La muerte de un niño de 8 años, atropellado por un camión de residuos mientras buscaba comida en un basural de la ciudad entrerriana de Paraná, conmovió al país vecino.

El hecho ocurrió durante la tarde del domingo en los alrededores de un vertedero donde se arroja la mayor parte de los desechos provenientes de la zona, y que está situado a pocas cuadras de la casa donde el niño, identificado como V. S. B, vivía junto a su madre.

Según informaron medios locales, el menor se encontraba junto a un grupo de otros niños esperando la llegada del vehículo municipal. Los testigos dijeron que los chicos suelen aguardar la llegada de los camiones porque saben que traen restos de comida de los restaurantes del centro comercial de Paraná. De acuerdo con las declaraciones, el niño corrió hacia uno de los camiones y se colgó.

“Para ganar tiempo, lo esperan dos o tres cuadras antes para poder subirse al camión y agarrar lo que trae. Una tragedia tan triste. Dicen que V. estaba jugando, pero no. Él siempre esperaba los camiones que traían los residuos de los locales de comidas rápidas”, explicó Sandra Villalba, fundadora de la organización Mensajeros de Francisco y una de las personas que trabaja con los niños de la zona, en declaraciones al canal TN.

Los testimonios coinciden en que, con el camión en marcha, el pequeño quiso bajar, resbaló y cayó bajo una de las ruedas. Quiso la mala fortuna que en ese preciso momento el conductor  —que no había advertido la presencia del niño— colocara reversa y lo atropellara.

Horas más tarde, enterado del incidente, el conductor se presentó en la comisaría quinta y se puso a disposición de la Justicia. En tanto, desde la Municipalidad de Paraná tomaron contacto con la familia del niño.

En el lugar intervino personal de la Comisaria 5ª y el Fiscal de turno de Delitos Complejos, Laureano Dato, quien ordenó que se le hicieran los controles correspondientes al conductor del camión y el secuestro del vehículo. Asimismo, dispuso recoger testimonios acerca de las razones de la presencia del niño en ese lugar.

Tras el trágico hecho, se produjo un altercado entre familiares del occiso, dado que algunos parientes achacaban la tragedia a la madre, que —dijeron— “nunca estaba para cuidarlo”. El incidente subió de tono y la policía debió intervenir para disolverlo.

El lunes, un grupo de madres de la zona se reunió para exigir al gobierno municipal la creación de un espacio de recreo para que los niños “dejen de andar en la basura y se eviten más tragedias”.

Más allá de la falta de un espacio recreativo para los niños, el lamentable accidente pone sobre la mesa un tema que trasciende esa reivindicación, dado que —tal como lo explicara Villalba— los niños no van al vertedero a jugar, sino en procura de comida.