El pasado miércoles, la policía halló en un terreno cercano a la playa de Punta Yeguas el cuerpo desmembrado de Mariana Rivero, la joven que era buscada desde el 20 de octubre.
El sitio de enterramiento fue señalado por Luciano Nicolás Ledesma Gutiérrez, exnovio de la joven, y quien fue desde el primer momento el principal sujeto de interés para los investigadores.
Durante las pesquisas, Ledesma ofreció versiones contradictorias y habría intentado despistar a la policía. Sin embargo, no pudo justificar su viaje en taxi a Punta Yeguas, presuntamente para deshacerse de bolsas de escombros.
Según consigna Subrayado, desde el Ministerio del Interior ya se sospechaba que Mariana estaba muerta y que su cuerpo se encontraba en esa zona, por lo que se dispusieron rastrillajes y búsquedas por submarinistas en la costa. Sin embargo, el cuerpo solo pudo ser localizado cuando el homicida, acorralado por la evidencia, reveló el sitio exacto.
Ledesma se encuentra detenido desde entonces, y se espera que este viernes se realice la audiencia de formalización del caso.
Más allá de la confesión del feminicida, las autoridades realizan pericias en su domicilio, con el fin de reconstruir los terribles hechos que sin duda se registraron en el lugar.
Según informara Telemundo, los técnicos de Policía Científica se trasladaron al lugar para periciar la finca. Durante las tareas utilizaron luminol, sustancia que se hizo conocida gracias a las series de TV como CSI, donde la labor forense ocupa el centro de la trama.
Dicho compuesto presenta una reacción fluorescente ante restos de sangre, por lo que es capaz de detectar el líquido biológico incluso cuando fue lavado y no es apreciable a simple vista.
Asimismo, los expertos utilizaron luces especiales que solo se pueden utilizar cuando la luz natural es escasa, por lo que tuvieron que aguardar al atardecer.
En cuanto a las motivaciones del criminal, la principal hipótesis es que habría actuado por resentimiento, debido a que no querría aceptar el fin del vínculo sentimental.
El día de su desaparición, al joven había ido a la casa en la que ambos habían convivido, sita en el barrio Tres Ombúes. No era una cita romántica ni de reconciliación: Mariana solo quería recuperar sus pertenencias y cerrar una relación que se había vuelto enfermiza.
Desde ese día no se supo más de ella hasta el pasado miércoles, cuando se produjo el triste hallazgo de sus restos.