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Elecciones 2024

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Andrade: “En áreas esenciales del programa” del FA, Cosse “es la que tiene más recorrido”

El senador dijo que las encuestas para internas “son la tumba de los crack” y que se quedó corto cuando habló de la corrupción del gobierno.

23.06.2024 09:05

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2024-06-23T09:05:00-03:00
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Por Gonzalo Charquero e Ignacio Palumbo.

A tan solo días para las elecciones internas, en el Frente Amplio (FA)  Yamandú Orsi lidera las encuestas con una ventaja de unos 12 puntos porcentuales por sobre Carolina Cosse, según los últimos estudios presentados. Sin embargo, desde el equipo de la intendenta de Montevideo (de licencia) esto no les significa un partido definido.

Cosse ha dicho en ocasiones previas que ella no le da “mucha bolilla” a las encuestas. Sin embargo, el senador del Partido Comunista (PCU) Óscar Andrade afirmó, en entrevista con Montevideo Portal, que los sondeos de opinión pública sobre estos comicios no obligatorios “son la tumba de los crack”.

A días de definir quién será el candidato único de la coalición de izquierdas, Andrade —que apoya a Cosse y en octubre liderará la lista al Senado del PCU— aseguró que su sector se organiza “sin un mango” para estas votaciones. “La campaña nuestra es muy desigual, porque es con muy pocos recursos”, sostuvo, aunque también señaló que han ganado elecciones “con mucho menos”.

Es así como, si bien el FA dispuso un programa general para sus precandidatos con diversas propuestas en caso de volver a ser gobierno, para el legislador la elección interna de la coalición de izquierdas se define según quien se cree que está “en mejor condición”.

“Entonces, yo encuentro que, en las áreas esenciales del programa, Carolina es la que tiene más recorrido”, sintetizó.

En el comando de campaña de Cosse, ubicado sobre 18 de Julio y Roxlo, Andrade recibió a Montevideo Portal y respondió al siguiente cuestionario, donde también dobló la apuesta sobre las críticas que realizó al gobierno de Luis Lacalle Pou por casos de corrupción. Además sostuvo que apelaría al Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas (IRAE) en caso de un triunfo del plebiscito de la seguridad social.

Las últimas encuestas marcan que la ventaja de Orsi se ha consolidado en la interna. ¿Cómo lee la posición de Cosse en esos estudios de opinión pública?

Creo que las encuestas con respecto a las internas son la tumba de los crack. En general, si hay una medición de opinión pública en la que no logran acertar es en estas encuestas.

Vos fijate que la mayoría coloca una hipótesis de participación electoral que ni el más optimista piensa conseguir. Si las encuestas estuvieran acertando, el FA tendría cerca de 700.000 votos en la interna y lo cierto es que, si nosotros saltamos de 250.000 que tuvimos la última, a 350.000 o 400.000, sería un logro extraordinario.

Entonces, cómo se comporta el que hoy te dice “voy a votar” y después no vota es muy difícil de medir.

Segundo, si hay un escenario que es fluctuante es el de la interna. En los últimos tres meses pasó que Yamandú llegó a tener 12-15 puntos de ventaja, después se dio un mes en el que estaban prácticamente iguales, y ahora hay otro mes en el que tienen 10 puntos de ventaja.

Entonces, es muy difícil de medir eso en la interna. Creo que tiene más posibilidades de orientar cuando medís entre un partido y otro; ahí las encuestas aproximan un poco más. Pero en la interna no.

O sea, [José] Mujica casi doblaba en votos a [Danilo] Astori en la elección interna [de 2009], y después ganó por ocho o nueve puntos... Estuvo lejísimos de ese resultado. Casi ninguna encuesta daba a [Luis] Lacalle Pou ganándole a [Jorge] Larrañaga en 2014. O sea, si hay algo que ha tenido dificultad para medir la elección interna es la encuesta.

Es decir, no las miran mucho.

No, las atendés, pero con ese cuidado.

