Iniciada en el arranque del siglo, la misión de paz de ONU en la República Democrática del Congo (RDC) cuenta casi desde el día de su inicio con la participación de efectivos uruguayos.

En estas dos largas décadas, miles de soldados compatriotas han sido parte de la misión -algunos viajan varias veces- tarea en la que se ha ido construyendo un vasto y rico anecdotario.

Uno de tales episodios fue compartido en las últimas horas por Anderson Bressán, militar apostado actualmente en una de las bases uruguayas instaladas en el este de la RDC.

En su perfil de Facebook, el soldado compartió fotos de un niño congolés que aprovecha la luz exterior de la base militar para hacer sus tareas escolares.

“Valoren cuando sus viejos les dicen ‘estudia’,  no te enojes si te insisten calificaciones buenas. Tenemos todo sin saberlo, no le damos valor y del otro lado del mundo otros hacen un esfuerzo tremendo para hacerlo... un claro ejemplo, Erick un congolés que me pidió para aprovechar la luz para hacer sus tareas! aplaudo de pie a este niño”, escribió el uniformado, en una publicación que sumó cientos de interacciones en la red social.

La colaboración del Ejército Uruguayo con la población civil congolesa no es un fenómeno nuevo. Tal como informáramos, las tropas uruguayas asisten con alimentos, juguetes, útiles escolares y apoyo logístico a varias instituciones locales.

Buenos ejemplos de ello son los hogares Llama de Amor y Tulizeni. Este último cumple una función crucial, ya que alberga a adolescentes que dieron a luz luego de ser violadas por guerrilleros enemigos. Estas jóvenes sufren una doble tragedia: la violación en sí misma y le repudio de su propia gente por concebir (aunque fuera de manera forzada) un hijo de los agresores.