En los últimos años, la inseguridad y su variable más visible, los homicidios, han concentrado la atención política y mediática, y en el cierre de otro año se reflotó la disputa por la veracidad sobre las cifras oficiales de crímenes en Uruguay.

Este fue un tema sensible durante el último mandato del Frente Amplio (en 2018 y 2019 se dio la mayor cantidad de homicidios) y sigue siéndolo para el actual Gobierno. El ministro del Interior, Luis Alberto Heber, anunció el jueves 29 de diciembre en el programa Esta boca es mía de canal 12 que, hasta ese momento, la cartera contabilizaba 380 homicidios en el año, una cifra superior a la de 2020 y 2021, pero inferior a la de las dos temporadas anteriores, las últimas gobernadas por la coalición de izquierda.

Tras las declaraciones de Heber, en los últimos dos días del año hubo dos crímenes más, por lo que la cifra preliminar de asesinatos en 2022 con base en datos del Gobierno ascendió a 382.

“El 10 de enero voy a estar dando un informe oficial del Observatorio Nacional sobre Violencia y Criminalidad, pero pude traer algunos adelantos”, dijo el ministro, y agregó: “Ahora tenemos el primer año sin pandemia, hay que comparar años sin pandemia. Se toma que queremos comparar administraciones, también”.

“Bajan los homicidios”, sentenció Heber. “Se ha tratado de poner de forma mediática que estamos en una situación de alarma pública por el tema de los homicidios. En 2018 y 2019, cuando no había pandemia, los homicidios eran mayores. Hoy tenemos 380 homicidios en lo que va del año, y en el 2019 fueron 394, ¿entonces? Y en 2018 fueron 414. Entonces, ¿cómo se puede decir que estamos frente a una alarma, cuando se han reducido poco, con menores bajas que hurtos y rapiñas, pero han bajado?”, se preguntó Heber.

“Frente a lo que se dice que han crecido enormemente: no, no han crecido enormemente. Con respecto a nosotros mismos, sí, con respecto a 2021 y 2020, pero ahí estamos con la discusión de si la pandemia había o no influido en ese tema. Cuando comparamos 2019 con 2022 son años sin pandemia”, repitió el ministro.

Luis Alberto Heber, ministro del Interior, el jueves 29 de diciembre de 2022 en Esta boca es mía. Foto: Esta boca es mía, canal 12

En respuesta a estos planteos, el senador Charles Carrera del Frente Amplio, exdirector de la Secretaría General del Ministerio del Interior, recordó el desfasaje entre la cifra de homicidios aportada en octubre de este año por la Fiscalía General de la Nación, servicio que contabilizó entonces 332 homicidios, y la del Ministerio del Interior, que reportó 325.

“Se ha devaluado el registro con diversas medidas adoptadas que, lejos de fomentar, han desestimulado las denuncias de los delitos y así han bajado los hurtos y rapiñas, haciendo que las víctimas desistan de denunciar ante una práctica recurrente de sufrir tremendas esperas en las seccionales, en lo que se convierte en una revictimización que nadie quiere”, dijo el senador a Montevideo Portal.

Por ese subregistro y por la diferencia entre las cifras de Fiscalía sobre los homicidios y las de Interior es que Carrera pone el foco sobre la cantidad de homicidios. “Desde el 1º de julio del año pasado hay más de un homicidio por día y eso es alarmante. No hay ningún plan para atender la problemática. Hay un crecimiento sostenido de los homicidios importante […]. Es la primera vez en la historia que Fiscalía está investigando el maquillaje de cifras; hay denuncias de maquillaje de cifras, hay denuncias de no tomas de denuncias, hay cambios metodológicos y de criterios que tienen un impacto”, dijo Carrera a MVD Noticias de TV Ciudad.

“Tocando”

Su asesor, Fernando Gil, exdirector de Comunicación del Ministerio del Interior, sostiene que en el Gobierno están “tocando” los números y así lo explica: “Publican datos no consolidados. Desde el Observatorio siempre nos pidieron que esperáramos entre tres y cuatro meses para publicar datos de homicidios, dado que se van asentando y confirmando algunos que están como dudosos o no han sido debidamente cargados”. Según el asesor parlamentario, se han ido revelando datos que luego se corrigen sin que la opinión pública lo note.

En las cifras mostradas por la web del ministerio se verifica esa variabilidad: para el primer semestre de 2020, por ejemplo, Interior informó en julio de ese año 171 homicidios. Para ese mismo período, pero actualizado en el informe del primer semestre de 2022, donde se comparan los valores año a año, se consignó que en ese primer semestre de 2020 hubo 179 homicidios. Son solo ocho homicidios de diferencia, sí, pero la diferencia porcentual es de casi 5% y cuando se presentó dicho informe —en 2020— se dijo que había una disminución desde los 173 homicidios del mismo período de 2019. Por lo tanto, se informó una baja que, en realidad, habría representado un alza de contarse con los datos correctos.

