El principal sindicato agrario de Francia, la Fnsea, aseguró que lo que toca ahora es que el presidente, Emmanuel Macron, “se moje verdaderamente” para construir una mayoría europea en contra del pacto de libre comercio con el Mercosur para “bloquearlo”.

En declaraciones al canal televisivo BFM, el vicepresidente de la Fnsea, Franck Sander, subrayó la importancia de que Macron se aplique, sobre todo en vista de la reciente caída del gobierno del primer ministro Michel Barnier, quien desde el jueves puede actuar solo en funciones para operar los asuntos corrientes del país.

Sander reiteró que este tratado será “catastrófico” para el campo francés, pero incidió en que al acuerdo le queda aún camino por recorrer y que lo importante ahora, para ellos, es lograr la oposición necesaria en Europa para evitar su aprobación final.

Las reacciones en Francia este viernes fueron furibundas después de que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunciara en Montevideo, invitada a una cumbre del Mercosur, el fin de las negociaciones históricas entre los dos bloques.

El acuerdo sigue siendo “inaceptable” en su estado actual y, como “no está firmado ni ratificado”, por ahora no tiene “ningún efecto jurídico”, afirmaron fuentes del Elíseo poco después del anuncio, mientras que la ministra de Comercio Exterior en funciones, Sophie Dumas, aseguró que Francia va a luchar “en cada etapa” del proceso dentro de la UE.

Más duras aún fueron las reacciones de los líderes políticos de la oposición y de las organizaciones agrarias, que acusaron a la Comisión Europea de cometer “un acto de traición” y de clavarles una “puñalada por la espalda”.

Los agricultores han amenazado con intensificar sus protestas y este viernes escenificaron su desagrado con actos reivindicativos como emparedar con bloques de cemento las oficinas locales de algunos diputados, como la del expresidente François Hollande en Tulle.

Reclamaban medidas para evitar la condena del campo, pero expresaban igualmente su descontento contra los legisladores afectados por haber participado en la moción de censura contra Barnier, que dejó a Francia en una posición de inestabilidad institucional en paralelo al anuncio de Montevideo.

Pese a eso, el rechazo al acuerdo en Francia es prácticamente unánime en todo el arco ideológico, incluso en medio de la actual crisis, y así lo había retratado la clase política con mociones votadas en la Asamblea Nacional y el Senado.

Francia basa su negativa en que los agricultores y ganaderos del bloque suramericano (Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina) no tienen que cumplir las mismas exigencias fitosanitarias o ambientales que los productores europeos, por lo que estos sufrirían una competencia desleal, según París.

Dos de los problemas que más se mencionan en Francia, pero no los únicos, son la utilización de hormonas y antibióticos para el crecimiento del ganado vacuno y de aves, o la falta de garantías en cuestiones ambientales, como el final de la deforestación amazónica con fines agrícolas.

Los agricultores franceses venían protagonizado protestas por todo el país desde mediados de noviembre -si bien de menor envergadura que las del comienzo del año- a la vista del nuevo impulso de Bruselas para cerrar el tratado con Mercosur.

De cara a la próxima semana, las organizaciones agrarias francesas ya tenían previstas nuevas movilizaciones para el 9 y el 10 de diciembre , convocadas días antes incluso del anuncio este viernes del fin de las negociaciones con el bloque sudamericano.

EFE