Por Valentina Temesio
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Alguna vez fueron las playas de Punta del Este, otras las calles de La Barra. Fueron, también, las costas de Rocha: La Paloma, Punta del Diablo, La Pedrera, La Aguada. El destino del verano se escogía con anticipación, en grupo. Para los jóvenes, la decisión de dónde pasar los primeros días del año era importante y se basaba en el lugar en el que estaba ubicado el boliche del momento.
La guía, en general, era simple y obvia: la noche. Entonces, las barras de amigos se embarcaban a la costa y pasaban sus primeros días entre la playa y el boliche. Dormían de día y bailaban de noche, miraban el atardecer, buscaban a otros jóvenes como ellos. Los balnearios, sobre todo en Rocha, fueron suyos.
Sin embargo, ahora, en 2024, encontrar un balneario lleno de gente joven parece más difícil. Ya no hay un destino predeterminado, una moda: no es La Paloma, no es Punta del Este, no es Punta del Diablo, no es La Barra, no es La Aguada, no es Piriápolis. De hecho, aquellos grupos que antes dormían en la misma casa poco se ven. Se juntan de día para ir a la playa y de noche para ir a la fiesta, pero, después, pasan la noche separados, con sus padres, con la familia, o volviendo a la ciudad en la que viven. Aunque claro que hay excepciones.
Pero también se perdió, de alguna forma, el boliche de cabecera. Estuvieron Pogo, Barbas, El Club, Ocean Club, Space, Iguana, BA. Ya no se ven las entradas vip que duraban más de una semana, no se ven los gorros con los logos de los bailes, ni los flyers en la playa.
Entonces, ¿a dónde fueron los jóvenes durante la primera quincena?
En Rocha
Los números de la Intendencia de Rocha indican que la primera quincena estuvo “bien”, dice el director de Turismo, Federico Zerbino. En Punta del Diablo, que fue el “balneario estrella”, hubo muchos días con un 100% de ocupación; también en la Barra del Chuy. En otros como Aguas Dulces, La Paloma, La Pedrera y Valizas se llegó a un 90%.
De todos modos, las temporadas en Rocha están lejos de ser lo que fueron en otros veranos, cuando los jóvenes copaban los balnearios y los conflictos con el turismo familiar eran recurrentes. Ya no hay un balneario de moda.
Según Zerbino, el turismo que Rocha tiene “estadísticamente” es el turismo familiar: familias, familias jóvenes, abuelos, nietos.
De aquellos balnearios llenos de jóvenes, con fiestas en la playa, con boliches masivos y explotados, queda el recuerdo. Aunque el director de Turismo dice que “existe de otra forma”.
“No existe en la concentración; se diversificó la oferta en la cantidad de la actividad nocturna que hay: pubs, boliches, fiestas, pero no con la alta concentración de un megaboliche”, dice.
Zerbino asegura que los jóvenes volvieron a Rocha, pero que la concentración nocturna no está “en un solo lugar”. Ante la pregunta de por qué sucede eso, responde: “Por la falta de un boliche masivo no se dio que estén todos los jóvenes juntos”.
Entonces, ahora, la propuesta en Rocha es distinta. Hay música en vivo, fiestas que no son multitudinarias, cervecerías. El boliche “al que va más gente”, con “más volumen”, es Primata, ubicado en Punta del Diablo. Es que ese balneario, dijo el jerarca departamental, fue al que “más jóvenes fueron” y donde la propuesta para ese público “estuvo más concentrada”.
Con respecto al cambio de las quincenas en Rocha, Zerbino considera que “son ciclos que tienen la consecuencia de la explosión; entonces, después de que se agota el recurso, vuelve a recambiar todo y a estrenarse en otro lugar”.
“La explosión de 10 días de la movida nocturna que concentra mucha gente en un solo lugar termina siendo una receta que no está buena para el turismo. Está buena la noche, los jóvenes, pero la alta concentración en un solo punto, sea La Paloma, La Pedrera, Punta del Diablo, a corto plazo no es una buena receta”, expresó.
De todos modos, para el director de Turismo los jóvenes dejaron de ir masivamente a Rocha, además de por la falta de un boliche masivo, por “el factor Argentina”. Zerbino entiende que los jóvenes “detonaron” sus ahorros en la noche de Buenos Aires “durante gran parte del año”.
En Maldonado
Martín Laventure, director de Turismo de Maldonado, dijo que si bien “para hacer balances hay que esperar a la que la temporada termine”, la primera quincena fue “positiva”. Hubo un movimiento “más que interesante”. Más brasileños que en otras temporadas, los argentinos de siempre y los uruguayos.
De todos modos, Laventure señaló que el prototipo de los viajeros en Maldonado es “variado”, porque tiene “una diversidad de ofertas”. Al ser consultado por Montevideo Portal sobre si había opciones para todas las edades, el director aseguró que sí.
“Eso, de alguna manera, era un debe. O por lo menos se siente un desafío el cómo hacer convivir distintos intereses. El tema de la movida joven siempre está en el tapete. Maldonado le ha ido encontrando la vuelta con una zonificación adecuada”, dijo el jerarca departamental.
La “zona joven” ahora es OpenPark, la carpa que funciona la primera quincena de enero y ofrece “espectáculos multitudinarios”. Uno de sus pro es la ubicación, ya que genera “molestias mínimas al resto”.