La capacidad para medir lo que efectivamente va a pasar en una elección que tiene tanta variabilidad… Es muy difícil que por una entrevista o un acto alguien pase de votar de Carolina a [el líder de Cabildo Abierto, Guido] Manini o de Manini a Carolina, pero entre Lima, Carolina y Yamandú a veces son detalles, cosas que son muy difíciles de medir.

¿Qué ofrece la precandidatura de Cosse que no ofrece la de Orsi?

Creo que es bueno que el FA no está votando en los congresos por separado los candidatos. Votamos a todos, en este caso a los que quedan en carrera. Hubo momentos en que no: cuando Danilo compitió con Tabaré [Vázquez], el FA aprobó a Tabaré y habilitó a Danilo, y después cuando fue entre Marcos [Carámbula], Danilo y Mujica el que tuvo la mayor votación fue Mujica y después los otros tuvieron menor votación.

En estas últimas no; se votaron todos los candidatos. Esa creo que es una señal también de que, en realidad, tenemos un primer consenso que es que cualquiera de los dos compañeros y la compañera está en condiciones de llevar adelante el programa del FA.

Hay un acuerdo grande y, si hay un acuerdo grande, lo que tenés después de ese acuerdo grande es quién creés que está en mejor condición. Pero partiendo de esa base; no de que el otro no está en condiciones, sino de que quién te parece que, por su recorrido, tiene mayores posibilidades de llevar adelante un programa que plantea superar desigualdades muy duras y hacerlo de la mejor manera. El programa del FA es muy ambicioso.

Entonces yo encuentro que, en las áreas esenciales del programa, Carolina es la que tiene más recorrido. Porque el programa plantea un doble mecanismo que es transformación productiva y diversificación de la matriz productiva, pero una diversificación que no sea solo la que pueda decidir el inversor, sino que el Estado tenga que ver, participe, y las empresas públicas tengan que ver, la licitación pública tenga que ver y la academia tenga que ver. Y que haya un sistema integrado de formación profesional y un sistema de compras públicas que lo potencie.

Foto: Javier Noceti.

Foto: Javier Noceti.

Bueno, mucho de eso Cosse lo hizo en Antel. Entonces, encontrás que no solamente las condiciones las tiene que probar, sino que las probó. En una empresa que es de frontera de la tecnología lo hizo con sentido nacional, lo hizo profundizando la soberanía, amplió el porcentaje de uso de celular, generó poner al Uruguay a la cabeza de la fibra óptica y lo dejó en condiciones de 5G…

En otra área que es central del programa del FA, que es construir una articulación de las distintas formas del Estado en territorio que permitan atender la vulnerabilidad social en particular de la infancia (o sea que ANEP, ASSE, Mides, intendencias e INAU trabajen con una mayor articulación en territorio), parte de eso fue el Plan ABC.

Por ejemplo, el tema de la seguridad, que es un tema de relevancia para la opinión pública, en los gobiernos del FA estuvo en manos de un equipo políticamente liderado por el MPP. ¿Coincidís que ese ministerio tendría que seguir bajo ese sector?

Creo que nosotros tenemos dos enormes desafíos. Me parece que es un profundo error abordar la problemática de la violencia en la sociedad como un problema del Ministerio del Interior. Profundo error, y es probable que esa sea parte del debe que el FA tuvo en su gobierno.

Creo que el esfuerzo de cualquer partido que gane es que haya un amplio acuerdo. Es difícil. No puede ser un acuerdo político, es un acuerdo insuficiente el acuerdo político; tiene que ser académico, técnico, social y político.

A ver, yo creo que el principal problema de la violencia que heredamos no son los homicidios, por más que estamos en una etapa de homicidios salvaje; es que tenemos uno de cada cinco gurises en la pobreza, cuatro de cada diez en liceos y escuelas públicas en inseguridad alimentaria, uno de cada diez en inseguridad alimentaria severa en liceos y escuelas públicas, y sobre todo que los oficios judiciales del INAU saltaron de 24.000 a 56.000 en situaciones de violencia hacia la infancia. Esa gurisada está regalada. Eso que estás engendrando hoy, mañana te va a reventar en la cara, en diferentes situaciones: mayor violencia, problemas de salud mental, de exclusión.

