Marcel Xavier González, maragato de 33 años, falleció el pasado de 9 de junio en una estancia cercana a la localidad de San Pedro, al oeste de la ciudad de Buenos Aires.
Tal como informáramos, el cuerpo de González fue hallado sobre una cama, con numerosos cortes, con un cuchillo a su lado y en medio de un charco de sangre.
Si bien el informe de la autopsia apunta a que las heridas fueron autoinfligidas, la fiscalía local continúa investigando y la carátula del caso a la fecha es “averiguación de causa de muerte”.
Más allá de las causas y circunstancias del deceso, hubo acerca del caso una circunstancia llamativa: la familia uruguaya del joven se enteró de su fallecimiento 45 días después, y no lo hizo por canales oficiales, sino a través de consultas a amistades en la vecina orilla.
El pormenor resulta singular debido a que González no era un indocumentado. De hecho, al día siguiente de la tragedia el medio local La Opinión publicó una crónica del hecho, artículo en el que la víctima era mencionada con nombre, apellido y nacionalidad.
En los últimos días, la familia de Marcel radicó denuncia ante Interpol y logró por esa vía contactarse con María del Valle Viviani, fiscal que lleva el caso, e iniciar las gestiones para la repatriación de los restos.
La funcionaria les informó que el cadáver de Marcel tenía heridas en el hígado, el cuello, una pierna y una mano, pero descartó heridas en los genitales, como se había señalado en un primer momento.
En las últimas horas, el programa de TV argentino A la Barbarossa (Telefe) emitió un informe sobre el caso. En dicho programa dialogaron con una de las hermanas del fallecido, y difundieron audios que este enviara a una amiga días antes de su muerte.
Paulo Kablan, periodista especializado en crónica policial, hizo primero una breve introducción al caso.
El reportero recordó que el lugar donde ocurrieron los hechos es una estancia citrícola propiedad de Mariela Pili Solís, la mujer de 47 años que era pareja sentimental de González. Señaló asimismo que ambos eran consumidores de drogas y que se habían conocido tiempo atrás en un evento de uso de ayahuasca. Además, en la estancia donde ocurrió la tragedia la policía incautó gran cantidad de marihuana y hongos.
De acuerdo con el testimonio de la mujer, en la noche de su muerte González habría consumido hongos alucinógenos en una cantidad que cuadruplicaría la dosis que los usuarios de esa droga consideran segura. Ella, que a su vez había consumido marihuana, dijo que salió del lugar por unas horas y al regresar se encontró con la sangrienta escena. De acuerdo con Kablan, uno de los múltiples cortes que presentaba el cuerpo había perforado la arteria femoral, lo que causó la muerte por desangramiento.
“El relato de la mujer era confuso”, añadió el reportero, quien detalló que el sentido de las incisiones —de arriba hacia abajo— fue el indicador de que se trataba de autolesiones. Sin embargo —remarcó—, la causa sigue caratulada como “averiguación de causa de muerte”.
Posteriormente, en el programa emitieron mensajes de audio que, poco antes de su deceso, González le enviara a Lorena, una amiga que reside en Argentina. Dichos registros dan cuenta de una relación conflictiva y con amenazas.
“Se pudrió todo mal”, dice el joven en un audio, quien cuenta que la mujer lo “dejó tirado” tras una discusión. “Por suerte enganché el único lugar de San Pedro donde puedo recibir un giro, si no esta noche tenía que dormir en una plaza”, contaba.
En otro de los mensajes, cuenta cómo la mujer le apuntó con una escopeta y lo amenazó con dispararle en una pierna.
Tras ser detenida en la mañana en la que se descubrió el cadáver, Pili Solís posteriormente recuperó la libertad. Asimismo, se recaratuló la investigación por drogas, que dejó de considerarse tráfico y pasó a señalarse como tenencia para consumo.
Mikaela, hermana de Marcel, fue cauta durante la entrevista en el programa. En su salida al aire señaló que todavía no recibió de las autoridades argentinas el informe de la autopsia, y hasta entonces no opinaría acerca de “si fue suicidio o no”.