Luis Alberto Lacalle de Herrera, expresidente de la República, declaró este viernes como testigo en una de las audiencias por el caso de los vinos envenenados, que en 1978 causaron la muerte de Cecilia Fontana, esposa del político blanco Mario Heber.
“Yo pude haber sido víctima de esto. Estuve a punto de tomar la botella con veneno delante de mis hijos, y en esas cosas que manda Dios, mi mujer me dijo ‘no tomes’, y no tomé. Después descubrimos que la botella tenía veneno, así que yo hubiera muerto delante de mis hijos”, sostuvo en rueda de prensa al salir.
En agosto de 1978, tres vinos fueron destinados y enviados anónimamente como regalo a los políticos del Partido Nacional Carlos Julio Pereyra, Mario Heber y Luis Alberto Lacalle. Tras tener sospechas al respecto, ninguno consumió la bebida. Sin embargo, la esposa de Heber, Cecilia Fontana (madre del actual ministro del Interior, Luis Alberto Heber), tomó del vino y cayó fallecida al piso. Más tarde, se descubrió que los vinos contenían un fuerte veneno.
“Mi vida no fue la que se perdió, pero fue la de mi prima Cecilia Fontana. Yo la quería muchísimo a la señora de Mario Heber, y hasta el día de hoy estamos con esa duda de cómo se generó esta conspiración, este acto terrible, que además podría haber sido cualquiera, porque si hubiéramos convidado a alguien en casa a tomar un vaso de vino, se moría delante nuestro”, contó Lacalle.
El caso sigue vigente. El abogado de la familia Heber, Javier Barrios Bove, informó a fines de setiembre que la jueza Silvia Urioste dispuso nuevas audiencias para el mes de octubre.
“Fue una cosa aberrante, totalmente de terror. Cuarenta y cinco años después fui a contestar lo que me preguntaron acerca de los detalles. Yo soy testigo y casi víctima”, dijo el expresidente.