Entonces, una primera clave para la no violencia de la sociedad es proteger esta franja que es la que está más castigada. Eso es escuelas de tiempo completo, alimentación, cultura.

Un segundo componente es estudiar los países en términos de la violencia. Los países con mayor segregación territorial son los países con mayores niveles de violencia. Ahí yo creo que también la intendencia tiene mucho para mostrar, porque este es el período de mayor entrega de cartera de tierras para cooperativas de vivienda y donde se privilegió carteras de tierra aún en zonas céntricas —que era lo más complejo— para cooperativas, que hace a una construcción de ciudadanía, de derecho a la ciudad. La segregación territorial es igual a la violencia y América Latina es la región más violenta del mundo por ese problema. Ese es un factor clave.

Un tercer desafío del FA es el abordaje de la problemática de las adicciones desde una perspectiva de salud. Ahí el FA plantea además la construcción de un Ministerio de Justicia, una institución nueva que aborde otro nudo de los problemas que son las cárceles. La prisionalización es otro problema. O sea, ningún sistema carcelario lo puede resolver si tiene 400 personas presas cada 100.000 habitantes. Ninguno del mundo.

Entonces, creo que los problemas de la seguridad y la convivencia, que tienen que ver con componentes culturales, implican un paquete de medidas más amplio que la capacidad represiva. En la capacidad represiva yo creo que hay que cambiar el enfoque; parte de esto es la cuestión del Ministerio de Justicia que va a requerir recursos para también un acceso a la justicia democrático. El proceso penal es muy selectivo: no es que la ley dice que el que trafica un container con cocaína tiene menos penas que la muchacha que entró a la cárcel con marihuana. La ley no dice eso, pero si tenés un estudio de abogados muy potente vas a tener menos penas que el otro.

Algunos días atrás mencionaste el tema de los homicidios, que generó polémica; también dijiste que este es el gobierno más corrupto. ¿Qué respondés a los que enumeran distintos casos de corrupción en gobiernos del FA como la renuncia de Sendic, lo de Pluna, o el caso Placeres?

Primero, lo de los homicidios no puede ser polémico. O sea, a abril teníamos 180 homicidios más que el mismo período marzo 2015-abril 2019. Salvo que no hubiera un homicidio más de acá a que termine el período de gobierno, de acá a febrero del otro año, vamos a completar el quinquenio con mayor cantidad de homicidios en la historia del Uruguay. Y esto a pesar de dos factores: que se duplicaron las muertes dudosas (pasaron de las 80-90 a 200, fenómeno que todos los que estudian dicen que es un dato por lo menos preocupante que no aclarés determinadas muertes) y que hubo una baja en los homicidios en el primer año por la pandemia.

¿Pero sobre el tema de la corrupción, por qué lo decís?

No, yo creo que es peor, me quedé corto en la frase. Creo que estamos en el período —desde la recuperación de la democracia— de mayor deterioro democrático. En esto están los fenómenos de la corrupción, pero es más.

Es deterioro democrático que se persigan docentes, que se ampare en los fueros a un legislador que está requerido por la Justicia por ocultar información respecto a la dictadura, los fenómenos de corrupción muy evidentes.

O sea, nosotros estuvimos tres años pidiendo disculpas por la tarjeta corporativa de Sendic. Por compras no justificadas. A ver si entendemos, por compras no justificadas con la tarjeta corporativa que antes que llegara el FA nadie las justificaba.

¿Pero está bien lo que hacía Sendic?

No. Lo que estoy diciendo es: por eso estuvimos tres años discutiendo nosotros. Pidiendo disculpas.

Acá lo que tenés es un legislador acusado de violar niños, que el presidente sale a apoyarlo, que el ministro del Interior sale a apoyarlo, que lo apoyan en el Parlamento, que después dicen que se van a garantizar las investigaciones, que después viene un informe de la fiscal que lo que dice es “fue muy difícil conseguir información acerca de que el Ministerio nos apoyara”. Después dice “las afirmaciones públicas de los principales dirigentes hicieron que muchas víctimas dudaran en mantener la denuncia”. O sea, estuvieron al borde de lograr que retiraran la denuncia y dejar impune a un violador de niños.

