Por The New York Times | Reid J. Epstein, Katie Rogers and Erica L. Green

En 74 días, la vicepresidenta Kamala Harris dejará el cargo, sin planes concretos sobre qué hacer o cómo proceder como ciudadana privada por primera vez desde que fue elegida fiscal del distrito de San Francisco en 2003.

Sus amigos, asesores y aliados políticos han dicho en las horas transcurridas desde su derrota ante el expresidente Donald Trump que es demasiado pronto para siquiera contemplar, y mucho menos planificar, la siguiente fase de su vida, excepto para decir que Harris, de 60 años, tendrá muchas opciones.

Al igual que los candidatos derrotados que la precedieron, Harris está experimentando un increíble latigazo político. El martes por la mañana, era la líder del Partido Demócrata y era ampliamente percibida como su futuro. Ya el jueves, los funcionarios decían en privado que esperaban que siguiera comprometida, pero asumían que el partido querría dejar atrás la era Biden lo antes posible.

“Creo que es más respetada que nunca dentro de nuestro partido”, dijo la vicegobernadora de California, Eleni Kounalakis, aliada de Harris desde hace mucho tiempo. “Creo que la cuestión es qué quiere hacer. Ahora mismo estoy segura de que simplemente está intentando procesar. Pero no me cabe duda de que tendrá una respuesta en los próximos meses”.

A continuación, seis opciones para Harris mientras contempla su futuro tras la vicepresidencia.

Esperar su momento y volver a postularse en 2028

Los demócratas no han ansiado precisamente que sus candidatos presidenciales derrotados vuelvan a intentarlo. Tras su derrota en 2016, Hillary Clinton pasó a ser vista como una candidata con muchos defectos. Ha mantenido una buena relación con los donantes, pero cuando llegó el momento de que la campaña desplegara a Harris como sustituta, Clinton celebró un evento en Tampa, lejos de un estado en disputa.

John Kerry volvió al Senado y acabó siendo secretario de Estado. Al Gore se planteó brevemente volver a presentarse a la presidencia en 2004, pero luego apoyó a Howard Dean en las primarias demócratas.

No hay motivos para creer que los demócratas estén ansiosos por ungir a Harris como su candidata para 2028, especialmente teniendo en cuenta la comodidad con la que Trump ganó el Colegio Electoral. Recibió la nominación en 2024 en parte porque el presidente Biden abandonó la contienda con muy poco tiempo para que el partido celebrara unas elecciones primarias adecuadas.

Sin embargo, cuatro años es una eternidad en política. Harris tiene acceso a la mayor red de donantes del partido y podría contar con el remordimiento del comprador a nivel nacional si el segundo mandato de Trump es tan caótico y perjudicial para el país como ella predijo.

Postularse a un cargo inferior

Volver al Senado es teóricamente una opción, pero es poco probable: el próximo año, California tendrá dos senadores en sus primeros mandatos completos y no es probable que renuncien pronto.

Además, en 2026 habrá elecciones a gobernador. Aún así, Harris podría ser reacia a hacer campaña contra otros demócratas como Kounalakis, quien ya se ha presentado.

Si lo hiciera, Harris no sería la primera vicepresidenta que se presenta a gobernadora de California tras perder unas elecciones presidenciales. A Richard Nixon se le negó la presidencia en 1960 y la gobernación dos años después. Cuando perdió aquella contienda, Nixon proclamó a los periodistas: “Ya no tienen a Nixon para patear, porque, caballeros, esta es mi última conferencia de prensa”.

Seis años más tarde, Nixon ganó por fin la Casa Blanca, aunque después las cosas no le fueron del todo bien.

Unirse al sector privado

Como dijo en repetidas ocasiones durante la campaña electoral, Harris ha tenido un cliente durante toda su carrera: la gente.

Muchas personas con mucho dinero y negocios en Washington y California estarían encantadas de que ella los aceptara como clientes si decidiera unirse a un bufete de abogados o a un grupo de cabildeo.

