Ayer, medios argentinos divulgaron imágenes de un violento episodio ocurrido durante la madrugada del lunes en la localidad bonaerense de Gregorio de Laferrere.
Lautaro Alvaredo, de 19 años, fue golpeado por al menos cuatro individuos a la salida de una discoteca. Recibió fuertes golpes en la cabeza y se encuentra internado con muerte cerebral.
Según consigna Infobae, las pesquisas sobe el caso establecieron que todo se originó con un altercado dentro del local bailable. Luego, lo que había sido una disputa entre Alvaredo y otro joven terminó en una plaza cercana al lugar, sitio en el que la víctima fue golpeada en manada.
Tras la divulgación de las imágenes, en redes sociales y medios argentinos surgió de inmediato el nombre de Fernando Báez Sosa, asesinado en enero de 2020 por un grupo de rugbiers, quienes están actualmente en prisión y con condena firme.
Al igual que Baéz Sosa, Alvaredo cayó al suelo y recibió al menos un puntapié en la cabeza. El autor de ese golpe brutal está identificado y se allanó sin éxito su domicilio, por lo que de momento sigue prófugo.
Lautaro Alvaredo se encuentra internado en la Clínica Mariano Moreno. El parte médico que publicó la agencia Télam en las últimas horas detalla que el infortunado joven llegó derivado en ambulancia y en el traslado “presentó varios episodios convulsivos que fueron tratados”, aunque “ingresó con un deterioro de la conciencia profundo”.
”Pasamos a hacerle las imágenes, tomografías de tórax y de cerebro, donde se observaron múltiples contusiones a nivel toráxico, con una contusión pulmonar derecha muy grave y una contusión cerebral grave”, agregaron desde el centro asistencial, al tiempo que explicaron que “se está tratando de mantener la función de los órganos vitales”.
Diego Alvaredo, padre de la víctima, manifestó profundo dolor y rechazo por el modo en que su hijo fue agredido. “Nadie lo ayudó y le pegaron entre varios. No fue una pelea mano a mano. No eran cuatro contra cuatro, eran muchos más. Alguno fue el que le pegó una patada de atrás en la nuca y le quebró el cráneo. De una forma lo agarraron y lo tiraron al piso y otro le pegó”, dijo en declaraciones al canal C5N.
Durante la entrevista, aseguró que la atención médica necesaria tardó demasiado en llegar. También compartió la última comunicación que mantuvo con Lautaro a través de WhatsApp.
”Le pedí que me avisara si estaba bien. Le puse la condición de que fuera y volviera en remís para que no tuviera problemas ni le robaran en la calle, pero me lo mataron igual. La ambulancia no venía y un patrullero no lo quería llevar. Estuvo catorce horas esperando que venga la ambulancia de UTA [mutualista del sindicato del transporte público], todo porque faltaba un papel, porque no habíamos hecho la denuncia y que faltaba esto y aquello. Hoy tendría que estar vivo”, dijo.
“El culpable es el que le pegó y el segundo culpable es toda la burocracia que hay para mandar una ambulancia de un lado al otro, no se quieren hacer cargo. Me dejaron a mi hijo muerto”, expresó. Si bien Lautaro continúa vivo, el diagnóstico de muerte cerebral deja muy pocas esperanzas acerca de su futuro.
En redes sociales, familiares y allegados lamentaron y repudiaron el hecho.