Y después tenés un jefe de cargo de confianza de la lista 71, jefe de cárceles, viola el sistema de gestión carcelaria, viola el sistema de datos de la Corte Electoral, traslada a las víctimas a las cárceles para amedrentarlas para que retiren la denuncia y el presidente del Partido Nacional presiona a la fiscal para que cambie, a ver si logra la impunidad y festeja que una muchacha de 16 años, que denunció la violación en la casa de un senador suplentes del Partido Nacional de cuatro personas, la familia al año retiró la denuncia.

Uno de los casos es todo esto. Bueno, señores. Comparo con la tarjeta corporativa y digo no, la verdad, esto es un escándalo 500 veces mayor.

Foto: Javier Noceti.

Foto: Javier Noceti.

¿Qué responde a los que señalan el caso Pluna o lo de Placeres?

¿Voy otro período para atrás?

Sí.

Si comparo período con período, tenés Sendic. Voy al período de Mujica. Pluna, ¿no? Yo, dije el período de gobierno con mayores casos de corrupción. Acá tenés uno. Segundo, se le entrega el pasaporte a un narco que está preso. Y del presidente para abajo todos nos mienten diciendo: “no tenía otra”. ¿Cómo? ¿Es la primera vez que un narcotraficante en el exterior nos pide un pasaporte? No. Farías, en 2019, pide pasaporte, ¿Se le dio? No, no se le dio. Se le dio un documento provisorio por única vez. ¿Entonces por qué nos mienten? Yo creo que ahí falta rascar un poquito más. Alguien alguna vez le tiene que preguntar a Lacalle, cuando diga que no tenía otra... ¿cómo que no tenía otra si ante casos parecidos de gobiernos anteriores se eligió la otra interpretación del decreto? Es decir, es un caso excepcional y no te voy a dar el pasaporte. Y Farías estaba libre. Marset no estaba libre, estaba preso por tener un pasaporte falso. Entonces van al Parlamento y dicen: “¿Saben qué? No sabíamos quién era. Pensamos que era un futbolista”. Le mienten al Parlamento. Niegan la información. La tuvimos pedir por la Justicia, y cuando la pedimos por la Justicia se organizan para romper documentación. Y quién organiza la tramoya para romper documentación es el jefe de campaña de [Álvaro] Delgado. Todo en un mismo período de gobierno. Y el canciller diciéndole a la vicecanciller: perdé el celular.  En el caso Astesiano, el presidente de vuelta nos miente. Porque llega y dice: “Yo no tenía ningún indicio, porque sino no lo hubiera puesto donde está”. Y después va [Álvaro] Garcé al Parlamento y nos dice: “Yo en la transición fui y le dije: 'tenés este tipo que tiene este prontuario'”.

¿Cómo indica que, con todo esto, la aprobación del presidente se mantenga en 50%?

Primero, los temas ha costado sostenerlos en el tiempo para la magnitud que tienen. Nosotros estuvimos arrastrando el tema de la tarjeta corporativa de Sendic todo el tiempo. No hablamos de otra cosa. Muchos de estos temas desaparecen. Están en la agenda, piquetean un rato, caen. Vuelven a aparecer cuando se agravan. ¿Ahora por qué apareció de vuelta? Porque se agrava, porque apareció un "Perfecto" del presidente que el año pasado decía “no tenía ni idea de que a Abdala le hacían espionaje” y ahora parece que sí tiene idea. Es absurdo lo que dice la [ex]fiscal ahora, que le dejó al presidente que se investigara él las palabras clave. O sea, ¿cómo…? En la hipótesis de que hubiera algo comprometido, tengo que pensar que no me lo vas a dar.

Entonces tenemos cosas que abren interrogantes. Hubo espionaje con fines extorsivos a legisladores. Lo comparo de vuelta con las tarjetas corporativas. La verdad...

