El policía bolsonarista que en julio pasado asesinó a tiros a un correligionario del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva ingresó este sábado en prisión, después de pasar un mes hospitalizado, informaron fuentes oficiales.

Jorge José da Rocha Guaranho, un declarado simpatizante del mandatario ultraderechista Jair Bolsonaro, permanecerá en una cárcel de la zona metropolitana de Curitiba, según señaló la Secretaría de Seguridad Pública del estado de Paraná en una nota.

El agente penitenciario fue transferido en ambulancia y escoltado por "equipos policiales del sector de operaciones especiales" desde su residencia, en la localidad fronteriza de Foz de Iguazú, donde ocurrió el crimen.

Su traslado a prisión llega después de que la Justicia revocó la orden de arresto domiciliario que le había concedido temporalmente hasta encontrar un centro penal con la estructura necesaria para completar su recuperación.

Guaranho quedó gravemente herido tras irrumpir en la fiesta de cumpleaños de Marcelo Arruda, afiliado del Partido de los Trabajadores (PT), y abrir fuego contra este provocándole la muerte, en Foz de Iguazú.

Arruda, que era guardia municipal y uno de los líderes locales del PT, celebraba su 50 cumpleaños con una fiesta "temática" sobre Lula, en compañía de amigos y familiares, y llegó a defenderse con su arma tras recibir los disparos del partidario de Bolsonaro.

Tras el tiroteo, algunos invitados propinaron patadas al agente penitenciario en la cabeza, según imágenes de la cámara de seguridad.

El policía, que recibió el alta médica el pasado miércoles, responderá ante los tribunales por un delito de "homicidio doblemente calificado" fruto de "preferencias político-partidarias antagónicas", de acuerdo con la denuncia del Ministerio Público.

El asesinato de Arruda se produjo en vísperas de las elecciones presidenciales del próximo 2 de octubre, para las que el candidato favorito es Lula, con una ventaja de unos 15 puntos sobre Bolsonaro, según los últimos sondeos.

El crimen fue ampliamente condenado por autoridades, candidatos, partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil, que culparon del suceso al "discurso de odio" que promueven los grupos de ultraderecha que apoyan al Gobierno de Bolsonaro. 

EFE