El presidente de Argentina, Alberto Fernández, no pudo tener un encuentro con la selección argentina de fútbol, pero destacó este martes el inédito y multitudinario festejo en las calles de Buenos Aires y su periferia por el triunfo en Catar 2022.
“Celebro el modo en que el pueblo se volcó a las calles para festejar a nuestra selección y al equipo técnico. Millones de argentinos y argentinas en las calles, en un diciembre distinto, que quedará para siempre en nuestros corazones”, expresó el mandatario argentino en Twitter.
“Todas y todos pudimos agradecer en unidad y armonía la enorme alegría que nos han brindado. Como presidente, me sumo a ello”, añadió el jefe de Estado.
Aunque la Casa Rosada, sede del Ejecutivo argentino, nunca estuvo oficialmente incluida en el itinerario de la caravana que trasladaría al equipo campeón desde el predio de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), en la localidad bonaerense de Ezeiza, hacia la capital del país, durante toda la jornada circularon rumores sobre un eventual paso de la Scaloneta por la Casa de Gobierno.
Medios locales han dado cuenta en las últimas horas de la presunta resistencia de varios integrantes del plantel dirigido por Lionel Scaloni a que se “politizara” el triunfo en un país altamente dividido por cuestiones políticas.
La prensa también ha hecho referencia a supuestas diferencias entre Alberto Fernández y el presidente de la AFA, Claudio Chiqui Tapia.
Lo cierto es que, a diferencia de 1986, cuando Argentina salió campeón del mundo por segunda vez —la primera fue en 1978, y Argentina fue sede del Mundial— y fue recibida en la Casa Rosada, esta vez no hubo paso por la sede gubernamental ni foto oficial de encuentro con las autoridades.
En 2014, cuando Argentina perdió en la final de Brasil contra Alemania, la entonces presidenta, Cristina Fernández, acudió al predio de la AFA a saludar a los jugadores.
Anoche, la única representación gubernamental para recibir al equipo en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza fue el ministro del Interior, Eduardo Wado de Pedro, muy cercano a la actual vicepresidenta.
EFE