No hay que ser demasiado sagaz para ver un paralelismo del momento financiero que vivimos, con la proliferación exponencial de criptomonedas, con la "fiebre del oro" ocurrida en California en el siglo XIX. Tanto en esta como en aquella, las personas juegan sus fichas, abandonan todo - antes geográficamente, hoy ya no es necesario - y tienen la ilusión de volverse millonarios de un momento a otro, de la noche a la mañana. Adelantarse temporalmente a lo que puede durar años, o, seguramente, suceder jamás. ¿Si es posible? Esa es otra pregunta. Pero, sin duda, algunos lo han logrado.
En medio de esta "fiebre" de las criptomonedas que está viviendo el mundo - y que Uruguay no es la excepción - hace unos meses surgió una iniciativa que llamó la atención de los medios y nuestros compatriotas. La aparición de una supuesta "criptomoneda uruguaya", como dimos por titularla desde la prensa, pero la realidad no es tan sencilla como aparenta.
Los denominados Nieripesos, o ñeripesos - ya desde el nombre se puede sentir un afán rupturista o, al menos, provocador -, no funcionan como una criptomoneda tradicional, aunque eso es complicado de explicar. Por dar un ejemplo, no tienen un correlato con otras monedas, como el dólar o el propio peso uruguayo, que determine cuál es su verdadero valor. Al momento de escribir la nota, un Bitcoin equivale a poco más de 32000 dólares.
Los creadores de Nieripesos lo definen así en su página web: "Bitcoin opera en la blockchain original de Bitcoin, Ethereum se usa dentro de la blockchain de Ethereum y son utilizados con fines de inversión y pago. El Ñeri en cambio y a mucho huevo opera dentro de la red de Binance, por lo que podemos decir por ahora que a efectos legales el ñeri es un token, si bien muchas de sus características (fungibilidad, divisibilIdiad, portabilidad y un suministro limitado) y el fin para el que es utilizado (extinción de obligaciones entre partes, pago de servicios, etc) lo asemejan a una criptomoneda, no lo es".
Entonces, ¿es una criptomoneda o no lo es? A efectos prácticos sí, porque utiliza tecnología que deja marcadas y registradas a eternidad cada una de las transacciones, uno, entre tantos requerimientos y formas de funcionamiento, para este tipo de monedas. Pero, a diferencia de estas, el nieri no se puede intercambiar directamente por dinero y tiene como objetivo "darle valor a la comunidad", según dice su propio fundador, Juan Grunwaldt, en diálogo con Montevideo Portal.
Mermeladas, memes, computadoras, tostadoras, whisky... todas esas cosas se pueden obtener en el mercado donde se realizan las transacciones. Al observarlo, a uno le llama inmediatamente la atención que los precios de estas cosas no condicen con los precios a los que estamos acostumbrados normalmente. Una mermelada puede valer cinco whiskies, o cinco termos Stanley puede terminar valiendo como una computadora, tal como explica Grunwaldt. Y esas son apenas algunos de los valores de intercambio que dejan a uno desnorteado.
Es que lo que hay que entender es que, detrás de esta criptomoneda, lo que hay, además, es una vuelta a una de las formas primigenias del intercambio económico humano: el trueque. Resulta hasta surrealista cómo, en medio del mundo moderno y la tecnología de punta, donde las criptomonedas son lo último de lo último, estas dan la oportunidad de generar una iniciativa como esta. Es una paradoja que deja a uno pensando y que parece ser parte del plan de nieripesos. Se puede afirmar, quizá, que son, a su vez, una invitación a pensar.
Y es ahí donde uno puede empezar a preguntarse cuánto tiene de criptomoneda y cuánto de manifiesto filosófico. Y no solo filosófico, también contracultural. O la paradoja de que sea todo esto a la vez. Porque en palabras de su propio fundador, Juan Grunwaldt, "nieripesos es lo que la comunidad quiera".
Lo que está claro es que en apenas sesenta días superó exponencialmente sus objetivos iniciales de captación a la gente. Si los fundadores esperaban tener 300 o 400 usuarios en las primeras semanas, lo lograron en apenas cuatro días. Los primeros 2000 registrados obtuvieron la cifra de 100.000 nieripesos de regalo - puede ser mucho, o poco, todo es relativo -, no obstante, al terminarse la "promoción", por llamarla de alguna manera, esto no hizo decrecer el aumento de la comunidad, que hoy roza y supera las 5000 personas.
Y no solo la comunidad de usuarios es la que aumenta, también las personas detrás que trabajan para hacerla funcionar. Al día de hoy, estiman que hay alrededor de 60 personas cumpliendo diferentes roles. Y quizá lo más divertido, y a la vez representativo, de lo que es esta iniciativa es que entre ellos no se conocen por sus verdaderos nombres, sino que por sus nickname de usuarios en las plataformas que utilizan. Es que un poco de eso se trata; de una colaboración entre personas que, gracias a la tecnología, se hace posible. Y que, de otra forma, no podría existir.
¿Qué futuro le depara a la criptomoneda? Ni sus propios creadores lo saben. No dudan en asegurar que no tienen "modelo de negocio ni quieren tenerlo". Lo que dan por seguro es que será algo que irá evolucionando a la vez que evolucionen los usuarios. Porque, para ellos, nieripesos es mucho más que la tecnología blockchain. Para ellos, nieripesos es la gente.
A continuación, podés ver la entrevista que tuvimos con Juan Grunwaldt en Espacio Ituzaingó, uno de los centros de comando de los creadores de la criptomoneda.