Ancap abrió en octubre de 2021 un llamado a licitación para construir y operar un ducto que conecte el puerto de Montevideo con el muelle de la refinería de La Teja, con el propósito de abaratar costos logísticos y de generar una nueva vía de ingreso y salida del país de combustibles refinados. Una sola empresa se presentó a la convocatoria; se le solicitó una mejora de precios, a lo que la firma accedió. Sobre el plazo de vencimiento de esa oferta, el directorio de la petrolera estatal resolvió el 31 de marzo por unanimidad la adjudicación del servicio “de carga, descarga y transporte de combustibles blancos (gasolinas y gasoil) por ducto desde y hasta la refinería La Teja”, como revela la resolución a la que accedió Montevideo Portal. El proceso aún está condicionado a la revisión del Tribunal de Cuentas.
La inversión y construcción del ducto será responsabilidad de la empresa adjudicataria. Está previsto que las obras de infraestructura se extiendan por dos años y Ancap comenzará a pagar los servicios una vez que el transporte de combustibles refinados esté activo.
Por los servicios de construcción y operación del ducto, el directorio de Ancap aprobó un gasto por hasta US$ 46 millones más IVA hasta el año 2039.
“Es la obra más importante de Ancap y la realizará un privado”, dijo el vicepresidente de la petrolera estatal, Diego Durand, a Montevideo Portal. Además, aseguró que “es una apertura logística, porque permitirá tanto el ingreso como la salida de combustibles, y habilita además el almacenamiento para terceros en cantidades económicamente rentables en tanques de la refinería”.
Durand explicó que “el monto total de la licitación cubre el servicio estimado en los 15 años que durará el contrato”.
“Esta adjudicación permitirá trabajo y obras para el país, lo que resulta de una inversión privada que realizará el adjudicatario de la licitación, y Ancap pagará un fijo por la llegada de ese combustible más un variable asociado al volumen movido” hasta la refinería, aseguró el vicepresidente de Ancap, quien destacó que “es una obra que quedará para sucesivas administraciones y es un punto más de entrada de energía al país”.
Hoy hay dos vías de acceso de combustibles al Uruguay: por un lado, el petróleo llega en buques tanqueros, con 156.000 metros cúbicos (lo que equivale a un millón de barriles) de capacidad, a la Terminal del Este (también conocida como la boya de José Ignacio) y desde allí se bombea por un oleoducto de 180 kilómetros de extensión hasta la refinería de La Teja; por otra parte, los combustibles blancos (naftas y gasoil) arriban en barcos con capacidad para 50.000 metros cúbicos a la Zona Alfa del puerto de Montevideo, desde donde son transportados al muelle de La Teja en embarcaciones más pequeñas, de hasta 10.000 metros cúbicos. Esto responde a que el muelle de La Teja tiene un calado de siete metros, mientras que el puerto de Montevideo cuenta con una profundidad de entre 13 y 14 metros, lo que permite el ingreso de barcos de mayor tamaño y capacidad de almacenamiento.
La obra aprobada habilitará que los barcos con combustibles blancos ingresen al puerto de Montevideo, y transportar por el ducto las naftas y el gasoil. Por cada arribo de un barco con 50.000 metros cúbicos al puerto y su posterior traslado por ducto a la refinería, Ancap prevé un ahorro de US$ 4 millones, que deriva de la cancelación de los cinco viajes que se hacen hoy por cada llegada de un buque a la Zona Alfa.
Durand advirtió que se trata de una inversión en “eficiencia logística” que permitirá “bajar los costos” y, por otra parte, aseguró que “si se rompe la refinería y está sin operar, habrá que importar productos de apuro, y no es lo mismo traer en parcelas pequeñas de 10.000 que de 50.000 metros cúbicos”. Por esa razón, consideró que esta obra implica “resguardarnos y abrirnos al mundo”, además de generar “trabajo para la metalúrgica y la construcción”.
El vicepresidente de Ancap destacó que “el directorio adjudicó una licitación conforme al Texto Ordenado de Contabilidad y Administración Financiera (Tocaf), por y hasta 46 millones hasta el año 2039, lo que constituye un gasto por servicios cuando se concrete la obra y se suministre el servicio”. Debido a que una sola se presentó al proceso, se aprobó la compra directa por excepción.
Otras obras previstas
Para el vicepresidente de Ancap, la resolución del directorio es clave porque “otros negocios podrían sumarse a futuro, obras adicionales previstas, como que el ducto pueda conectarse a Capurro y desde ahí exportar biodiésel”.
“Hoy sacamos camiones al puerto para las exportaciones de nuestro biodiésel. Esto podría ser también un adicional a futuro, que responde a una visión aperturista, puesto que la adjudicación autorizó también a la Gerencia de Abastecimiento analizar un proceso de ofertas nuevo para un segundo ducto que permita abastecer de fueloil a UPM, y recibir y exportar IFO (combustibles marinos residuales) para combustibles bunker”, agregó el vicepresidente de Ancap.
Personal técnico de Ingeniería, Logística y Medio Ambiente de Ancap se reunirán esta semana con técnicos del adjudicatario y operadores de puertos.