Carrera alerta por esta situación y dijo a Montevideo Portal que “esta gestión pasará a la historia por el triste papel que ha jugado en lo que concierne al registro de denuncias de delitos”, ya que han “herido de muerte a la credibilidad de los datos oficiales sobre delitos”.

Charles Carrera, senador del Frente Amplio, 25 de julio 2022. Foto: Gastón Britos / FocoUy

Para el senador del Frente Amplio, es prematuro informar sobre una baja de delitos con respecto a 2018 y 2019 porque puede que, en algunos meses, la cifra de crímenes del año pasado sea mayor a la anunciada.

Aumento de muertes dudosas

La Fiscalía General de la Nación advirtió que a octubre de 2022 se contabilizaban 161 muertes dudosas, lo que está por encima de la media histórica e incluso de los últimos años: en 2014 se registraron 69 muertes dudosas; en 2015, 52; en 2016, 74; en 2017, 78; en 2018, 103; en 2019, 105; en 2020, 159, y en 2021, 171.

Mientras que Heber reconoció este aumento, aunque aclaró que no tiene una explicación al hecho, Carrera señaló que “este año cerrará con un crecimiento de los homicidios del orden del 30% respecto a 2021, y eso sin considerar la incidencia que podría tener la cantidad de muertes dudosas que no se toman en cuenta y cuyas cifras han aumentado significativamente respecto al promedio de años anteriores”.

En la oposición hay quienes estiman que la cantidad de homicidios podría ser mayor ante la dificultad para resolver los casos o a la forma en que las fuerzas de seguridad caratulan cuando hay personas que mueren de forma violenta —maniatados o calcinados—, y aun así la carátula sigue siendo muerte dudosa.

Otro dato que ponderan dirigentes del Frente Amplio es que el nivel de resolución de casos viene a la baja en los últimos años: según los datos del Observatorio, los homicidios aclarados pasaron de un 65% en 2015 a un 50% en 2021.

Para el director de Comunicación ministerial, Juan Manuel Romero, esta acusación “es una mentira y es mala leche”, porque desconoce que es la Fiscalía la que determina las causas de muerte, y, con ello, la carátula de una causa. En ese sentido, aun ante eventuales modificaciones de una muerte dudosa por un homicidio, la incidencia —estima Romero— sería menor.

Heber fue consultado en Esta es boca es mía sobre el aumento de muertes dudosas y respondió lo siguiente: “El tema de las muertes dudosas, que es motivo de polémica también, no lo establece el Ministerio del Interior, lo establece la propia Justicia por el Instituto Técnico Forense (ITF)”.

“En su gran mayoría son mujeres mayores [sobre las] que no hay elementos para decir que es un asesinato, porque no hay un arma de fuego, no hay un tiro, hay un golpe, se pudo haber caído”, explicó, e insistió: “Pero no es el Ministerio del Interior el que lo establece. Es la Justicia: la Fiscalía y, sobre todo, el ITF. No depende de mí decir si es muerte dudosa. Nosotros en eso no podemos hacer nada”.

“Entre ellos”

El Poder Ejecutivo ha informado que la suba de asesinatos de 2022, con relación a 2020 y 2021, se explica por ajustes de cuentas entre delincuentes. De hecho, la premisa de que “se matan entre ellos” es la que han sostenido tanto el presidente Luis Lacalle Pou como el ministro del Interior.

“Existe un mayor nivel de violencia en barrios donde el éxito que tenemos en la lucha contra el narcotráfico ha repercutido en una mayor disputa territorial”, explicó Heber en canal 12, y agregó: “Estamos teniendo los números de análisis de gente que está vinculada al delito. Cerca del 70% de los homicidios son gente que está vinculada al delito: que fue rapiñero, que hurtó, que entra por narcotráfico, que tuvo antecedentes, anotaciones, ingresos a la Policía por haber tenido actividad delictiva”.

“Hemos cerrado récord de bocas de pasta base. Hoy una boca de pasta base se disputa más el territorio. Es una lucha que venimos dando con éxito. Estamos en un récord de incautación de drogas: en 30 meses de gestión son 6.000 kilogramos de cocaína; casi 5.000 de cannabis; casi 2.000 de pasta base, que es droga que no está en la calle”, destacó.

Consultado sobre el aumento de los crímenes en Uruguay en 2022, Lacalle Pou había dicho en noviembre que “el 75% está vinculado a enfrentamientos” entre narcos.

Sin embargo, el Observatorio ha informado que los números de víctimas de homicidio con antecedentes rondan entre el 40 y el 50% desde 2014. Párrafo aparte merece esta cuestión: hasta 2014 no se publicaban los datos judiciales de las víctimas de homicidio. Recién entonces es que empezó a difundirse dicha variable y fue oscilando entre el 40 y el 50%.

La diferencia entre esos números y el salto que habría dado hasta el 75% en el tercer trimestre de 2022, según informaron fuentes ministeriales a Montevideo Portal, se debe a que han incorporado todas las indagatorias que hayan tenido las víctimas, aun aquellas que no indicarían ningún delito cometido sino una sospecha no comprobada.

