Efectivos del Ejército y de la Armada de Argentina llegaron este jueves a Rosario para brindar apoyo logístico a las fuerzas federales desplegadas desde comienzos de semana en el operativo gubernamental para combatir al “narcoterrorismo”.
Veintidós vehículos con efectivos de ambos cuerpos de las Fuerzas Armadas ingresaron en esa ciudad de la provincia de Santa Fe que ha vivido en las últimas semanas un recrudecimiento de la violencia asociada al narcotráfico, con la muerte de cuatro ciudadanos atacados de manera aleatoria por sicarios.
Según expuso a la prensa el subsecretario de Intervención Federal del Ministerio de Seguridad, Federico Angelini, es “un apoyo logístico muy importante para mayor cobertura y dar presencia, para que los vecinos vean y se sientan más seguros, y que cuando los delincuentes salgan de sus casas vean que estamos ahí”.
Los vehículos militares arribaron en torno a las 12:30 horas al destacamento Güemes de la Gendarmería Nacional en Rosario y, según las autoridades presentes, esta presencia se complementará próximamente con helicópteros, camiones y drones.
Estos efectivos son los primeros de las Fuerzas Armadas que se suman a los 100 gendarmes llegados en la víspera y los 450 que arribaron entre el lunes y el martes, todos miembros de las fuerzas federales desplegadas por el Ministerio de Seguridad para el operativo de lucha contra el narcotráfico.
Por su parte, el intendente de Rosario, Pablo Javkin, destacó que las autoridades están en una “batalla por ganar la normalidad”, porque las bandas buscaron “infundir el terror” con sus últimas acciones.
Javkin comentó que, además del asesinato de dos taxistas, un chofer de ómnibus y de un trabajador de una estación de servicio, ha habido “amenazas por teléfono e intentos de alterar la actividad escolar”.
Pese al dispositivo de seguridad, una de las quejas ciudadanas en los últimos días era la escasa presencia policial en las calles, después del anuncio efectuado el lunes por la ministra Patricia Bullrich, acompañada del titular de Defensa, Luis Petri, y del gobernador de Santa Fe, Maxi Pullaro.
Angelini justificó este jueves que “no van a ver [en las calles] a un gendarme, un prefecto, un policía federal con casco solo para que lo vean”, ya que argumentó: “Vinimos a Rosario para pacificarla, para que los rosarinos puedan estar mejor”.
El intendente rosarino resaltó el trabajo del comité de crisis unificado, que incluye los tres niveles de Administración (nacional, provincial, local) y recordó que, ante la actual situación, el gobernador Pullaro “está instalado en la ciudad”.
No obstante, no quiso hacer un balance de la situación porque, dijo, “esto es día a día y son muchas cosas al mismo tiempo”.
Rosario, tercera ciudad más poblada de Argentina, vive desde hace varios años castigada por la violencia asociada al narcotráfico. En las últimas semanas, en represalia al protocolo de acción en las cárceles que imitan el “estilo Bukele”, la localidad ha registrado varios asesinatos de ciudadanos sin vínculos con el crimen organizado.
EFE