Hacer dinero después de una carrera en Washington es un camino tan transitado que el reclutamiento de miembros del Congreso que se jubilan o son derrotados empieza mucho antes de que dejen el cargo. Pero, aunque sería bastante lucrativo, Harris probablemente evitaría dedicarse a los grupos de presión o al derecho corporativo si tiene la intención de volver a presentarse a las elecciones presidenciales.

Trabajar en defensa de alguna causa o unirse a un laboratorio de ideas

Durante los gobiernos republicanos, el Centro para el Progreso Estadounidense en Washington se ha convertido en una sala de espera para futuros miembros del personal de la administración demócrata y posibles candidatos.

Pero unirse a un laboratorio de ideas ya existente podría ser un paso demasiado pequeño para quien estuvo a punto de sentarse en el Despacho Oval.

Crear una nueva organización a su imagen y semejanza también sería una ardua tarea que probablemente requeriría una importante recaudación de fondos entre los donantes demócratas, quienes están quemados y enojados por la debacle del partido en 2024.

Antes de lanzarse en defensa alguna causa o unirse a un laboratorio de ideas, Harris tendría que decidir qué es precisamente lo que quiere defender. Su campaña presidencial fue en gran medida un ejercicio de promoción de las políticas del gobierno de Biden. En 2025, estará libre de esa camisa de fuerza política y podrá volver a dar prioridad a los temas que desee.

“Ella aporta un inmenso valor al partido”, dijo la representante Barbara Lee, de California. “Sus antecedentes, su comprensión de la formulación de políticas interseccionales y su capacidad para construir coaliciones son sus mayores puntos fuertes. Es una luchadora por el pueblo. Ha ayudado y seguirá ayudando a mejorar la vida de todos, independientemente de su origen. Sea lo que sea que haga a continuación, sé que seguirá inspirando”.

Escribir un libro

No faltarán editoriales interesadas en vender las reflexiones de Harris sobre su experiencia en el gobierno de Biden y su candidatura contra Trump.

Hillary Clinton escribió un libro titulado Lo que pasó después de que Trump la derrotara en 2016. Gore se sumergió en la defensa del medioambiente y produjo el documental Una verdad incómoda.

La franqueza con la que Harris pueda hablar de sus sentimientos probablemente será indirectamente proporcional a su interés en volver a buscar un cargo público. Pero habrá un enorme interés en saber lo que realmente pensaba sobre trabajar con un presidente envejecido y perder unas elecciones ante un hombre al que describió como una amenaza fascista para la democracia.

Practicar el autocuidado e irse de senderismo

La única pista sobre los planes postelectorales de Harris es su aparente deseo de pasar más tiempo comiendo alimentos que no se consuman en un avión de campaña.

“Pienso engordar algunos kilos cuando esto acabe”, dijo el 27 de octubre en una librería de Pensilvania. “Me están haciendo trabajar hasta la extenuación”.

También podría emular a Hillary Clinton.

Días después de perder contra Trump en 2016, la ex secretaria de Estado fue vista por una compañera de excursión en un sendero fuera de su casa en Chappaqua, Nueva York. Bill Clinton tomó una foto que la mujer compartió posteriormente en Facebook y que se hizo viral.

A Harris aún le quedan 10 semanas de residencia en el Observatorio Naval, cuyos terrenos no son conocidos por el buen senderismo. Pero el parque Rock Creek de Washington está cerca, con kilómetros de bonitos senderos para que la vicepresidenta o sus partidarios alivien a pie su estrés postelectoral.

Reid J. Epstein

cubre campañas y elecciones desde Washington. Antes de unirse al Times en 2019, trabajó en The Wall Street Journal, Politico, Newsday y The Milwaukee Journal Sentinel. Más de Reid J. Epstein

Katie Rogers

es corresponsal en la Casa Blanca. Durante gran parte de la última década se ha centrado en reportajes sobre la presidencia, la familia del presidente y la vida en Washington, además de cubrir una serie de temas de política interior y exterior. Es autora de un libro sobre las primeras damas. Más de Katie Rogers

Erica L. Green

es corresponsal en la Casa Blanca y cubre al presidente Joe Biden y su gestión. Más de Erica L. Green