El asalto a un remesero en la localidad bonaerense de Tres de Febrero tuvo una derivación inesperada debido a la intervención de una agente policial que se tomó muy en serio el refrán que indica que “quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón”.

Según informara el periódico Perfil, dos sujetos interceptaron a un trabajador de una distribuidora de fiambres y lácteos de la localidad. Los maleantes redujeron a la víctima a fuerza de culatazos y le quitaron un bolso donde llevaba la recaudación, unos tres millones de pesos argentinos (cerca de 900.000 uruguayos). Una vez obtenido el dinero, los atracadores escaparon en un automóvil Fiat Uno rojo.

Instantes después del delito, un móvil municipal conducido por un chofer también municipal se lanzaba en persecución del Fiat. Junto al conductor iba una agente de policía.

Los perseguidores alcanzaron a los delincuentes a pocas cuadras del lugar, concretamente en la esquina de las calles Carlos Gardel y Río Salado, donde los dos sujetos fueron arrestados por la agente. Mientras todo esto ocurría, la comisaría local recibía por teléfono la denuncia realizada desde la empresa damnificada. Al llegar a la zona, los agentes comprobaron con sorpresa que el Fiat sospechoso estaba abandonado en la calle. Cuando se acercaron al auto, una vecina les dijo que en ese auto viajaban dos hombres, y que a ambos “se los llevó la policía”.

Se procedió entonces a la revisión de las cámaras de vigilancia del área. En las imágenes se registraba la antes mencionada persecución y el arresto de los malhechores. También se apreciaba cómo la agente, en lugar de pedir refuerzos, hacía subir a los detenidos —con el bolso del dinero— al móvil municipal.

El seguimiento de las imágenes permitió ver el momento en que la agente hacía bajar del auto a los “pasajeros”, ya sin el antedicho bolso. Finalmente, se comprobó que la uniformada y su cómplice llevaron el dinero a una casa de la calle Churruca, al parecer perteneciente a una persona de la familia de la mujer.

La agente, de 29 años, y el chofer municipal, de 40, quedaron a disposición de la Justicia. En el caso intervino también Asuntos Internos de la Policía Bonaerense, que desafectó a la funcionaria.