El secretario general de la OEA (Organización de Estados Americanos), Luis Almagro, hizo más de 30 viajes de trabajo junto con una funcionaria de la organización con la que mantuvo una relación sentimental, según se extrae de documentos publicados por el organismo.

En 16 de estos viajes, a destinos dentro y fuera de Estados Unidos, donde tiene sede la organización, Almagro viajó solo con la funcionaria, de origen mexicano, indican los documentos.

La relación entre Almagro y esta trabajadora de la organización, que en los documentos aparece nombrada bajo el título de “asesora”, está siendo investigada por una empresa externa que debe presentar a finales de este mes un informe con sus hallazgos al Consejo Permanente del organismo, tal como lo aprobó el pleno del órgano.

Los documentos, que dan cuenta de los viajes que realizó Almagro en 2018, 2019 y 2022, forman parte de un informe de rendición de cuentas del desempeño del secretario general que se presenta cada cuatro meses al Consejo Permanente.

En ellos se puede ver que Almagro viajó junto con su entonces compañera sentimental y también trabajadora de la OEA en más de 30 ocasiones, tanto con ella sola como con otros asesores del secretario general.

En 2019, Almagro viajó en 38 ocasiones, de las que 10 estuvo únicamente acompañado por la funcionaria. Al menos cinco de esos traslados se financiaron directamente con dinero de la OEA.

Entre los viajes donde estuvieron los dos solos hubo una visita de tres días a Río de Janeiro (Brasil), en agosto de 2019, para participar en el 95 Período Ordinario de Sesiones del Comité Jurídico Interamericano y un viaje de cuatro días a Oxford (Reino Unido) para una conferencia sobre Latinoamérica en octubre de 2018.

En un comunicado enviado a EFE, la OEA aseguró que estos viajes no supusieron ningún quiebre de las normas de la organización.

“El secretario general insiste en todas las declaraciones anteriores sobre este asunto de que no se violó ninguna norma de la OEA debido a las medidas que él y su equipo tomaron para que se cumpliera con todas las regulaciones”, dijo Gonzalo Espáriz, uno de los portavoces de la organización.

La OEA ha negado que Almagro tuviera una relación laboral jerárquica con la funcionaria, ya que aseguran que no trabajaba para él directamente, sino que respondía a otra secretaría dentro del organismo.

Sin embargo, en estos informes de viajes y en algunas publicaciones en redes sociales de la organización aparece nombrada con el cargo de “asesora” del secretario general.

Funcionarios y exfuncionarios de la OEA consultados por EFE confirmaron que incluso el propio Almagro la presentaba como su asesora y que la relación sentimental entre ellos era conocida por “todo el mundo” dentro de la organización.

A su vez, la “asesora” recibió sucesivos ascensos dentro del organismo durante el tiempo que mantuvo una relación sentimental con Almagro, de acuerdo con documentos internos del organismo.

La OEA ha asegurado que estos ascensos fueron “de acuerdo a regulación y fueron administrados para ella igual que para todo el personal”.

La firma que investiga a Almagro, el bufete Miller & Chevalier, con sede en Washington D. C., debe entregar el 31 de marzo un informe final con sus hallazgos al Consejo Permanente.

La investigación, que le costará más de 100.000 dólares a la organización, está centrada en si, en el marco de la relación sentimental, Almagro infringió varios reglamentos de la OEA. En concreto, las normativas con relación a las funciones de supervisión, los aumentos salariales e intimidación.

El uruguayo, quien lidera la OEA desde 2015, confirmó el pasado noviembre que sostuvo esta relación por tres años, defendió su actuación y dijo que espera que la investigación “dé el mejor resultado”.

EFE