La geografía de la violencia

La historia de la violencia según los registros oficiales ha estado bastante repartida: tradicionalmente, la mitad de los homicidios ocurrían en Montevideo. En los últimos años, esa incidencia capitalina en la tasa de homicidios ha ido incrementándose levemente. Y si bien hubo un virtual reacomodo en torno al 50% histórico en el año de la pandemia (2020), desde entonces la tendencia al alza se ha ido consolidando y en 2022 llegará a su pico máximo: con los datos hasta octubre, Montevideo tuvo el 60% de los homicidios totales del país. Le sigue Canelones, con el 15%, Rivera con el 5% y Maldonado con el 3%. El resto orilla el 1% y el destacado es Río Negro, sin homicidios hasta la fecha.

En Montevideo, lo más notorio es el aumento: en el primer semestre ya se habían alcanzado 109 homicidios, contra los 169 totales de 2021. Esta suba impactó de lleno en barrios que para mitad de 2022 ya habían tenido más crímenes que en todo 2021: por ejemplo, el barrio Peñarol (13 contra 10, teniendo incluso más homicidios en seis meses que el barrio más caliente de todo 2021, que fue Casabó, con 12 homicidios). A mediados de 2022, Casabó contabilizaba cinco muertes violentas.

Detrás de Peñarol, que lideró el trágico ranking, aparecen Casavalle y Villa García con siete homicidios (11 y nueve en 2021 respectivamente) y La Paloma Tomkinson con seis (ocho en 2021).

Heber destacó el pasado jueves 29 de diciembre el despliegue de tecnología en una de las zonas que más sufrió la inseguridad en 2022. “Ayer estuve en el barrio Peñarol”, dijo en Esta boca es mía, y agregó que allí inauguró 160 cámaras de videovigilancia “que son algo que viene reclamando hace ocho años la gente del barrio Peñarol, y eso fue muy festejado en el barrio”.

Femicidios

El incremento de la violencia de género es otra de las causas del aumento de homicidios, que no sería explicado por el aumento de conflictividad entre bandas: según los datos oficiales reportados por el Ministerio del Interior hasta octubre inclusive, habían sido asesinadas 42 mujeres en Uruguay. En el mismo período, en los dos años anteriores habían sido asesinadas 31 y 32 mujeres, respectivamente. Se trata de un incremento cercano al 33%.

De esas 31, 32 y 42 mujeres, 17, 22 y 24 fueron contabilizadas como asesinadas por violencia de género hasta la fecha. Si solo se tuviera en cuenta esta variable, los femicidios habrán aumentado un 10% en 2022. De ese universo, el 67% fueron dentro de la residencia de la víctima, y un 50% convivían al momento del asesinato. A su vez, un 37% de las víctimas había realizado denuncias previamente.

Además de los 24 femicidios, se produjeron otros 11 intentos de asesinato a mujeres por motivos de género hasta noviembre de 2022.

Para la misma fecha, además, las denuncias de violencia doméstica se habían incrementado casi un 5% respecto al mismo período de 2021: pasaron de 31.801 a 33.350.

Tras destacar la baja en hurtos, rapiñas y abigeato, y de homicidios de 2022 en comparación con 2018 y 2019, Heber habló en canal 12 de los femicidios. “Lamentablemente tenemos mayores delitos de violencia doméstica y contra la mujer, que tenemos que tener este año una dedicación muy especial. Tenemos que poner el ojo en este delito que es el que no hemos podido bajar”, planteó.

Luego, en el programa en el que anunció los datos preliminares, retomó la polémica planteada por la oposición referida al subregistro de delitos. “Desde la oposición creo que tienen que hacer su trabajo de fiscalizar al Gobierno, se dice que estamos ante una alarma de homicidios, pero ¿cómo se va a decir que esto es una alarma, si es menos de lo que pasaba cuando ellos gobernaban en 2018 y 2019? O sea, ¿estábamos en alarma antes? Datos matan relatos”, sentenció.

Años de cuestionamientos

El debate sobre la veracidad de las cifras oficiales de delitos informadas por los gobiernos no es nuevo. En 2010, en el primer año de la gestión de Eduardo Bonomi, el sociólogo frenteamplista Rafael Paternain renunció a su cargo de director del Observatorio Nacional de Violencia y Criminalidad por discrepancias con una presentación de cifras de delitos que realizó el ministro.

El gobierno del Frente Amplio, además, enfrentó constantes críticas de la oposición por este asunto. En diciembre de 2016, el entonces senador colorado Pedro Bordaberry cuestionó al Ministerio del Interior por ofrecer “datos parciales” y actuar con “falta de transparencia”, según dijo a El País. Bordaberry y otros dirigentes de la oposición impulsaron en su momento la Fundación Propuestas (Fundapro) como un organismo que llevaba un registro de los homicidios a partir de fuentes públicas y relevamientos de prensa.

Fundapro, cuya metodología era cuestionada por Bonomi y Carrera, cerró en 2020, año hasta el que su director del Observatorio de Seguridad fue Guillermo Maciel, actual subsecretario del Ministerio del Interior.