El Consejo Directivo de la Academia Nacional de Medicina (ANM) de Uruguay difundió este lunes un comunicado en el que expresó su posición sobre el proyecto de eutanasia, que cuenta con media sanción de Diputados.

La Academia expresó que, “recogiendo la pluralidad de opiniones en su seno, ratifica su confianza en la capacidad de nuestra sociedad para tomar una decisión”, pero dado que los médicos se verán necesariamente involucrados, la Academia “es responsable de referirse a sus cometidos estatutarios específicos” y a los “problemas médicos relacionados con el fomento de la ética y dignidad profesional”.

En esta línea, se indicó que, de forma unánime, los integrantes de la ANM sostienen que “es un principio de la medicina y un deber del médico proporcionar alivio del sufrimiento y acompañar al paciente en la etapa final de su vida”.

“Es necesario impulsar el desarrollo pleno de los cuidados paliativos, para lo cual la ley parcialmente aprobada, si asegurara su extensión y accesibilidad a todo el territorio nacional y asignará los recursos correspondientes para su implementación, será una valiosa contribución. La eutanasia no debe ser en ningún caso una vía para sortear la ausencia de cuidados paliativos”, afirma el documento.

Sobre la eutanasia en concreto, se manifiesta que, “en el caso de aprobarse una ley que la autorice, se deberá documentar de forma fehaciente la voluntad personal e intransferible del paciente e implementar un sistema de registro con el fin de garantizar la calidad de los procedimientos y análisis de datos epidemiológicos relevantes”.

Dos posiciones

No obstante, la Academia Nacional de Medicina reconoce la “existencia de dos opiniones respecto a la realización de la eutanasia, debido a que existen entre sus integrantes diversas interpretaciones sobre los principios de la práctica médica”.

Una de las posiciones sostiene que, aunque “compete al médico ayudar a aliviar los sufrimientos de los enfermos, es totalmente contrario a la ética médica que se utilicen drogas letales con la intención de terminar en forma activa y directa con la vida de pacientes, aun si estos lo piden porque deseen poner fin a su propia vida”.

“En concordancia con lo defendido sistemáticamente por la tradición bimilenaria de la ética médica, sustentada firmemente hasta la actualidad por la Asociación Médica Mundial en su declaración de 2022, esta tesis se opone a que una ley establezca que la eutanasia activa y directa a petición del enfermo, sea considerada un acto médico que deba ser llevado a cabo por los médicos, en virtud de su oficio”, argumenta el documento.

En tanto, la otra opinión de parte del colectivo médico fundamenta que “el proceso de eutanasia se origina en la solicitud de un paciente que, estando en una condición de salud incurable e irreversible que le provoca un sufrimiento percibido como intolerable, ejerce su derecho personal e inalienable a decidir el momento y la forma en que desea que ocurra el fin de su vida”.

“El médico se guiará por los principios de beneficencia, no maleficencia y respeto a la autonomía del paciente. Por lo tanto, su respuesta afirmativa significa un acto de profunda empatía y compasión con el sufrimiento del paciente y el pleno respeto del sentido que el paciente da a su vida y la forma en que decide hacer frente a su muerte, de acuerdo a los valores y convicciones que le son propios”, justifica la ANM la postura de los profesionales a favor de que se apruebe la eutanasia en Uruguay.

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