El ex jefe de la custodia presidencial, Alejandro Astesiano, y otros integrantes de su equipo buscaban distribuir “comisiones” que cobraban a empresarios españoles, quienes se encargaban de ofrecer velocímetros, equipos para controlar la alcoholemia, radares y pistolas paralizantes.
“Decile a XXX que llegó gente de España con velocímetros, radares, control de alcohol y pistolas paralizantes, si puede reunirse con ellos. Que le presenten todo a él, para que él mueva”, escribió Astesiano a otro integrante de la seguridad presidencial. Unos minutos más tarde, agregó: “Y se lleva comisión. Que nadie sepa, solo él. Yo no quiero nada”.
“Enterado, Alejandro. Ya lo llamo”, escribió la otra persona, según los chats a los que tuvo acceso La Diaria. Astesiano estaba en permanente contacto con esta persona, y la fiscal del caso, Gabriela Fossati, accedió a decenas de páginas de conversaciones entre ellos.
De acuerdo a la información que se desprende de la conversación, Astesiano se reuniría con los españoles en su despacho de la Torre Ejecutiva. Es más, el excustodio estaba apurado por concretar el encuentro, dado que los empresarios se quedaban solo un día más en Montevideo.
Acceso al SGSP
En otro pasaje de los chats, el subalterno le proporciona a Astesiano información del Sistema de Gestión en Seguridad Pública (SGSP) del Ministerio del Interior.
El 2 de setiembre, Astesiano le pide un reporte de la Seccional 7° por una tentativa de hurto de un auto en la calle Joaquín Suárez. Esta información, presume la Fiscalía, fue solicitada por el ex jefe de la seguridad presidencial porque otra persona se la pidió.
El integrante de la seguridad de Presidencia también le brindó información del SGSP cuando se desplegó un servicio de vigilancia de camiones de trigo y soja en el litoral. Esto fue pedido por un empresario agropecuario argentino.