El caso de Alejandro Astesiano, excustodio del presidente de la República, empezó como una investigación acerca de una gavilla que medraba con la entrega ilegítima de pasaportes uruguayos a ciudadanos extranjeros, en particular a rusos y ucranianos. Sin embargo, con el paso de los meses las pesquisas se ampliaron, dada la presunta participación del vigilante en numerosos ilícitos e irregularidades.
En los últimos días, y tal como informábamos, se conoció el diálogo entre Astesiano y un efectivo policial, conversación en donde este último solicitaba efectuar trabajos ilegales de inteligencia y espionaje sobre alumnos y docentes del liceo 41, en el Cerrito de la Victoria. Ante el interés manifiesto de Astesiano, el agente identificado en los contactos como Marcelo Baiano le pasó datos personales de profesores y estudiantes.
“Sí, Marcelo. Doy la orden urgente”, dijo el exjefe de custodia presidencial.
Estas conversaciones, divulgadas por el periódico La Diaria, generaron inmediatas reacciones. Desde los sindicatos educativos y la oposición se repudió lo que —en caso de haberse producido realmente— configuraría un caso de espionaje ilegal en democracia. También el director del Codicen, Robert Silva, expresó sus sorpresa y desagrado con la revelación. “De haberse concretado, obviamente es un hecho absolutamente repudiable, en donde la Justicia está interviniendo, investigando, y desarrollará las acciones que corresponden”, aseveró.
Con nombre
En las últimas horas se conocieron pormenores sobre el diálogo antes mencionado. En una nota publicada en el periódico El Observador, el periodista Leonardo Haberkorn revela —en base a fuentes cercanas al caso— que el uniformado es un cabo de la Policía llamado Marcelo Franquez.
“Ya fue interrogado y sus declaraciones ya fueron remitidas a la fiscal Fossati”, dijeron las fuentes consultadas por el reportero.
Franquez trabajaba en la comisión en el Servicio de Seguridad Presidencial. Curiosamente, el pasado lunes 6 y por “resolución ministerial” fue retirado de ese puesto, “reintegrándose a su unidad de origen” en la policía montevideana. “Por orden del comando de esta Jefatura, el funcionario en mención prestará servicios en la Jefatura de Zona Operacional 1 – Seccional 5ta”, se lee en el boletín de ordenes diarias del Ministerio del Interior, en una publicación efectuada el miércoles.
Línea directa con Suárez y Reyes
Este jueves, el semanario Búsqueda publicó contenidos inéditos de la carpeta fiscal del caso Astesiano, donde constan las conversaciones entre el imputado y Patricia Rodríguez, presidenta del sindicato policial Sifpom.
Una de esas conversaciones se remonta al pasado 30 de marzo, cuando el presidente Lacalle Pou —acompañado por su entonces custodio— viajaba a Mercedes para evaluar los daños de un temporal que había castigado la localidad.
“¿Estás yendo a Soriano? Tenemos una policía con su casa comprometida por lo de ayer. Si querés les paso la dirección”, le escribió entonces Rodríguez a Astesiano. “Ya hablé. Pasame datos. Grado nombre dirección. Quién integra la familia si tiene chicos también”, respondió el custodio.
A resultas de esta comunicación, se modificó el rumbo del recorrido, y Lacalle Pou visitó la casa de la agente damnificada. Luego, Astesiano le mandó a Rodríguez fotos de la visita del mandatario a la casa de la policía. “Ahora me preguntó si yo te había dicho que estábamos acá. Ya le dije. Se reía. Estamos a la orden, Paty”, escribió.
De acuerdo con el citado medio, los chats revelan un vínculo cordial entre Astesiano y Rodríguez, donde esta le pedía “atajos” para llegar al mandatario y favores. Astesiano, por su parte, complacía estos pedidos siempre que le era posible.
En julio, y en medio de un áspero conflicto interno entre COFE y los sindicatos policiales, Rodríguez habría solicitado el concurso de Astesiano para acceder rápidamente al presidente.
“Necesito que le digas al presidente que es urgente reunirnos [...], si lo mando por secretaría demora y el lío es ahora”, pidió el 5 de julio la dirigente sindical. Al parecer, Astesiano se tomó en serio el pedido, y cinco días más tarde respondió: “Bueno, Patricia, mañana te estamos esperando ahí. Viste que es más rápido por este lado, sí, tenés razón”, expresó en un mensaje de audio.
La reunión se llevó a cabo el 11 de julio en Suárez Chico, el edificio del antiguo Observatorio Meteorológico Municipal, que hoy forma parte de la residencia presidencial. Previamente, Astesiano le pidió foto del auto en el que llegaría, para así agilizar el acceso a la residencia.
“Ale, no te vi. ¡Nos vemos! Pensé en saludarte, pero no te vi”, escribió Rodríguez luego del encuentro. Astesiano le dijo que en ese momento estaba en Torre Ejecutiva, y la saludó cordialmente. “Arriba y siempre a la orden”, escribió.
Tres días después de esa reunión, los salarios más bajos de la policía celebraban un aumento salarial de 11%, un 2,5 más que lo que COFE había obtenido en su negociación. En el chat, Astesiano y Rodríguez compartieron videos donde esta última anunciaba el aumento, y ambos se congratularon. “¡Grande, Patricia!”, escribió el ahora imputado.
Otra de las conversaciones entre Astesiano y Rodríguez, iniciada el 31 de agosto, se refiere a la situación de Luis Calabria, a la sazón director general de Secretaría del Ministerio del Interior, quien renunció a su cargo tras conocerse que él y familiares suyos se atendieron en el Hospital Policial. En el diálogo, ambos especulaban acerca de quién ocuparía el puesto vacante.
“Si paa hoy estube presente con calabria fue fuerte o pendis la renuncia o te echo” (sic), escribió Astesiano.
Por su parte, la sindicalista expresó su deseo de que el presidente “no se deje enganchar por la vieja oficialidad” para designa un sucesor. Consideró necesario “cambiar y renovar” la cúpula policial y agregó que “tipos obsoletos como el director de Policía y el de Montevideo [Mario D’Elía] no pueden arreglar nada en seguridad”. El director en cuestión, Diego Fernández, fue removido de su cargo este martes.
En la misma conversación, ambos dialogaron sobre el posible suceso de Calabria. Rodríguez se interesó por saber si sería para ese fin sería designado Edison Casulo, asesor del ministro Heber en el Ministerio del Interior. Astesiano lo consideró poco probable, dado que no gozaría de las simpatías de Lacalle Pou. “Entre nos, Luis no lo quiere”, dijo el custodio.
Finalmente, el puesto recayó sobre Nicolás Martinelli.