabajíes es que también se alcanzó un acuerdo “para la disolución y el desarme completo de las formaciones armadas” del Ejército de Nagorno Karabaj.
Al respecto, Bakú precisó que “las formaciones armadas armenias ilegales depondrán las armas, abandonarán las posiciones de combate y los puestos militares y se desarmarán por completo”.
Además, las unidades de las Fuerzas Armadas armenias también abandonarán el territorio del enclave, aunque Ereván mantiene que desde 2021 no hay desplegadas tropas armenias en la zona.
El contingente de paz ruso garantizará la implementación de la retirada y la entrega de todas las armas y equipos pesados, que serán inmediatamente destruidos.
Ambas partes se reunirán el jueves en la localidad azerbaiyana de Yevlaj, que se encuentra a 100 kilómetros de la capital karabají, Stepanakert (Jankendi), para abordar “los asuntos relativos a la reintegración, las garantías de derechos y seguridad de los armenios de Nagorno Karabaj”.
Miles de evacuados
Según la oficina del Defensor del Pueblo karabají, más de 7.000 civiles ya han sido evacuados de “las zonas de peligro”, mientras los pacificadores rusos hablan de 2.261 personas, de ellas 1.049 niños.
Las imágenes del aeropuerto de Stepanakert muestran hoy a miles de personas concentradas en sus instalaciones con la esperanza de abandonar urgentemente la región, donde viven unos 120.000 karabajíes, con destino a Armenia.
Las autoridades azerbaiyanas dijeron haber abierto corredores humanitarios para evacuar a los karabajíes interesados en refugiarse en el país vecino, cuyas autoridades han exigido a los pacificadores rusos que protejan a la minoría armenia.
“Entendemos que, si los pacificadores han mediado el acuerdo, eso significa que aceptaron plenamente y sin reservas la responsabilidad total de velar por los armenios de Nagorno Karabaj”, dijo el primer ministro armenio, Nikol Pashinián, en un discurso a la nación.
En su momento, Bakú había conminado a los karabajíes a aceptar la ciudadanía azerbaiyana para seguir viviendo en dicha región, una línea roja para muchos armenios, ya que la enemistad entre ambos pueblos tiene raíces muy profundas.
El Kremlin se defiende de las críticas
Manifestantes armenios se concentraron frente al edificio del Gobierno, pero también ante la sede de la embajada rusa en Ereván, donde acusaron al Kremlin de abandonar a su suerte a los karabajíes.
“Tales acusaciones en nuestra contra son absolutamente infundadas y no tienen ninguna base en la que sostenerse”, dijo Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin.
Peskov aseguró que el propio Pashinián reconoció hace varios meses que ese enclave “es parte de Azerbaiyán”. “De iure se trata de acciones de la república de Azerbaiyán en su propio territorio”, sentenció.
EFE
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