El ataque que Hamás lanzó sobre el sur de Israel durante el pasado fin de semana tuvo más de una característica singular. No solo destacó por ser el más sangriento en los últimos 50 años, sino por la variedad de formas que los agresores utilizaron para infiltrarse por la frontera. Según se informó desde el lugar de los hechos, los terroristas usaron camionetas, embarcaciones e incluso parapentes motorizados.
Tras ingresar en territorio israelí, los atacantes se despegaron y atacaron diversos puntos. La peor masacre ocurrió cuando llegaron a una fiesta rave en la que participaban cientos de jóvenes israelíes cerca del kibutz de Reim, no lejos de Gaza. Allí los fallecidos se contaron por cientos.
Sobre el modo en que se perpetró el ataque reflexionó, en redes sociales, el narrador y experiodista Arturo Pérez-Reverte.
Durante su extensa trayectoria como corresponsal de guerra, Pérez-Reverte cubrió conflictos en todo el planeta y fue testigo de las innumerables formas que los humanos encontramos para matarnos los unos a los otros. Pese a semejante experiencia, le resultó llamativo un detalle no menor que se aprecia en los videos grabados minutos antes de la masacre: los jóvenes que estaban en la festa bailaban felices, sin prestar atención a las explosiones que se producían en el cielo, no lejos de donde ellos estaban.
“Me sorprende lo poco que se comenta esto. Mientras jóvenes israelíes (una democracia, nos guste o no lo que allí hacen con ella) bailan ajenos al mundo real, la cólera y la muerte se acercan por el cielo en parapentes y ultraligeros. Símbolo de lo que tenemos y vamos a tener”, escribió el novelista.
El comentario de Pérez-Reverte advierte sobre posibles nuevas dinámicas de conflicto y llama la atención sobre también la falsa seguridad en la que podemos apoltronarnos a veces quienes no lo vivimos. Asimismo, recuerda otros textos en los que reflexiona sobre fronteras, choque de culturas y terrorismo.