Venezuela "es un estado narcotraficante, como no se ha visto en el continente" y "eso tiene que ser atacado, teniendo en cuenta la movilidad que tiene el narcotráfico", afirmó Almagro en una conferencia sobre el país sudamericano en la Casa de América en Madrid, en la que participó junto con el Nobel peruano de Literatura, Mario Vargas Llosa.
"Acciones más fuertes de los países de Centroamérica, México y Estados Unidos son esenciales en este tema", prosiguió el jefe de la Organización de Estados Americanos (OEA), con sede en Washington.
Almagro apoyó su afirmación en las sanciones a dirigentes venezolanos y condenas a familiares suyos en casos relacionados con narcotráfico. En diciembre, dos sobrinos de Cilia Flores, la esposa de Maduro, fueron condenados en Estados Unidos a 18 años de cárcel por intentar traficar 800 kg de cocaína.
Igualmente, el vicepresidente venezolano Tareck El Aissami fue calificado de "prominente narcotraficante" por la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC, adscrita al Tesoro norteamericano), que congeló todos los activos que éste pueda tener en Estados Unidos.
Almagro animó además a los países latinoamericanos a adoptar "sanciones más duras contra el régimen", que apunten a su funcionamiento financiero "y a la manera en que el régimen manipula y maneja los recursos que pertenecen al país", en una referencia velada al petróleo.
Igualmente pidió apoyo a las denuncias de crímenes de lesa humanidad contra mandatarios del gobierno venezolano. Y esto después de que la Corte Penal Internacional (CPI) anunciara el inicio de un examen preliminar para analizar si se cometieron delitos de lesa humanidad en el país, donde unas 125 personas perdieron la vida en 2017 durante manifestaciones opositoras.
"Esa dictadura no puede ser impune, se tienen que reforzar las variables que lleven a estos personajes a la justicia internacional, a la CPI", un alto tribunal con sede en La Haya, añadió Almagro.
A su lado, Vargas Llosa criticó la elección presidencial del 20 de mayo en Venezuela, donde Maduro, en el poder desde la muerte de Hugo Chávez en 2013, espera renovar mandato frente al candidato opositor Henri Falcón.
Según él, la cita electoral, considerada fraudulenta por la oposición venezolana, es "un fraude perfectamente premeditado", que sólo servirá para "confirmar la dictadura" y "la soledad y el aislamiento" del gobierno de Maduro.
AFP