Un grupo de 40 uruguayos, entre los que hay algunos políticos, historiadores y sociólogos, emitió una carta de apoyo a la Internacional Progresista, lanzada recientemente.
El documento se titula "Carta de apoyo a la Internacional Progresista" y allí se detalla que los 40 firmantes adhieren a los postulados de crear un mundo democrático, descolonizado, justo, igualitario, liberado, solidario, sostenible, ecológico, pacífico, poscapitalista, próspero y pluralista.
Los firmantes son: María Julia Aguerre, Mariano Arana, Nicolas Bico, Jorge Bolani, María Bonino, Martín Buxedas, Gerardo Caetano, Julio Calzada, Carlos Castaldi, Edgardo Carvalho, Alberto Couriel, Pablo Daveziés, Álvaro Diaz Maynard, Luis Eduardo Morás, Silvia Dutrenit, Adolfo Elizaincin, Clara Fassler, Raúl Gadea, Carlos Gonzalez, Susana Grunbaum, Rosario Hermano, Nicolas Iglesias, Aldo Marchesi, Vania Markarian, Javier Miranda, Rubén Montedónico, Diego Olivera Couto, Martín Olivera, Antonio Pérez García, Martín Puchet, José Manuel Quijano, Gonzalo Rodriguez Gigena, Milton Romani, Pablo Ross, Marcelo Rossal, Ane Shaw, Eduardo Vaz, Marcelo Viñar, Alberto Volonté y Marlene Yacobazzo.
Podría decirse que este frente común de fuerzas políticas progresistas tiene origen en diciembre de 2018, cuando el Movimiento Democracia en Europa 2025 y el Instituto Sanders iniciaron el llamado a la unión. Sin embargo, una de las primeras apariciones públicas se dio a inicios de mayo, cuando se lanzó el portal web.
El lingüista estadounidense Noam Chomsky, la periodista canadiense Naomi Klein, el político griego Yanis Varoufakis y el brasileño Fernando Haddad aparecen entre algunos de los líderes internacionales que se adhirieron a la Internacional Progresista.
El grupo de 40 uruguayos que adhieren a esta iniciativa comparte "plenamente la necesidad de la formación de un frente común ante el avance del autoritarismo y poner énfasis en la defensa de la democracia, la solidaridad y la igualdad".
Entre los postulados mencionados, en la carta se indica que "resulta muy interesante la apuesta al horizonte de un mundo poscapitalista de economía colaborativa". "Se trata de un objetivo ambicioso y, es de presumir, de una construcción que debe hacerse entre todos y que se irá afinando con el intercambio de ideas", dice la carta.
Los uruguayos contribuyeron con "sugerencias que provienen del intercambio entre algunos ciudadanos de la República de Uruguay" y expresaron, entre otras cosas, que "la distribución del ingreso a nivel mundial ha conducido a una mayor concentración en los últimos 40 años".
"Desde 1980 el 1 % con mayores ingresos recibió una porción dos veces más grande que el 50 % más pobre. (...) La guerra comercial entre potencias, los acuerdos comerciales asimétricos entre países de diverso grado de desarrollo, la inestabilidad de los precios de las materias primas y los alimentos y algunas recaídas en serios problemas de deuda externa, hacen extremadamente difícil encauzar a la región por la senda del desarrollo y la inclusión", señala el documento.
"Estimamos conveniente manifestar apoyo explícito a la democracia representativa, a los valores republicanos y a la efectiva separación de poderes. La democracia representativa, en varios países de la región latinoamericana, ha estado en ocasiones manipulada por grupos oligárquicos y, más recientemente, por actores políticos delictivos (con ramificaciones en el narcotráfico) que se movilizan y hasta controlan áreas del territorio, sobre todo en los países abastecedores de estupefacientes", añadieron los adherentes.
"El progresismo no puede sustentarse en prácticas autoritarias, excluyentes de parte de la población y alimentadoras permanentes de 'grietas' malsanas que derivan, según la experiencia regional, en desórdenes del desarrollo que empobrecen a los países e impiden que generen hasta los alimentos que demanda su población. En este contexto de revalorización de la democracia es también oportuna una defensa explícita de la libertad de expresión y de comunicación escrita, verbal y televisiva, excluyendo toda forma de censura", continúa.
"En cuanto al medioambiente cuyo deterioro es preocupación creciente de la humanidad y una de las amenazas más grandes para nuestro planeta, las metas que la comunidad de naciones se ha fijado para reducir el daño se han cumplido solo parcialmente. En este sentido la actitud de los gobiernos de algunos países desarrollados (y muy especialmente EE.UU.) así como la práctica depredadora de gobiernos e intereses espurios en países de gran territorio (sobre todo Brasil) contribuyen a que el deterioro ambiental se profundice con serias consecuencias para la humanidad. Hay aquí otro gran espacio de trabajo para la Internacional Progresista", añade el escrito.
Por otro lado, los firmantes señalaron la importancia de que se vea reflejada la lucha feminista en la agenda de la Internacional Progresista. Según manifestaron, a pesar de que "se han registrado avances" en algunos países, "la desigualdad de género y la discriminación persisten". También sugieren "poner atención en los derechos de la comunidad LGBT y en su reconocimiento social y legal".