“Se ha recuperado ese público joven que, de repente, en algún momento sentía que no encontraba su lugar para divertirse”, consideró. De todos modos, Maldonado está lejos de ser un departamento tomado por los jóvenes: van con sus familias. Atrás quedaron aquellas costumbres (aunque podría haber algún caso aislado) de las “casitas”, un tema que era “difícil de controlar”.
“Lo más común es que jóvenes vayan con sus familias. Para la movida se juntarán, pero tiene que ver con la residencia: es familiar”, explicó Laventure.
Según datos que compartió la Intendencia de Maldonado, las fiestas del 1° de enero concentraron a unas 5.500 personas en Parada 11, unas 6.000 en El Placer y a 1.500 en La Susana. Además, en diciembre había recibido 51 solicitudes más para autorizar fiestas durante la temporada.
En Canelones
Canelones nunca se destacó por tener un balneario de moda para grupos de jóvenes, pero sí por tener megaboliches. Lo fueron Gitana y Piedra Lisa, ambos en Atlántida. Ahora solo queda el segundo, que tiene una capacidad para unas 5.000 personas.
A pesar de tener costa con el Río de la Plata, el departamento no tiene “una zona muy tradicional para jóvenes”, explica el director de Desarrollo Turístico, Horacio Yanes.
De todos modos, hay propuestas que siguen la “moda”: las cervecerías. Los espacios en la costa de Canelones son medianos; algunos ofrecen música en vivo y otros son solo sitios de encuentro.
“En Ciudad de la Costa no hay un lugar de megaespectáculo permanente, de baile o de fiesta. Tenemos toques, que concentran a la juventud, pero son puntuales”, señala el jerarca departamental.
El turismo que tiene Canelones, explica Yanes, es de la familia. El de los primeros días del año, si bien es más alto, es muy similar al de todo el año, porque las personas del área metropolitana viajan al departamento, ya sea a un toque, a un recital o a una fiesta.
Sin embargo, Yanes reconoce que hay un “debe de la comunidad, de los destinos, de las políticas públicas: ¿a dónde van los jóvenes?”, cuestiona.
Para el jerarca canario, “al no haber infraestructura ni inversiones para eso [recibir a los jóvenes], se alquilan lugares que después generan conflicto de vecindad, de ruidos molestos, de estacionamientos”.
Por eso, para Yanes, hay un debe: un espacio para los jóvenes, para que no “sientan que molestan”. E, insiste: “Es una responsabilidad que debemos tener, porque tenemos hijos, nietos”.
Todo cambia: del megaboliche a la megaproducción
Después de atravesar la playa Brava de Punta del Este o de transitar por la avenida Aparicio Saravia, aparece el parque El Placer. Lo que alguna vez fue un asentamiento, hoy se convirtió en una “zona joven”, donde personas de entre 18 y 35 años salen a bailar. La carpa, Open Park, es quizá la mayor grilla de boliches en Maldonado: abarca desde fiestas electrónicas a cachengue, y también reunió a bandas como Tan Biónica y Babasónicos.
Pero no es la única estructura que tiene una fecha de expiración. También se instaló la carpa de Cipriani, frente a lo que alguna vez fue el hotel San Rafael. En la parada 6 de la Brava se divisó desde diciembre el escenario donde tocó David Guetta, quizá el DJ más popular de los que visitó el este durante la temporada. Aunque también siguen los clásicos Ocean Park, Ovo, Lotus (ex Tequila).
En Canelones, con la ausencia del mítico Gitana, aún continúa Piedra Lisa. Quizá con una dinámica más similar a la del verano rochense en sus años con más jóvenes: entradas más accesibles, aunque con opción vip, y con fiestas, en el mismo lugar, todos los fines de semana.
En cambio, en Rocha, la propuesta es diferente. No hay una carpa, no hay un megaboliche. Ya no existen esos núcleos en los que los jóvenes se encontraban de manera masiva.
Un productor de eventos que prefirió no dar su nombre explicó que en Punta del Este creció la “profesionalización”. Las pantallas, el sonido, una cantidad de barras acorde a la gente que concurre (son pocas las que bajan de 5.000 personas). Después de la pandemia, al menos en Maldonado, se busca lo masivo.
“Vos tenés a millones de personas separadas las unas de las otras durante dos años a causa de una pandemia y apenas los podés juntar, se juntan en masa. Entonces, ya no corre el boliche, ahora corre la megafiesta”, explica el productor.
Por otro lado, Laventure también coincide en que “la dinámica ha ido cambiando”. “Se requieren lugares muy grandes, para mucha gente. En locales cerrados eso es bastante complejo. Además, en este caso [la carpa OpenPark], ha ido mejorando. A partir de la licitación que se realizó, que es un equipamiento de primerísimo nivel, más lo que hacen los particulares también”, agregó.
Un poco de día, más que la noche y su cósmica virtud
Si bien Canelones poco se caracteriza por reunir jóvenes, dice Yanes que hay un destino que funciona diferente: Cuchilla Alta. Allí, grupos de amigos alquilan casas y se ha vuelto un lugar de encuentro. Van por el deporte, no por la noche.
Lo mismo sucede en Maldonado y Rocha. En La Barra se realizó, después de 12 años, una competencia internacional de surf; también se realizaron carreras, como la mítica San Fernando. En Rocha, comenta Zerbino, hay una agenda deportiva que involucra fútbol, vóleibol y turismo náutico, con “gran concentración de gente joven”.
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