Buenos Aires y su populosa periferia, entre otras zonas de Argentina, iniciaron este lunes una nueva extensión de las medidas de aislamiento social en la lucha contra el coronavirus, que se extenderá hasta el 16 de agosto y en la que las autoridades llaman a actuar con responsabilidad social para frenar la ascendente curva de contagios.
El país sobrepasó ya la barrera de los 200.000 contagiados totales justo al cumplirse 5 meses del primer caso. De todos ellos, ya se han recuperado más de 91.000 y han fallecido 3.667, aunque la principal preocupación pasa ahora por el fuerte aumento de casos diarios que se viene dando en las últimas semanas.
"Estamos en la etapa en que la sociedad tiene que empezar a aprender a convivir con el virus pero teniendo conceptos muy claros y no subestimarlo", dijo a Efe la secretaria de Acceso a la Salud de la Nación, Carla Vizzotti.
La funcionaria, cuyo rostro se ha hecho habitual por ser la encargada de divulgar a diario el parte de casos, consideró que aunque el país ha registrado hasta ahora "un número importante de casos", éste se ha distribuido a lo largo de "mucho tiempo", lo que ha permitido preparar el sistema de salud y trabajar para que el "pico" de contagios sea "lo más bajo posible y lo más atrás posible".
LA NUEVA PRÓRROGA DE LA CUARENTENA
Este lunes comenzó una nueva extensión de las medidas del aislamiento obligatorio decretado en marzo pasado, principalmente en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), que concentra alrededor del 90 % de los contagios, pero también en diversas provincias del país donde se registraron rebrotes en los últimos días.
La cuarentena, en esta etapa, no variará con respecto a las medidas de las últimas dos semanas.
El objetivo, según el Gobierno, sigue siendo controlar la curva para evitar que se colapsen los hospitales, que solo en el AMBA, donde viven alrededor de 14 millones de personas, tienen las camas de cuidados intensivos al 65,2 % de su capacidad.
"El gran problema que hemos tenido en los últimos 15 días es que todos nos relajamos. Todos sentimos que la cosa estaba contenida, y no está contenida", expresó el presidente, Alberto Fernández, al anunciar el viernes pasado la nueva extensión del aislamiento, al hacer un especial llamamiento a los jóvenes, para que no subestimen el virus y eviten los encuentros sociales.
CANSANCIO DE LA GENTE
Pero las calles cada día están más llenas de personas fruto no solo de la apertura de actividades, sino por el cansancio por los más de cuatro meses de cuarentena, tiempo en que se ha recrudecido la recesión que arrastra el país desde 2018.
Es por eso que el Gobierno avanzó hoy con un decreto que prohíbe las reuniones sociales en espacios públicos y privados en todo el país, tanto en las provincias que ya habían avanzado en esa apertura como en la capital, donde aún no se permitía.
Vizzoti, que señaló que las actividades económicas ya permitidas tienen menos riesgo por contar con protocolos, remarcó que aunque en Argentina es costumbre, por ejemplo, juntarse para disfrutar de un asado, es necesario que todo el mundo asuma que esta es una "situación inédita y todos tenemos un rol".
QUÉ SE PUEDE HACER EN BUENOS AIRES
En Buenos Aires, hasta el 16 de agosto se mantendrán las aperturas realizadas en la anterior etapa -los últimos 15 días-, que fue anunciada como la primera parte de un plan de seis fases camino a la llamada nueva normalidad.
Las actividades que hoy se permiten son, más allá de los comercios esenciales que siempre estuvieron abiertos, la apertura de tiendas de barrio y cercanía; hostelería solo para vender productos para llevar o 'delivery', los despachos de notarios, abogados o psicólogos y la posibilidad de salir a hacer actividad física individual desde las 18 horas a las 10 de la mañana.
También las salidas recreativas de una hora por día para los niños acompañados de sus papás y el permiso para rezar en templos religiosos con aforo limitado.
PROGRAMAS PARA DETECTAR EL VIRUS
Una de las estrategias del Gobierno, además de avanzar en ensayos de tratamientos médicos como el suero hiperinmnune de origen equino, la donación de plasma de pacientes recuperados y la participación en varios proyectos de vacuna, es detectar a la mayor cantidad de contagiados posibles.
El plan Detectar es el principal programa del país para detectar "puerta a puerta" en sus casas, con grupos de voluntarios, a personas con síntomas compatibles con COVID-19 y sus contactos estrechos, y se les traslada a un camión cercano para hacerles el hisopado.
Las que dan positivo deben quedar aisladas, en su casa o "en algún lugar por fuera del barrio en caso de que no estén dadas la condiciones para hacer el aislamiento domiciliario", explicó a Efe Arnaldo Medina, secretario de Calidad en Salud del Gobierno argentino.
Ese operativo, que se desarrolló este lunes en un barrio popular de Villa Fiorito, en la localidad bonaerense de Lomas de Zamora, también apunta a buscar otras situaciones en familias con vulnerabilidades, como enfermedades crónicas no atendidas o problemas de violencia doméstica.
"Lo primero que hacemos es tocar el timbre, presentarnos, y se trata de averiguar es si existe alguna población de riesgo. (...) Si hay síntomas relacionados con COVID lo que hacemos es comunicarlo al personal sanitario", cuenta Horacio Cairone, miembro de la Unión Del Personal Civil De La Nación.
Lomas de Zamora es uno de los municipios del conurbano bonaerense, un cinturón de ciudades que aglutina no solo una gran densidad de población, sino altas cifras de desigualdad, pobreza y problemas de inseguridad.
"En estos últimos 60 días, donde comenzó a haber mayor circulación de gente, comenzó a haber mayor cantidad de delitos", reconoce a Efe Martín Insaurralde, intendente municipal, que remarca que este ya era un problema previo a la pandemia por la crisis económica.
EFE