La fiscal de Estupefacientes, Mónica Ferrero, fue amenazada 24 horas después del atentado contra la Dirección General Contra el Tráfico Ilícito de Drogas, ocurrido en la madrugada del pasado 9 de mayo. Ese día, en el estacionamiento de la Brigada Antidrogas, ubicada en el Prado, una granada explotó provocando daños en cinco vehículos policiales.
Concretamente Mónica Ferrero recibió un mensaje por WhatsApp que decía: "Espero que le vaya bien, pero de ahora en más le va a ir como usted decida". Estaba firmado por la sigla PCU.
"Estamos un poquito enojados, como ve, con la parte de narcóticos. Ya les dimos un pequeño aviso para que vean que no le tenemos miedo", indicaba el texto.
"Queremos que nos respeten ustedes para que nosotros los podamos respetar. A partir de ahí no va a haber atentados ni contra las entidades a cargo de usted, ni contra usted", agregaba el mensaje.
Por otro lado advertía: "Si siguen haciendo las cosas más difíciles para nosotros vamos a ser un poquito más duros. Si ustedes flexibilizan nosotros también lo haremos".
"Usted me entiende, no tengo que explicarle mucho, acuérdese que todo tiene un límite", decía el mensaje firmado por el PCU.
En las últimas horas de este miércoles, el hombre investigado por el fiscal Diego Pérez fue enviado a prisión.
G.R.A.S fue condenado como "autor penalmente responsable de un delito de violencia privada especialmente agravado en calidad de coautor en reiteración real, con un delito de tenencia no autorizada de municiones en calidad de autor", a la pena de seis meses de prisión, con descuento del tiempo de detención y del arresto domiciliario. En realidad, son cuatro meses de prisión domiciliaria (ya cumplidos) y dos meses de prisión efectiva que empiezan a correr a partir de hoy.
Los proyectiles y el cargador incautado fueron derivados al Servicio de Material y Armamento para su destrucción.
Según supo Montevideo Portal, el ahora condenado "compartió datos móviles con el teléfono celular desde donde partió la amenaza a la fiscal Mónica Ferrero".
Sin embargo, "la investigación también dejó al descubierto, que ese celular desde donde partió la amenaza estaba en su poder en el momento en que se envió el mensaje".
El hombre condenado es hijo de un conocido contratista de fútbol.