Todo esto pasó en este período de gobierno. Hay cosas que en mi opinión son deterioro democrático. Es deterioro democrático el recorte de derechos laborales. Yo qué sé. Tú laburás en una empresa, mañana entró a concordato y el fondo de insolvencia te deja de cubrir como dejó de cubrir a los trabajadores de Casa de Galicia.

Si el FA vuelve al gobierno, ¿es algo que puede llegar a cambiar eso del deterioro democrático?

Yo creo que sí. A ver, colegas de ustedes tuvieron que colocar información en sus cuentas personales porque el jefe de Presidencia (que ahora es jefe de campaña y estuvo rompiendo los documentos para ocultarle a la Justicia y demás) llamó al medio y le dijo “esta noticia no quiero que salga”.

¿Lo tenés chequeado?

Sí, claro. O sea, lo dijeron todos, lo dijo [Leonardo] Haberkorn, lo dijo Gabriel Pereyra, todos los que investigaron el tema. Que la noticia no salió y que los de El Observador tuvieron que ponerlo en las redes es una cosa grande como una casa.

O sea, vos tenés una gestión de alguien muy importante del Poder Ejecutivo —en este caso asesor de campaña— presionando para que no salga información. Hubo fichas a [Eduardo] Preve.

Volviendo a la pregunta, ¿cómo el FA va a tratar esto del deterioro democrático?

Bueno, esto no tiene que pasar. Se supo que hubo espionaje a Mario Bergara y Charles Carrera, se supo quién lo hizo, y no se supo quién lo mando.Pero alguien lo mandó. En algún momento tenemos que ver cómo investigamos al que lo mandó. Nos quieren vender que Astesiano estaba para las coimas. Pero hay un conjunto de procedimientos muy violentos. Lo que pasó con los docentes de San José... Era ridículo que los sancionaran por estar afuera del liceo, con un cartel, y fuera del horario del trabajo. Son medidas que deterioran la democracia. El ataque a Fiscalía... ¿Alguien puede comprar a Juan Gómez como militante del Frente? ¿Quién procesó a Fernando Calloia? Era Juan Gómez, no era otro. ¿Alguien puede comprar que es alguien de comité? Me parece que no. Hay un conjunto de medidas que indican un deterioro: el ataque a Fiscalía, el ataque a periodistas, el ataque a legisladores.

Yendo a la campaña y la votación del domingo, ¿cómo se organiza el PCU para asegurar una buena votación?

Sin un mango. Sin un mango, con mucha idea.

Vos tenés experiencia de organización. Por ejemplo, ¿tienen un ómnibus para llevar personas a votar?

No, eso sí. Yo no estoy en la parte fina del detalle organizativo. Sí la idea es tener ese día listas.

A ver, la campaña nuestra es muy desigual, porque es con muy pocos recursos. Es mirar las cartelerías, es prender la tele. Las campañas cada vez tienen mayores niveles de desigualdad. O sea, hay candidatos que no aparecen en las encuestas, sin embargo tienen un despliegue descomunal.

Nuestra campaña apuesta a otra cosa: a ideas, a historia, a razonar, a reflejar socialmente que la política tiene que ver con el plato de lentejas, con el trabajo, con la dignidad humana, con la sociedad menos violenta, con el derecho a la educación y en eso tenemos que ganar una batalla que es que no es todo igual. A ver, los gobiernos del FA no fueron perfectos, no va a haber gobiernos perfectos. Pero hubo 15 años de mejoras de salarios y ahora hubo cuatro de pérdida. Hubo 15 años de mejora de jubilaciones.

Hablabas al principio del tamaño de elección y la cantidad de votos que se podría estimar. ¿Qué tanto puede influir el aparato del Partido Comunista en esta elección, teniendo en cuenta que del otro lado está el MPP que tiene una capacidad de organización muy grande?

A ver, la capacidad de organización toda cuenta. Pero creo que igual hay una corriente de opinión pública que es la que tenés que construir a favor de la candidatura, que va más allá de que tengas o no condiciones para tener la gente con la lista en los lugares. Parte de la batalla es confiar en que la mayoría del pueblo conscientemente vaya y resuelva.

