A fines del pasado setiembre, un hombre de 79 fue ingresado en un sanatorio en La Ovallera, Palo Negro, en el estado venezolano de Aragua. Según informara entonces le medio local El Periodiquito, el anciano llegó al lugar por sus propios medios y solicito atención médica. Al pasar por rayos x, se descubrió que paciente tenía una botella de vidrio en los intestinos.
El caso revestía gravedad, dado que si la botella se rompía podía provocar serias lesiones internas. Además, el objeto había hecho “efecto ventosa”, por lo que se hacía inviable retirarla por tracción. La compleja situación hizo que el paciente fuera derivado al Hospital Central de Maracay, donde se le realizó una cirugía que, por fortuna, fue exitosa.
Al recibir al paciente, los médicos supusieron que se trataba de uno de los tantos casos en los que las personas se introducen objetos en el cuerpo y luego no consiguen retirarlos. Sin embargo, la situación del septuagenario era muy otra.
El hombre contó que fue agredido por tres individuos que pretendían robarle. Al comprobar que no levaba encima dinero ni valores, se enfurecieron y lo atacaron demás de propinarle varios golpes, le introdujeron la mencionada botella por el ano.
El caso tomó estado público recientemente, luego de comprobarse de que se trataba de un episodio policial. Según publica el periódico venezolano La Voz, una vez que el paciente estuvo en condiciones de declarar fue interrogado por detectives de Policía Científica, a quienes relató lo sucedió y brindó la descripción de sus atacantes.