El pasado martes, los embajadores de Catar, Arabia Saudita y Palestina mantuvieron en Torre Ejecutiva una reunión con el presidente Luis Lacalle Pou y el canciller Francisco Bustillo.
Nadya Rasheed, embajadora del Estado de Palestina en nuestro país, dijo al semanario Búsqueda que la reunión fue “muy positiva”, y que en ella se dio una conversación “amigable y constructiva” entre los participantes.
Asimismo, la diplomática señaló que en el encuentro se dejó claro el rechazo del Grupo Árabe a la idea del gobierno uruguayo de abrir una oficina comercial en Jerusalén. El denominado Grupo Árabe está integrado por 22 países cuyo idioma oficial es el árabe. Se trata de Arabia Saudí, Argelia, Bahrein, las Islas de Comores, Dijbuti, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Iraq, Jordania, Kuwait, Líbano, Libia, Marruecos, Mauritania, Omán, Palestina, Catar, Siria, Somalia, Sudán, Túnez y Yemen.
“Esperamos que Uruguay no siga adelante con su plan”, dijo Rasheed al citado medio, y consideró que, en caso de seguir adelante con esa iniciativa, nuestro país estaría “ubicándose en un lugar que quizá no es en el que quisiera estar”. En ese sentido, destacó que el asunto es “muy sensible no solo para Palestina, sino también para todo el mundo árabe” y que la apertura de dicha oficina podría incidir en las relaciones y el comercio de nuestro país con el mencionado grupo.
Según Rasheed, la instalación de dicha oficina no solo podría ser perjudicial para los intereses uruguayos, sino que haría un flaco favor a las negociaciones para la paz entre Israel y Palestina, ya que ambas naciones reivindican esa ciudad como su capital histórica.
La representante palestina indicó que el tema ameritará nuevas conversaciones con el gobierno de nuestro país, y aseguró que la apertura de la mencionada oficina “va en contra de las resoluciones de Naciones Unidas”.
“El de Jerusalén es un asunto muy muy delicado”, “no solo para Palestina sino para todo el mundo árabe”, enfatizó.
El informe de semanario Búsqueda recuerda que durante la actual administración, Uruguay ha incluido en su política exterior el acercamiento a Israel. Esto se tradujo, por ejemplo, en el cambio de posición de nuestro país en la ONU en algunas votaciones. El mes pasado, Lacalle Pou recibió el Premio Jerusalén de manos de la Organización Sionista del Uruguay, ocasión en la que reafirmó su intención de crear la oficina de marras.
El incremento del comercio con los países árabes también es un objetivo del gobierno.
Pese a lo antedicho, Rasheed entiende que Uruguay “ha apoyado mucho” a su país ante ONU, y que, a pesar de dichos cambios de posición en el organismo global, todavía se lo considera como un “amigo de Palestina” y un actor internacional que “apoya los derechos humanos” en esa convulsa región.