Un artículo publicado por The Conversation titulado "Uruguay vence silenciosamente al coronavirus, distinguiéndose de sus vecinos sudamericanos, una vez más" destaca cómo nuestro país enfrenta la pandemia en comparación con los vecinos de la región.

El artículo fue escrito por Jennifer Pribble, profesora asociada de ciencias políticas en la Universidad de Richmond en Virginia y señala que "Uruguay, una pequeña nación sudamericana de 3,5 millones de personas, ha evitado hasta ahora la devastación que azota el resto de la región".

"Hasta el 14 de junio, el país tenía 847 casos confirmados de COVID-19 y 23 muertes. Por población, 244 casos y 7 muertes por 1 millón de habitantes, muy por debajo de la vecina Brasil, con 4.001 casos y 201 muertes por millón; y Chile, con 9.118 casos y 174 muertes por millón", señala el texto.

La autora del artículo afirma que "Uruguay se movió rápidamente en marzo para promulgar el distanciamiento social, las pruebas y el rastreo de la comunidad, aunque el presidente Luis Alberto Lacalle Pou nunca decretó un cierre. Las oficinas y las tiendas están abiertas para los negocios, y los niños uruguayos regresarán a la escuela antes del 29 de junio, incluso cuando llegue la temporada de invierno y gripe al hemisferio sur".
Pribble señala en su informe que "al evitar la tragedia que se desarrolla en las cercanías, Uruguay continúa su tradición de resistir las tendencias regionales".

Por otro lado, la investigación hace referencia a que Uruguay "se ha destacado por su vibrante democracia participativa, baja desigualdad y políticas sociales expansivas, todos atributos que ayudan a explicar el relativo éxito de Uruguay en la pandemia".

"En una región marcada por el descontento político, a los uruguayos generalmente les gusta su sistema político. En 2016, el 57% de los uruguayos estaban satisfechos con la democracia, en comparación con el 47% de los argentinos, el 34% de los brasileños y el 40% de los chilenos, según el Proyecto de Opinión Política Latinoamericana de la Universidad de Vanderbilt", agrega el texto.

Además, explica que "la satisfacción con la democracia uruguaya se corresponde con la alta confianza en las instituciones políticas".

"En 2016, el 65% de los uruguayos expresaron su apoyo a las instituciones, según muestran los datos de Vanderbilt. Esto es 7 puntos más que Argentina y más de 20 puntos más que Brasil o Chile", añade.

Por otro lado, la profesora asociada de ciencias políticas en la Universidad de Richmond en Virginia afirma que "Uruguay también tiene una de las brechas más pequeñas de América Latina entre ricos y pobres, solo rivalizada por Argentina".

"El último índice Gini de Uruguay, una medida de desigualdad de ingresos del Banco Mundial, es 39.5, mejor que Estados Unidos, aunque más alto que gran parte de Europa", explica.

Sin embargo, Pribble advierte que "Uruguay tiene desafíos. Ha sido lento para abordar la desigualdad racial y una creciente tasa de deserción escolar. Su envejecimiento de la población también ha tensado el estado de bienestar".

"No obstante, el país está resistiendo la pandemia de COVID-19 notablemente bien. Si bien no ha eliminado el virus, como Nueva Zelanda que tiene un tamaño similar, Uruguay es uno de los pocos países que maneja la enfermedad de manera efectiva", añade.

Por último, cree que las "características únicas y definitorias probablemente ayudaron" a esta contención de la enfermedad.

"La confianza política y el apoyo a la democracia alientan a las personas a seguir las recomendaciones de salud pública, y un estado de bienestar fuerte proporciona apoyo a los ingresos y atención médica confiable para ayudar a frenar la infección", dice la autora.