El jefe del Ejecutivo del estado australiano de Victoria, Daniel Andrews, cuya capital es Melbourne, anunció la medida con el objetivo de controlar la expansión de los nuevos contagios, que este martes registraron en esta jurisdicción 191 nuevos casos, la mayoría por contagios locales y al menos 37 vinculados a focos desconocidos.
Andrews, cuyo gobierno ya impuso medidas drásticas durante la parte más dura de la pandemia en Australia, también anunció el reconfinamiento del municipio de Mitchell, situado a 77 kilómetros de Melbourne, por el alto número de infecciones en esa área rural.
El político recalcó que los habitantes de Victoria deben "ser realistas acerca de las circunstancias que afrontamos. Tenemos que ser claros entre nosotros de que esto no ha terminado. Pretender que ha pasado porque así lo queremos no es la respuesta. Eso es parte del problema".
Las autoridades anunciaron la víspera el cierre de las fronteras entre los estados australianos de Victoria y Nueva Gales del Sur, los más poblados y los principales motores económicos del país, por primera vez en 100 años y que entra en vigor esta medianoche.
La vigilancia de la frontera con Nueva Gales del Sur, que se extiende en el interior a lo largo de 4.635 kilómetros, estará a cargo de unos 650 agentes de la Policía, con la asistencia de unos cien soldados.
Las autoridades australianas además han desplegado otros 260 militares para ayudar con las tareas de logística y las pruebas para detectar la COVID-19 en el estado de Victoria, cuya economía representa un 23 por ciento del PIB australiano.
Las autoridades de Victoria tienen previsto continuar con su programa de pruebas masivas para detectar la COVID-19, especialmente en nueve edificios de viviendas públicas en Melbourne, en donde unas 3.000 personas están sometidos desde el sábado pasado a un confinamiento mucho más estricto que las doce áreas aisladas en esta ciudad por el rebrote.
"La estrategia es completar las pruebas lo más pronto posible, una vez completadas, estas nueve edificios podrán tener las mismas restricciones que el resto de Melbourne", indicó Andrews.
Victoria, que afronta desde hace más de dos semanas una crisis por este rebrote de COVID-19, registra más de 2.800 infecciones de los más de 8.500 que tiene Australia, cifra que incluye a 22 de los 106 fallecidos en el país desde el inicio de la pandemia.
Con información de EFE