La policía brasileña allanó este miércoles la casa del expresidente Jair Bolsonaro en el marco de una investigación sobre la supuesta falsificación de certificados de vacunación contra el covid-19, una acusación que él negó.
El exmandatario (2019-2022) confirmó el registro de su residencia en Brasilia y acusó a las autoridades de intentar “fabricar un caso” en su contra.
“No hay adulteración de mi parte. No me vacuné, punto, eso nunca lo negué”, aseguró en declaraciones a periodistas frente a su vivienda en la capital brasileña.
Bolsonaro, de 68 años, dijo que la policía también incautó su teléfono celular e inspeccionó los registros de vacunación de su familia.
“Así que estoy realmente sorprendido por el allanamiento y las incautaciones”, señaló. Y agregó: “Todos los ciudadanos son iguales. Pero hacer un registro e incautación de la casa de un expresidente para fabricar un caso...”.
Bolsonaro desafió los consejos de los expertos sobre el manejo de la pandemia, que dejó más de 700.000 muertos en Brasil. Durante su gobierno, llegó a bromear con que quienes se inmunizaran podían convertirse en “caimán”.
Sin mencionar a Bolsonaro, la Policía Federal (PF) informó este miércoles que investigaba “una asociación criminal” sospechosa de insertar “datos falsos de vacunación contra el covid-19 en los sistemas” públicos de salud.
“Las inserciones falsas, ocurridas entre noviembre de 2021 y diciembre de 2022, dieron como resultado la alteración de la verdad sobre (...) la condición de inmunización contra el covid-19 de los beneficiarios”, señala el comunicado de la PF.
La supuesta falsificación permitió a personas “emitir los respectivos certificados de vacunación y utilizarlos para eludir las actuales restricciones sanitarias impuestas por las autoridades públicas (Brasil y Estados Unidos) destinadas a prevenir la propagación (...) del covid-19”, agrega la nota.
Derrotado en las elecciones presidenciales de octubre, Bolsonaro viajó a Estados Unidos el 30 de diciembre, dos días antes de la asunción del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.
Estados Unidos exige a los viajeros aéreos internacionales que presenten prueba de vacunación contra el covid-19, un requisito que la Casa Blanca anunció el lunes que dejará de regir el 11 de mayo. Este requisito no se aplica a los funcionarios de gobiernos extranjeros.
“En mis idas a Estados Unidos, nunca me fue exigido el certificado de vacunación”, explicó Bolsonaro este miércoles a la red Jovem Pan.
Bolsonaro, un aliado cercano del expresidente estadounidense Donald Trump, permaneció en Orlando, Florida, hasta el 30 de marzo.
Se desconoce cómo las autoridades estadounidenses manejaron el caso de Bolsonaro después de finalizar su mandato el 1 de enero.
Los supuestos datos falsos de vacunación de Bolsonaro habrían sido cargados en el sistema de salud pública antes de su viaje a Estados Unidos, y luego eliminados, según TV Globo.
“Corrupción gravísima”
La policía informó que la operación de este miércoles incluyó 16 órdenes de allanamiento, en Brasilia y en Rio de Janeiro, y seis órdenes de arresto.
Según los medios, la PF detuvo, entre otros, al teniente coronel Mauro Cid, exedecán de Bolsonaro, considerado su mano derecha durante la presidencia.
“Conspirar contra la salud pública es una corrupción gravísima”, afirmó este miércoles el ministro de Justicia y Seguridad, Flávio Dino.
La PF llegó a casa de Bolsonaro alrededor de las 06H00 (09H00 GMT), relató Bolsonaro a Jovem Pan.
“Fui tratado muy bien”, indicó, aunque dijo haber sentido la “incomodidad” de algunos policías que “barrieron” el lugar.
Bolsonaro fue citado a declarar en la sede de la PF, pero sus abogados le recomendaron mantenerse en silencio.
“Bolsonaro irá cuanto antes (...) pero necesitamos acceder a la causa”, dijo Paulo Cunha Bueno, defensor del exmandatario, al diario Folha de S. Paulo.
Desde su regreso a Brasil, Bolsonaro ha sido interrogado dos veces por la PF.
El 5 de abril tuvo que prestar declaración por la investigación abierta por el ingreso irregular a Brasil de valiosas joyas regaladas por Arabia Saudita en 2021.
Y la semana pasada, debió declarar como parte de otra investigación sobre su presunto papel en los disturbios del 8 de enero, cuando miles de sus seguidores invadieron las sedes de los tres poderes del Estado en la capital brasileña en un intento de tumbar a Lula, quien había asumido siete días antes.
En total, Bolsonaro enfrenta cuatro investigaciones de la Corte Suprema que podrían enviarlo a prisión, y 16 casos ante el Tribunal Superior Electoral (TSE).
Este último, que investiga afirmaciones no probadas de Bolsonaro de fraude en el sistema electoral, podría quitarle el derecho a postularse para la presidencia durante ocho años, dejándolo fuera en 2026.
Evaristo Sa y Luján Scarpinelli para AFP