El Movimiento de Participación Popular (MPP) dio a conocer un documento de aporte a la autocrítica del Frente Amplio (FA), fuerza política que hace meses lleva a adelante un proceso de análisis de las causas de su derrota electoral en 2019 luego de 15 años de gobierno.
El MPP mezcla en su documento algunos aportes de su sector con algunos del documento interno del FA titulado "Balance, evaluación, crítica, autocrítica y perspectivas". Entre las principales reflexiones en el MPP figuran menciones al contexto regional, a la conciencia social de la población local y la ética de algunos dirigentes.
El sector expresó que en la región, en algunos países en donde había gobiernos de izquierda, "aparecieron grupos radicales de derecha que utilizaron todos los recursos legales, los lindantes con la ilegalidad o los directamente ilegales, que politizaron la justicia, judicializaron la política y tuvieron de aliados incondicionales a los propietarios de los grandes medios de comunicación".
"Todo con el fin no solo de sustituir los gobiernos de izquierda, sino de ofrecer una visión deformada y mentirosa de la historia. Un relato, como se le dice ahora, funcional a sus intereses económicos y políticos. En este proceso se dieron las elecciones en nuestro país, y anteriormente se desplegó el tercer gobierno del FA. Es necesario evaluar que lo que nos pasó estuvo íntimamente ligado a este proceso, tanto como fuerza política o como gobierno frenteamplista", se apuntó en el escrito.
Allí se añadió que "la experiencia progresista" de inicios del siglo XXI "llevó a que amplios sectores de los pueblos en América Latina revaloraran el papel del Estado como regulador y como generador de políticas públicas".
"En este escenario se concretó la experiencia más importante de espacios de soberanía, de independencia política y de construcción post neoliberal en la historia de la región. Fueron decenas de millones de latinoamericanos los que salieron del anonimato, adquirieron derechos e irrumpieron a la vida política siendo directos destinatarios de un cúmulo de políticas públicas y sociales destinadas directamente a humanizar su existencia", se expresó en el documento.
En el escrito se añadió que "la democracia no es solo un conjunto de normas para elegir autoridades" sino que "desde una perspectiva popular, la democracia es un proceso permanente de construcción de libertad e igualdad y un espacio de transformación social y de paz".
"Desde esa perspectiva, la contraofensiva conservadora del statu quo anterior y el triunfo o ascenso de la derecha en esta parte del mundo durante los últimos años intentará imponer como inevitables, modelos que, en caso de cristalizar, redundarán en menos igualdad, menos libertad y, por lo tanto, menos democracia", agrega el escrito.
En este sentido, el MPP afirmó que "quince años después" de haber asumido el gobierno "el FA deja una sociedad que disfruta de un mejor nivel de vida, que goza de mayores derechos y que puede acudir a instituciones más abiertas, democráticas y plurales", sin embargo, "la derrota del FA en las elecciones de 2019 no significó, solamente, el cambio de un gobierno por otro".
"Significó, fundamentalmente, cambiar el proyecto de país que se estaba llevando adelante, y solo a ocho meses de haber asumido el nuevo gobierno eso se puede ver de forma evidente, aunque todavía no se sientan crudamente todas sus consecuencias", señaló el MPP.
El sector manifestó que "a la hora de valorar lo actuado por el FA" es necesario incluir "la conciencia acumulada, la organización lograda y el fortalecimiento organizativo de la fuerza política".
En cambio, a la hora de evaluar un gobierno hay que hacerlo "en términos de objetivos de gestión". "Si el gobierno predomina sobre la organización política esta puede confundir los roles y terminar evaluando como si lo esencial de la misma fueran los objetivos de gestión y no la acumulación político social".
Autocrítica
Entre los primeros puntos de crítica, el MPP señaló "la crisis de estrategia" que "se expresó en la falta de líneas de acción política hacia la población, en la ausencia de campañas generales o locales, en la escasa participación de la fuerza política en la movilización y en el debate ideológico sobre los valores de nuestra sociedad".
"No trabajamos suficientemente sobre la base del proyecto de país que es la esencia de nuestro programa; trabajo insuficiente para consolidar el proyecto político y la organización frenteamplista; débil comunicación con la población, enormes dificultades para crear conciencia sobre la importancia de las políticas públicas en las mejoras alcanzadas y no se logró revertir la creencia de que estas se debían al esfuerzo personal o individual; tampoco logramos establecer que la medida de los cambios no era el mayor acceso a los bienes de consumo individual, sino la mejora de los bienes sociales: vivienda, salud, educación", manifestó el MPP.
