Este miércoles, el intendente sanducero Nicolás Olivera (PN) y su correligionario Ramiro Ayende, alcalde de Porvenir, protagonizaron un enfrentamiento digno de una escena de película de vaqueros: ambos estaban plantados frente a frente en la calle, rodeados de testigos y dispuestos a no cejar. Finalmente, Ayende se vio obligado a deponer su actitud y abandonar la liza.
Según consigna el periódico local El Telégrafo, la disputa surgió porque —por tercera vez en su administración— Ayende trancó la puerta del centro CAIF local y se negó a abrir o a entregar la llave.
En octubre pasado Ayende había tomado la misma decisión, impidiendo el acceso a decenas de niños que concurren al lugar. En aquel entonces, el funcionario habría obrado por disconformidad con la instalación de cámaras de seguridad en la puerta. “Era el único CAIF de la Intendencia que no tenía cámaras de seguridad; realmente su actitud no tiene sentido ni asidero”, refirió por entonces Guadalupe Caballero, directora de Promoción Social.
Tras el incidente, se dispuso que las llaves del candado quedaran en custodia de la Comisaría 4ª, y de allí las recoge cada mañana el personal del lugar. Sin embargo, el pasado jueves 17 de agosto, Allende obtuvo esas llaves y volvió a impedir el acceso al CAIF.
Gabriela Gómez, encargada del Departamento de Descentralización, dijo que “Ayende engañó a la Policía, diciéndole que iba a hacer un evento y necesitaba la llave. Así fue como la obtuvo, se quedó con ella y no abrió el lugar, por lo que temprano en la mañana, con el anuncio de lluvia, niños, docentes y padres quedaron, literalmente, en la calle”.
“Estaba frío, algunos niños lloraban y los padres, nerviosos, se quedaron, temiendo que este personaje apareciera y tomara alguna acción violenta. No hay una palabra que describa el atropello, esta actitud dictatorial que tiene el señor alcalde”, señaló la funcionaria en declaraciones recogidas por el mencionado periódico.
Finalmente, Gómez no tuvo más opción que recurrir a la efracción: consiguió una cizalla y cortó la cadena. Posteriormente, Ayende dijo que el cierre del local se debía a obras, agregó que lo había notificado el día anterior y que el centro cultural local estaba a disposición para las actividades del CAIF.
Este miércoles Ayende volvió a cerrar el lugar y el propio intendente Olivera tomó cartas en el asunto. En esta ocasión, Ayende argumentó que “había un cable de alta tensión que podía matar a todos los gurises”, algo que la Intendencia desmintió.
Tal como se aprecia en el video publicado por El Telégrafo, en la puerta del CAIF se vivió una escena reñida con la concordia que debería primar entre un intendente y un alcalde, especialmente cuando ambos pertenecen al mismo partido.
Con policía y cerrajero
“Sacame vo’ de acá, sacame vo’”, fueron las palabras de Ayende cuando el jefe comunal lo intimó —formal y ceremoniosamente— a “rendir la plaza” y dejar paso.
“Déjese de hacer papelones”, le respondió Olivera, acompañado de una escribana, un cerrajero, personal municipal y policías de la Seccional 4ª.
“Le solicitamos amablemente al alcalde que deje ingresar al predio que es de la Intendencia de Paysandú. En caso de que usted no lo franquee, vamos a solicitar la concurrencia de la fuerza pública para acceder y no tener más [a] los gurises de rehenes. Espero que prime la cordura”, dijo Olivera.
“Nadie está impidiendo el ingreso, solamente vinieron de pesados temprano, la Policía”, sostuvo Ayende.
Finalmente, cuando se insistió para que se hiciera a un lado y dejara trabajar al cerrajero, decidió ir en busca de la llave para abrir de manera pacífica, decisión tomada ante el aplauso de los vecinos que gritaban :“¡Abran, abran! Tal como se aprecia en el video, antes de alejarse criticó al cerrajero por “violar la ley”, cargo ante el que el trabajador no pudo hacer más que reír.
Historial de reclamos
Los “problemas de convivencia” de Ayende no parecen limitarse a cuestiones de cerraduras.
En marzo pasado, la ya mencionada Gabriela Gómez denunció judicialmente al alcalde por difamación. Según informara a la sazón El Telégrafo, durante emisiones en vivo por Facebook, el funcionario habría acusado a Gómez, quien —decía— “andaba aflojando las ruedas a los camiones de [Guillermo] Caraballo”, el anterior intendente de Paysandú, perteneciente al Frente Amplio.
Antes, a fines de 2020, los concejales opositores de Porvenir remitieron una carta al intendente Olivera, misiva en la que denunciaban conductas arbitrarias del alcalde.
En el texto, los concejales relataron que en una sesión Ayende impidió que uno de ellos leyera una nota con la deuda que el Municipio de Porvenir mantenía con el taller donde se encontraba el camión municipal. “El alcalde, de malos modos, expresó que de ninguna manera permitiría que el acta se lea. Se levantó y le dijo a los concejales que, si no se retiraban, los haría sacar con la Policía”. “Al otro día le pidió a la secretaria de actas Alba Garbarino que pusiera en el acta que la sesión había terminado bien. La antes mencionada se negó a hacerlo, explicándole que no había sido así”, relata la nota reproducida también por El Telégrafo.
Entrevistado entonces por La Diaria, Ayende negó las acusaciones. “No es cierto que no dejé entregar una nota, sino que la nota estaba fuera del orden del día y por eso se levantó la sesión”, expresó.