El Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) elaboró un informe sobre el precio de los combustibles en Uruguay, después de que el gobierno realizará el quinto ajuste al alza desde que comenzó a regir la Ley de Urgente Consideración (LUC).
El think tank afirma que “desde noviembre el Poder Ejecutivo decidió apartarse de la recomendación técnica” de la Unidad de Servicios de Energía y Agua, pero también apunta que “desde 2010 en adelante los precios de venta al público no reflejaron (en ningún sentido) los costos asumidos por Ancap para producir y distribuir combustibles”.
En un contexto en que Uruguay tiene el nivel de precios de combustibles “estructuralmente más caro de la región y la mayor parte de mundo”, sin embargo, el CED sostiene que Ancap renunció a US$ 105 millones al no ajustar los valores de la nafta gasoil en función de los Precios de Paridad de Importación (PPI).
Sin embargo, si se consideran los años 2020 y 2021, hubo un sobreprecio de US$ 14 millones en la nafta y de US$ 67 millones en el gasoil.
“En 2020 en ambos (insumos) hubo sobreprecio y en 2021
se vendieron por debajo del PPI”, consigna el análisis, que también realizó una
puesta a punto histórica.
En esta línea, el centro señala que entre 2010 y 2014 la “nafta tuvo un precio
subsidiado por US$ 78 millones, mientras que, en caso contrario, el gasoil evidenció
un sobreprecio por US$ 1.181 millones”.
“Entre 2015 y 2019 la nafta presentó un sobreprecio de US$ 443 millones, mientras que los consumidores uruguayos de gasoil pagaron US$ 1.137 millones más que PPI”, añade el trabajo.
Y concluye: “Los artículos referentes a este tema de la LUC, votados por todo el sistema político, no parece haber generado ningún cambio relevante en la política de fijación de fijación de precios. También parece claro que su espíritu (precios que rápidamente reflejen las variaciones de los costos) está siendo dejado atrás por el gobierno”.
Situación internacional
El CED consigna además que el precio del barril del petróleo y el tipo de cambio son las dos principales variables a la hora de fijar los precios de venta al público de los combustibles.
En esta línea, se señala que el precio del barril cotizó en febrero en US$ 97, 57% por encima del mismo mes en 2021.
“Por su parte, en los últimos días de febrero y comienzo del mes de marzo, los precios se dispararon, superando los 100 dólares por barril, cifras no registradas desde 2014. Lo anterior se da en un contexto de fundamentos sólidos y consistentes con un precio internacional del petróleo elevado”, dice el trabajo, que esgrime como razones para esta situación el boom de los precios de las materias primas (en particular commodities energéticos), alta demanda y rigideces en la oferta de petróleo y los conflictos geopolíticos como la invasión de Rusia a Ucrania y las sanciones de Estados Unidos a Irán.
EL CED también señala que, tras los sucesivos incrementos en los precios de los combustibles, “la nafta en Uruguay se consolidó como la más cara de la región con un valor de US$ 1,8 el litro, siendo 30% más cara que en Chile, 38% más costosa que en Brasil, 47% por encima del valor en Paraguay y 80% superior al precio en Argentina.
El gasoil uruguayo es 17% más caro que en Chile y Brasil, 35% superior que en Paraguay y 41% mayor que en Argentina.
“El precio de la nafta en Uruguay se ubica 40% por encima del promedio a nivel global. En el caso del gasoil las diferencias son menores, aunque igualmente significativas. En la comparación mundial, el gasoil está 9% por encima del promedio global. Lo anterior deja en evidencia que Uruguay está desalineado de las principales referencias relevantes en materia de precios de los combustibles. Dicha situación es de larga data y no necesariamente responde a las variaciones observadas en los últimos meses. En el fondo, es más un problema estructural vinculado a que el nivel de precios de los combustibles es comparativamente más caro que el resto de los países”, concluye el informe.