El 9 de julio de 2019, los montevideanos que prendieron la televisión o se conectaron a Internet de mañana se encontraron con imágenes que parecían salidas de una película de Hollywood.
Varios vehículos policiales rodeaban un ómnibus de Tres Cruces, luego de que se informara que un hombre armado retenía a unao dos personas en el ómnibus.
Montevideo Portal recibió esa misma mañana un reporte policial informando sobre un gran operativo montado ante un posible secuestro, hecho denunciado por el conductor de un ómnibus de Turil.
Los canales de televisión se apostaron frente a Tres Cruces, a una distancia prudente, y transmitieron en directo cómo personal de la Republicana rodeaba el coche e intentaba convencer al presunto secuestrador para que bajara del vehículo.
En la unidad no había pasajeros, pero el trabajador reportó que vio a un hombre con un arma de fuego dentro del coche y descendió del vehículo, cerrando la puerta y dejando al desconocido dentro. Otras informaciones indicaban que retenía a una mujer.
La operativa de la terminal estuvo paralizada desde la madrugada hasta las 10. Un negociador de la Guardia Republicana se dirigió al supuesto delincuente varias veces pero no obtuvo respuesta. Luego de transcurrido un tiempo, al no haber movimiento, a las 9:47 decidieron ingresar al coche. Adentro no había nadie.
Según supo Montevideo Portal, las imágenes de las cámaras de videovigilancia revelaron que nadie se bajó del ómnibus desde que llegó la Policía.
El asunto tuvo un giro extraño más tarde ese mismo día, cuando el conductor declaró ante la Policía que quien arribó armado al vehículo era la pareja formal de su amante.
Sin embargo, nada de lo observado o recabado respaldaba esta versión, por lo que se presumió que el trabajador había inventado la situación.
Indagaciones posteriores revelaron que pesaba sobre el hombre una denuncia de violencia de género presentada por su pareja, que afirmó que el día anterior la había llamado un centenar de veces con insultos y acusaciones.
Tras la denuncia, la jueza del caso dispuso una pericia psiquiátrica para ambos y peritaje de celulares.
La empresa señaló que no había antecedentes de trastornos de conducta por parte del trabajador y confirmó que el sistema de cámaras interno de los coches reveló que no se vio que hubiera ningún hombre además del conductor.
Un caso sin avances
Según informó a Montevideo Portal el gerente de Turil, Fernando Mello, el hombre se encuentra de licencia médica desde que sucedió este hecho y no se ha reincorporado a la plantilla.
El BPS es quien se está encargando de los haberes del trabajador y es el organismo que deberá dilucidar si le da o no el alta, señaló el gerente. Una vez que suceda esto, el hombre tendrá que someterse a los estudios pertinentes para obtener el certificado de aptitud psicofísica necesario para los conductores.
"Además, lo vamos a someter al protocolo interno disciplinario por lo ocurrido. De ahí a lo que aporte de pruebas y sean sus descargos se verá en qué situación queda", agregó. Señalo que no hubo tampoco nuevas repercusiones penales por el caso, luego de que la Justicia dictara una orden de restricción para que el hombre no se acercara a su pareja.
La licencia médica fue otorgada por el BPS debido a problemas psicológicos. "Hasta ahora no lo evaluamos porque no está trabajando", apuntó.
El BPS puede cubrir al trabajador hasta un año por motivo de enfermedad, con otro año de prórroga como máximo. Los beneficiarios percibirán el equivalente al 70 % de todos sus ingresos que constituyan materia gravada (no se cuenta el aguinaldo).