La inflación en Argentina llegó a 142,7% interanual en octubre, uno de los índices más elevados del mundo y que constituye una de las principales preocupaciones de la población, cuando falta menos de una semana para el balotaje presidencial del 19 de noviembre.
Los argentinos elegirán nuevo presidente entre el ministro de Economía, el peronista de centro Sergio Massa, y el líder libertario Javier Milei, con propuestas antagónicas de política económica. Los sondeos dan a los dos candidatos en empate técnico.
Mientras que Massa defiende en su discurso un Estado presente y protector, Milei propone eliminar el Banco Central para detener la emisión monetaria que alimenta la inflación, y dolarizar la economía.
El IPC de octubre, de 8,3%, mostró una ligera desaceleración del aumento de precios con respecto a septiembre, cuando el alza fue de 12,7% sobre agosto.
La inflación acumulada en lo que va de 2023 fue de 120% al terminar el mes pasado.
En octubre, los rubros con mayores aumentos fueron comunicación (12,6%) y prendas de vestir (11%). En alimentos, los precios subieron 7,7%.
“Este país no da para más, es terrible. Semana a semana sentís la inflación en cualquier lugar a donde vas”, dijo a la AFP en la entrada de un pequeño supermercado Laura Heredia, de 46 años, trabajadora de una empresa de seguros.
David García, un repartidor de 43 años, nota los aumentos a diario. “Todos los días voy a comprar y cada día siento que suben los precios. No hay que esperar que pase un mes, cada vez que vas lo sentís en todos los productos. Vas a comprar algo para preparar la cena y no tenés idea de cuánto vas a terminar gastando”, señaló.
Massa y Milei tuvieron su último debate el domingo. El ministro de Economía, con 30 años de trayectoria política evitó, a pesar de la altísima inflación, responder sobre la situación económica ante el economista ultraliberal Milei, un diputado con apenas dos años de legislatura que, según medios argentinos, se vio enredado por la estrategia de su oponente.
Mal crónico
El problema de la inflación ha sido crónico en Argentina, pero en los últimos dos años el índice de precios al consumo ha tenido un fuerte incremento y se ubica entre los más altos del mundo.
“Los precios los revisamos diariamente. Pero la gente ya no se queja como antes. Están acostumbrados”, señaló Camila Fuentes, de 27 años, vendedora en una farmacia.
En lo interno, el índice de inflación actual es de los más elevados en tres décadas. En 2022, la inflación cerró en 94,8%.
En el país rige desde 2019 un sistema de control de cambios y el gobierno del presidente peronista Alberto Fernández promueve acuerdos de precios con los productores y distribuidores, en un intento por aminorar las alzas en sectores como los alimentos o los combustibles.
Las tarifas de los servicios públicos y del transporte reciben importantes subsidios.
En semanas recientes, Massa anunció la suspensión temporal del cobro de impuestos a los combustibles para limitar el aumento de precios y también para reactivar el abastecimiento, que se había visto afectado tras la primera vuelta electoral del 22 de octubre.
Víctor Beker, director del centro de estudios de la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano, consideró que si Massa gana la Presidencia, la inflación seguirá siendo alta.
“Los ajustes que tendrá que hacer en el tipo de cambio y en las tarifas van a impactar la inflación. Por esto, lejos de disminuir, con Massa la inflación se va a sostener en los niveles actuales”, declaró Beker a la AFP.
En caso de que sea Milei el próximo presidente y cumpla con su plan de dolarizar la economía, Beker advierte que la inflación no desaparecerá totalmente. Habrá inflación ”en dólares. Va a ser un índice similar al de Estados Unidos”, apuntó.
Argentina atravesó por dos procesos de hiperinflación, en 1989 y también en 1990. Después de eso, instauró con el presidente peronista liberal Carlos Menem un sistema de covertibilidad que hizo equivaler un peso con un dólar, hasta que estalló la crisis de 2001, con el default sobre la deuda y la confiscación de los ahorros bancarios.
AFP