A nivel político, el sector criticó que el FA no identificó "a los enemigos", que en su opinión son "la oligarquía y el imperialismo". "Y como no los identificamos claramente creímos muchas veces que las dificultades que se nos presentaban eran solo problemas de gestión. Como si hubiéramos jugado solos. No tuvimos suficientemente en cuenta los intereses económicos encontrados, como si se hubiera terminado la explotación, como si no hubiera ganadores y perdedores. Si el discurso, y también la autocrítica, se remiten a la gestión, entramos en el discurso apolítico de la derecha".
"Hay que reconocer que no fuimos capaces de crear conciencia social en un grado suficiente como para que la gente se apropiara de los logros alcanzados, en primer término, por no tenerlo como prioridad y porque tampoco contribuimos a ayudar a crear conciencia de que esos logros estaban fuertemente vinculados a las políticas públicas que emergían de un proyecto de país diferente. Existió la renuncia por parte de la fuerza política, tal vez sin asumirla como tal, a dar la batalla sistemática contra un proyecto de país concentrador de los recursos, que produciría necesariamente una mayor separación entre pobres y ricos y la pérdida de derechos conquistados en quince años de gobierno", se añadió en el documento.
"No haber dado esta batalla política, ideológica y cultural, llevó a muchos uruguayos de capas medias, de profesionales universitarios, medianos y pequeños empresarios, capas medias de trabajadores, e incluso capas bajas de la sociedad que mejoraron sustancialmente sus condiciones de vida, a creer que esa mejoras se debían exclusivamente a sus capacidades intelectuales y de trabajo, minimizando en algunos casos y en otros sencillamente negando que, junto a su esfuerzo, las políticas socioeconómicas que se llevaron adelante fueron las que permitieron la mejora en la calidad de vida alcanzada", agregó.
El MPP también entiende que "el fenómeno se repitió en los quintiles más bajos de la sociedad". Allí, según su versión, si bien se logró "una enorme baja de la pobreza y de la indigencia, la casi ausencia del FA como fuerza trabajando en lo político-ideológico y ayudando a organizar la demanda, limitó muchísimo la síntesis política".
Puertas adentro
Por otro lado, el MPP entiende que "los triunfos electorales, los éxitos económicos" y otros factores como el haber tenido mayoría parlamentaria durante todos sus gobiernos, "fueron generando un nivel de omnipotencia" en el FA que provocó que "la discusión" fuese "puertas adentro".
"Las alianzas políticas se descuidaron porque el FA parecía imparable y las alianzas sociales no se alimentaron porque por momentos, como fuerza política, creíamos saber más de las reivindicaciones o problemas que tenían los actores sociales que ellos mismos. En definitiva, perdimos pie en nuestra base electoral, pero sobre todo fuimos perdiendo militancia, capacidad de movilización y nos alejamos de la base social que permitió el triunfo en 2004", se detalló en el documento.
También entienden que "el funcionamiento orgánico del FA mostró signos de debilitamiento" porque "paulatinamente se fue degradando el papel del Plenario Nacional, de la Mesa Política, del Secretariado y hasta de la propia Presidencia del Frente Amplio".
"Esta situación golpeó muy fuerte en lo político, redundando en el debilitamiento de la orgánica. Quizá uno de los errores más grandes fue disolver la Comisión Delegada del Interior, que contribuyó a aumentar la macrocefalia canaria y montevideana en la organización frenteamplista", apuntó el MPP.
Ética
Además, el sector entiende que "es necesario reafirmar y no olvidar el rol central de la ética" en la visión frenteamplista. "En algunas circunstancias apreciados compañeros y compañeras no registraron que ejercer un cargo público es una responsabilidad de primer orden", agregó el MPP citando el documento interno del FA.
"Cuando algún frenteamplista se apartó de ese camino, las más de las veces nuestra reacción fue defender al compañero a rajatabla o aceptar de plano como buena su versión. Aunque tuviera razón, no se sopesó políticamente que, de permanecer en la función que desempañaba, erosionaba la visión que muchas personas podían hacerse de nuestra fuerza política. Muchas veces se trata de una línea muy delgada, porque tampoco se puede aceptar que mediante calumnias o mentiras se erosione el buen proceder de servidores públicos ejemplares como son la mayoría de nuestros compañeros y compañeras", añadió el MPP en base al documento del FA.