O sea, es mejor tener locomoción que no tener, es mejor tener un compañero en la puerta repartiendo listas que no tener, pero hemos ganado elecciones con mucho menos que eso. En muchas elecciones vos ves y tenés mucho menos despliegue. Nustras elecciones siempre van a ser en desigualdad. Siempre han sido con desigualdad. Pero creo que, a pesar de eso, vos protegés determinadas ideas que sean las movilizadoras para que la gente entienda que en la elección se juega eso. Y si no se entendió es culpa nuestra. Es así. Si no se entendió, es que no fuimos capaces de explicar con claridad el rumbo de unas políticas y otras.

¿Volvería a ser precandidato a presidente o le gustaría estar al frente de la Intendencia de Canelones?

No tengo idea. No miro la política en términos de proyección personal. ¿Hoy me decís “obsesión”? Que este año recuperemos el gobierno y que el gobierno logre resolver los problemas de la sociedad. Esa es una tarea colectiva complejísima pero apasionante. Ese es el centro de la preocupación.

El dónde está uno, en qué lugar, me parece que es mucho más atrás. O sea, hay muchos nudos para desatar primero.

Pero en esta tarea colectiva que es volver al gobierno podés proponer tu nombre o que surja también para ciertos cargos.

Ya surgió. Voy a encabezar una lista del Senado que es histórica, y además muy pesada. Eso es un montón. Eso es un montón.

Tampoco lo miro como el cargo. O sea, el lugar de representación es una responsabilidad. Y tampoco es tuyo, es una responsabilidad a la que vas a llegar con una acumulación de lucha popular de un siglo y medio. No es que vos llegaste. Esa es una forma de entender la política con la que no conjugo mucho.

Uno de los temas que se perfila para octubre es el plebiscito en seguridad social; tú has sido quien más lo defiende. ¿Cómo podés asegurar que no se comprometerán las cuentas públicas como aseguran diversos analistas?

Se tensionan las cuentas públicas seguro. Si vos mejorás las jubilaciones, tensionás las cuentas públicas. Ahora, el problema es ¿cómo descomprimís las cuentas públicas? ¿Dejando a una persona que tiene 62 años, y 31 o 32 de aportes, sin jubilación y sin ingresos por tres años? ¿Bajándole casi a la mitad a un trabajador que se rompió la espalda y queda en discapacidad? No.

Foto: Javier Noceti.

Foto: Javier Noceti.

La forma en que se eligió descomprimir las cuentas públicas es una forma que no me parece. Sabemos hoy que la mitad de la gente no llega a la nueva edad trabajando. Todos los informes de todos los países que corrieron la edad jubilatoria lo demuestran. Uruguay es un país que tiene una tasa de empleo después de los 60 años paupérrima: 15 de cada 100 en mujeres y 22 de cada 100 en hombres. Entonces estás condenando a más de la mitad de la población a que no tenga ni trabajo ni ingreso, en un país donde el trabajador no tiene ahorro porque medio millón vive con menos de $ 25.000.

¿Cómo lo descomprimís? ¿Con impuestos?

No, a ver… Capaz que cobrando alguno. Yo qué sé. Un dato solo te voy a poner: el IRAE exoneraba 642 millones en el 2019; el año pasado exoneró 1.150. Exoneró; no es que aumentó la tasa. O sea, solo el aumento de la exoneración de IRAE es más que todo el aporte al BPS que hacemos por año.

Entonces, a la hora que tengo que decir “¿sostengo este nivel de exoneración tan alto y le bajo a la mitad a una persona con discapacidad?” Bueno, hay gente que pensará: “bárbaro”. Yo voy a pensar: “No, tenemos que barajar y dar de vuelta”.

¿Mantengo que el sector agroexportador tenga una tasa de aporte patronal cuatro veces menor que el resto? No lo digo por el pequeño productor familiar. ¿Cuatro veces menor que el resto de los empresarios? ¿Por qué?

Estoy discutiendo este nivel de recorte al trabajador. Es parte de una discusión que tendrá que abrirse después del plebiscito en el diálogo social.