El curioso episodio ocurrió durante el feriado de carnaval en la localidad de Zonda, un área turística en las afueras de la ciudad argentina de San Juan.

Según informara el periódico Diario de Cuyo, el paso de un Ford Escort llamó la atención de vecinos y policías, dado que circulaba “zigzagueando y realizando maniobras poco habituales”.

Los inspectores detuvieron el vehículo y notaron en su conductor señales evidentes de consumo de alcohol.

La sorpresa llegó cuando le practicaron la espirometría: De acuerdo con el citado medio, el aparato indicó que el valor estaba por encima de los 3 gramos, la lectura máxima que contempla el dispositivo.

El chofer, de 32 años, tampoco tenía la documentación en regla.

De inmediato se le labró un acta de infracción por manejar en estado de ebriedad, falta de licencia, falta de documento de identificación de vehículo, de seguro y de la revisión técnica obligatoria.

El vehículo fue secuestrado y el caso quedó en manos del Juzgado de Paz de Zonda.